El Hombre de Flores y la narración
En el National Geographic de Abril salía en portada el Hombre de Flores (i. e. su reconstrucción hipotética, con mirada asustadiza y penetrante), y dentro un artículo de Mike Morwood, Thomas Sutikna y Richard Roberts, del equipo de los descubridores. Termina con este párrafo, que especula sobre si hubo contacto entre el Hombre de Flores y los humanos modernos. No hay pruebas arqueológicas, pero... "In the meantime a clue may come from local folktales about half-size, hairy people with flat foreheads–stories the islanders tell even today. It’s breathtaking to think that modern humans may still have a folk memory of sharing the planet with another species of human, like us but unfathomably different" (12).
Puede leerse sobre el Homo Floresiensis este artículo de hace un año en The Loom (www.corante.com/loom/archives/026745.html). y sobre las leyendas este otro artículo de Richard Roberts:
www.telegraph.co.uk/news/main.jhtml?xml=/news/2004/10/28/whuman228.xml&sSheet=/news/2004/10/28/ixnewstop.html
Los relatos locales hablan de una criatura, "Ebu Gogo" (ver Wikipedia, en.wikipedia.org/wiki/Ebu_Gogo), cuya descripción podría coincidir con la de un pequeño homínido primitivo. Se dice que habitaban en el bosque, en cuevas, que no hablaban más que en murmullos pero podían imitar la voz humana como los pájaros, que las hembras tenían largos pechos que se echaban hacia atrás sobre los hombros, que convivieron los indígenas aguantando las rapiñas de los pequeños en sus cosechas hasta que los Ebu Gogo robaron un niño del pueblo y se lo comieron, que entonces los ahuyentaron con fuego y huyeron corriendo por el bosque para no ser vistos nunca más.... Según Roberts, la última referencia legendaria situaría a los "Hobbits" como se les viene llamando poco antes de la llegada de los holandeses a Flores en el siglo XIX (pero esto puede ser una cronología fantástica o simbólica, claro). Las leyendas muestran a los Ebu Gogo intentando aprender a vestirse, o a cocinar, y siendo burlados en esos intentos por los humanos. "Ebu Gogo" significa, en un lenguaje de Flores, "la abuela que come de todo" o algo parecido. En la Wikipedia se nos remite a leyendas de otros pueblos que pueden representar la memoria local de habitantes anteriores de la región: los menehunes de Hawai, los enanos de Escandinavia...
Lo que es fascinante de esta historia es la manera en que abre, de modo inesperado, el debate sobre los límites entre la historia y la prehistoria, y el valor de las leyendas y de la tradición oral como ventana al pasado. Es fácil imaginar otras conexiones entre seres legendarios y especies primitivas en las historias de ogros o de gigantes que se encuentran desde la Biblia a los cuentos de hadas. Lo difícil es dónde detenerse... (ver esta discusión en Johnhawks.net: johnhawks.net/weblog/fossils/flores/forth_2005_ebu_gogo.html). La interpretación histórico/arqueológica no tiene por qué invalidar las interpretaciones psicoanalíticas o estructurales de estos mitos, ni viceversa. Y sería útil quizá un estudio comparativo de estos mitos teniendo en cuenta la hipotética distancia histórica entre unos contactos y otros, y la naturaleza hipotética de los predecesores con quienes hubo contacto. Pero la existencia de explicaciones alternativas o superpuestas no promete resultados muy concluyentes a estas investigaciones. Es suficiente, de momento, reconsiderar la posibilidad de que la tradición oral folklórica no sólo retenga (transforme, utilice) elementos anteriores a la época del desarrollo de la escritura en las distintas culturas, sino que tales elementos puedan contener la memoria remota de cómo nuestra especie arrinconó o exterminó a otras especies humanas u homínidas... un acontecimiento histórico, o prehistórico si se quiere, de primera magnitud. Quizá el acontecimiento inaugural de la historia: cómo el Homo Sapiens se reconoció a sí mismo trazando una raya entre lo humano y lo no humano: trazándola con especial claridad y contundencia allí donde había dudas. Ya se sabe que el simio molesta precisamente por lo parecido que es al hombre, y que ese parecido le supone un peligro más que un salvoconducto. Las viejas historias de enanos y de gigantes quizá sean historias de antiguos genocidios.
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José Angel -
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