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Vanity Fea

The Hurt Locker

sábado 27 de marzo de 2010

A photo on Flickr


The Hurt Locker

Pues ví por fín la oscarizada película de la ex de Cameron, Kathryn Bigelow—The Hurt Locker, a.k.a. En tierra hostil, y es decididamente una buena película de guerra, un poquito en la línea desmitificadora de películas como Jarhead o La Chaqueta metálica, o sea, evitando tanto el mensaje patriótico como esa noción de que la guerra te hace mejor persona por el procedimiento de darte experiencias profundas o de enfrentarte con la realidad de las cosas (crítica que se le podría hacer a la crítica Zona Verde). El protagonista sí que se transforma por la guerra, y se aliena de la realidad consumista americana (en una escena en un hipermercado). Pero la experiencia del protagonista en The Hurt Locker parece más compulsivo-adictiva que realmente crítica. Podría tomársele como alegoría de América, embrutecida en sus guerras en las que se ve embarcada, y perdiendo la noción y el horizonte de lo que hace, ya sea en el hipermercado, ya sea en las barriadas de Bagdad. Pero la película parece tanto síntoma como análisis de los desastres de la guerra. Aquí los iraquíes aparecen como una extraña colección de personajes incomprensibles e impenetrables, casi todos pillados en redes de intrigas y vigilancias extrañas—sospechosos observadores que no se sabe si son curiosos y víctimas o si han colocado ellos la bomba que quieres desactivar. El retrato de ese ambiente (Irak visto desde esa experiencia paranoica) está bien hecho, pero lo cierto es que la película presenta la paranoia sin más, no busca más análisis. Me parece un poco demasiado suponer el suponer que la situación se analiza a sí misma. Lo que llama la atención, y de ahí el título español, es más bien la hostilidad ambiental. No me parece típico ni representativo el protagonista (sí alegórico, como digo)—aunque por supuesto puede haber todo tipo de síndromes mentales bajo la tensión de la guerra. Para prosaica, podría haber bastante más prosaísmo, sin tanta inyección de paranoia ni tanta demonización de lo iraquí. El estilo de dirección es entrecortado, tipo "super ocho" muchas veces. Desde luego va con la impresión buscada, y queda una buena película, pero no una película memorable. Y que me perdonen, pero como trabajo de dirección es mucho más impresionante el del frustrado Cameron en Avatar, puestos a comparaciones odiosas. Y como película sobre Irak, quizá sea más comprometida en su análisis Avatar, vaya usted a saber... al menos no demoniza a los Na’vi, y expulsa a los americanos, en su fantasía—e irakiza al protagonista, que se pasa de bando. The Hurt Locker a fin de cuentas no se posiciona explícitamente: simplemente registra una situación en la que uno está pillado, y sin visos de solución. También viene a ser un cierto análisis, no lo negaré.

Zona verde


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