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Vanity Fea

Deja vu expandido

Han remodelado una vez más la casa donde nací en Biescas, hoy la inauguraban. Por entonces (cuando nací) era la casa y consulta del médico, y casa de los maestros. También consulta de ellos, porque en el piso donde nací hubo durante años una especie de mini-instituto/academia. Yo viví allí hasta los dieciocho años, y en las vacaciones, buf, hasta la edad de Cristo. Luego mi casa pasó a ser biblioteca municipal, y ahora han vuelto a remodelar todo el edificio; ahora es una especie de casa de asociaciones, biblioteca, centro de salud y centro de día para mayores—un proyecto éste que mi padre ha trabajado mucho por sacar adelante. Hoy lo he visto, en Huesca—en el funeral de nuestra antigua vecina, la maestra del piso de arriba, María Antonia. Luego ha vuelto a Biescas a toda prisa, con mi tía Angelines (también maestra y antigua colega y vecina), para llegar a la inauguración del nuevo centro.

Pues muchos antiguos habitantes y visitantes de ese edificio nos hemos juntado en Huesca, sin quererlo. La difunta. Sus parientes (que algunos también serían mis vecinos en Zaragoza... incluso del piso de arriba, vaya). Y las hijas del médico (el médico que me trajo al mundo, Don Alfredo), que casualmente eran parientes de María Antonia, y por supuesto vecinas nuestras durante años en la casa en cuestión. Treinta años hace de eso. Circunstancias casuales e irrepetibles—aunque si bien se piensa, todo es casual e irrepetible.

Sin embargo, hoy hemos repetido paseo con los nenes por La Cartuja (un pueblo construido sobre las ruinas de una antigua cartuja del siglo XVII). Tarde ventosa y soleada, buena para ir con los críos en bicicletas entre campos de cebada. "¿Son cereales?"—preguntaba Oscar. También hacíamos guerras de flechetas, una vieja costumbre familiar.

Y también hemos repetido, los que tenían ánimo en el cuerpo para eso, Star Wars episodio III. A veces gusta repetir tal cual, y el cine es lo más parecido que se ha inventado para eso: un déjà vu expandido. Claro que para eso la tienes que ver tres veces mínimo—y aun por esas.

Deja vu

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