¿Tú aquí qué ves?
Esta foto de la pareja Obama viene de un número de Newsweek del año pasado, donde una periodista negra, comentaba la figura de Michelle Obama, cómo les mola a sus sisters, y cómo puede ayudar a cambiar la imagen estereotípica de las African-American. (La grieta de la foto no es del original, sino de mi escáner, en el que me debí sentar un día... ignórenla).
—Tú dime qué ves aquí. Mírala y luego me lo cuentas.
— (....)
— ¿Y bien?
— Bueeno... Pues... a ver. Están los Obama frente a los periodistas, entre ellos el que les ha hecho la foto, están confraternizando relajadamente, bromeando, haciéndose los simpáticos—que seguramente lo son. Y ella está hablando seguramente de otra cosa, pero lo que dice con los gestos es lo siguiente: Mi marido la tiene así de corta. No se piensen ustedes que es para tanto.
— Ahá. Pero será más bien la tiene así de larga, ¿no?
— No, no, qué va. Bueno, más bien indica que larga es, pero no tan larga como se dice por ahí. Porque ten en cuenta que la unidad de medida es la corbata, símbolo fálico. Michelle está indicando que las dimensiones son la mitad de las aparentes o supuestas. Todo esto en plan simbólico, claro, no hablamos de centímetros, sino de centímetros imaginarios. La corbata es la credibilidad pública, política y profesional de Obama, el traje varonil nacional. Siempre algo impostado en un negro—así que hay que apropiárselo mediante la parodia, "significarlo". Michelle bromea y dice que las apariencias de eficacia de Barack Obama engañan—a la vez que en realidad le salva la cara a su marido—pues larga es, la corbata y hasta la media corbata—juega a dos bandas y se coloca como figura de la oposición interna, asegurando así que la América real va a tener acceso directo a la trastienda del Presidente, en la persona de Michelle. De buen humor, y solidaria con él, critica sus insuficiencias humanas que ella bien conoce. Dice: "Este os va a decepcionar, que bien me lo conozco yo. No está mal, para ser un hombre, pero es un cuentista, como todos ellos—yo estoy aquí para tenerlo en contacto con la diferencia entre las pretensiones y la realidad". Barack sigue la broma, aguanta de buen grado el chaparrón—es de buen tono entre negros insultarse y ridiculizarse mutuamente para demostrar solidaridad—, y así de paso van acostumbrando a los periodistas al nuevo tono comunicativo de lo que puede ser la Presidencia, un nuevo uso público de la intimidad más acorde con la comunidad negra.
— Bueno, pero en realidad no está hablando de nada de eso, quedamos.
— Ah bueno, igual no... Pero una vez hecha la foto y seleccionada para la revista, ya lo está haciendo. Si no lo hacía la Michelle Michelle, sí la construida por los medios de comunicación. Por mucho que el artículo vaya de que va a cambiar la imagen estereotípica que hay de las negras americanas como enérgicas en exceso, o como enfrentadas a sus hombres, o como sarcásticas e ingeniosas...
— Artistas de la comunicación, lo que te digo.
— Pero todos.
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