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Vanity Fea

Macperson

No digo el poeta de Ossian, o sea James Macpherson, sino yo mismo. Hace cinco minutos se me podía ver por la Plaza España acarreando mi nuevo ordenata, un iMac de veinte pulgadas Intel Core Duo, con el que me las prometo muy felices. Hasta tiene webcam incorporada a la pantalla (bueno, digo a la pantalla, pero es que es todo pantalla, no tiene mueble auxiliar de esos para debajo de la mesa). Así que bonito bonito, esperemos que me dé mejor resultado que este PowerBook G4 en el que escribo esto, que está todo desgastado y despintado a lo ciberpunk, con cinta aislante por las esquinas, y no me piratea adecuadamente los cedés, parece infiltrado por un virus de la sgae. Pero lo dicho, sigo siendo maquero, aunque no precisamente por convencimientos religiosos.

Pues el ordenador está ya instalado, y muy bonito, de un blanco iMaculado, según Alvaro; pero ya estoy en plena batalla de las compatibilidades, o mejor dicho, incompatibilidades. Me parece que me tendré que despedir de Classic; por lo menos este iMac esconde muy bien la manera, si la hay, de cómo utilizar las aplicaciones de sistemas anteriores. Así que ahora ando buscando un nuevo editor de páginas web para mi blog (el viejo PageMill ya pasó a la historia parece). Ay, pesadilla...

Pero de momento nos subimos a los nenes a Biescas, a que les dé un poco el aire. A mí tampoco me vendrá mal, después de probar tanto programa nuevo y tanto gestor de descarga. 

Interiorizando el medio

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