Prioridades estúpidas y criminales
Un paso gigantesco para la ciencia será el LHC, la máquina de colisionar hadrones que han arrancado esta semana en Suiza. De lo que no estoy tan seguro es de que sea un paso comparablemente beneficioso para la humanidad.
No creo que, según las teorías físicas hoy en boga, sea probable, o siquiera posible que se genere un agujero negro como producto de estas colisiones de partículas. Aunque según los físicos implicados "reproducen situaciones comparables a las condiciones iniciales del Universo", y crean singularidades que quizá no se produzcan hoy en otro lugar del cosmos.
No creo, como digo, que vaya a generarse un agujero negro que devore la realidad.
Pero sí creo que no tengo datos suficientes para saberlo con certeza.
Y también creo que tampoco los tienen los científicos. De lo que sí estoy seguro es de que dentro de cincuenta años su física será muy distinta de la de hoy. Gracias en parte al cacharro éste.
Y quizá entonces (sólo quizá) se lleven las manos a la cabeza de la alegría con que se embarcan hoy en un experimento semejante, conociendo tan poco sobre los fenómenos que producen— conociendo tan bien que lo que se da por ciencia segura y probada en un momento, se vuelve una quimera de la imaginación un paradigma más tarde.
Ahora se habla con cierta alegría de una probabilidad fraccionaria, o casi despreciable, de que fuese el planeta entero el que desapareciese como consecuencia de la generación de una singularidad para un proyecto de investigación. El cálculo de riesgos y beneficios parece muy mal hecho. Sobre todo si hay denuncias de insuficientes estándares de seguridad. Y sobre todo cuando sus beneficios inmediatos son inciertos, y prometer prometer sólo nos prometen mayor conocimiento de incierta aplicación. Cuando hay muchas aplicaciones concebibles (más) que son más de temer que de agradecer.
Me parece que el balance de prioridades que han hecho quienes financian proyectos de tal potencia sobre fenómenos tan mal conocidos, y sopesando lo que se podría perder a cambio, ha perdido un tanto el oremus. Avanzarán su proyecto de investigación, sí, pero hacen un cálculo estúpido y criminal, y juegan a Prometeo contra los dictados de la prudencia más elemental. También el monstruo de Frankenstein andaba por los Alpes.
Más grande parece la irresponsabilidad cuando se conocen tan bien, además, las consecuencias terroríficas que se extraen al fin de estas investigaciones subatómicas. ¿Alguien duda que la humanidad estaba en mejor situación, y con mejores perspectivas de supervivencia, antes de que se inventase la bomba atómica? Quizá el siglo que empieza veremos, en lugar de la amenaza nuclear, una guerra fría equilibrada por la amenaza del suicidio global por agujero negro. Las estupideces de la humanidad hasta la fecha no lo hacen descartable.
Me interesa el estudio del origen del universo como al que más. Pero sin embargo no hubiera financiado yo, jamás, la construcción de un artefacto como éste. Si mis impuestos van a financiarlo, lo lamento profundamente—y aquí protesto.
Pero el tiempo está out of joint, y no sólo en el tubo éste. Y nadie lo puede enderezar.
PS: Lo del agujero negro no lo descarta Hawking, aunque descarta que pueda hacerse peligroso. Serán irresponsables todos, con su proyectito macromillonario y su premio Nobel... Tampoco lo descarta, y es bastante más cauto, Walter Wagner:
De momento ya se les ha averiado. Y quizá lo mejor que salga del proyecto en última instancia es este Large Hadron Rap:
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