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Redes articuladas: El sujeto individual, el libro y el mundo

Redes articuladas: El sujeto individual, el libro y el mundo

Reseño aquí el capítulo "Articulate Networks: The Self, the Book and the World", de Neil Rhodes, publicado en el libro de estudios mediáticos retrofuturistas The Renaissance Computer: Knowledge Technology in the First Age of Print (ed. Neil Rhodes y Jonathan Sawday, 2000). Según su propio resumen,

"El ensayo final de este volumen abre un nuevo ámbito de estudio: ¿cómo pueden  'las transformaciones de las maneras en que el conocimiento se organiza, se almacena y se transmite . . .  tener un impacto sobre nuestro sentido de la identidad individual'? Rhodes arguye que un factor de la disolución de los elaborados sistemas de correspondencias y analogías, tan fundamentales para las 'visiones del mundo' tanto pre-renacentistas como renacentistas, resultó del impacto del libro impreso. La historia habitual sobre el 'derrumbamiento' de un antiguo sistema de organización del conocimiento cuenta que representó una forma de fragmentación del entendimiento, y  del sentido que tenían los individuos de su propio lugar en el mundo: un derrumbamiento con el que aún estamos aprendiendo a vivir. El ensayo contesta la última parte de este aserto, defendiendo, en cambio, que hay 'maneras en que el mundo digital [moderno] está invirtiendo este proceso anterior de desintegración'. La 'articulación' es el núcleo del problema, en el sentido de articulación que se refiere a la conexión de estructuras (como en las articulaciones del esqueleto), y también a la enunciación diferenciada del habla, controlada mediante una gramática organizada. En su sentido latino, articulus también alude a un nudo, o un nodo, una parte fundamental del diseño de una red. Refiriéndose a las obras de Donne (en especial a sus Devociones), el ensayo de Rhodes medita sobre los sutiles procesos de transformación mediante los cuales el mundo, el sujeto individual, el libro y el conocimiento, se mantienen en equilibrio mutuo e inestable."
 



Empieza Rhodes hablando de los almanaques, publicación primitiva (lo que me trae a la mente que aún se sigue publicando anualmente el Almanaque Zaragozano), compendio de calendario, información útil, meteorología, astrología, consejos agrícolas, curiosidades, instrucciones prácticas..... Se difundieron masivamente gracias a la imprenta a mediados del XVI, aunque ya existían antes:

"Así pues, el almanaque es una versión del Ordenador Renacentista. De hecho, sus predecesores son los muchos tratados de cálculo y computación medievales derivados del Computus de Beda el Venerable, que exponía datos astronómicos y meteorológicos" (185). Vaya, nos encontramos con Beda el Venerable como uno de los primeros computadores, u ordenadores...

Muchos almanaques se combinaban con diario, al incluir páginas en blanco para notas o a modo de agenda dietario—primeros precedentes, quizá, del blog de notas. "De modo que el almanaque es paradójicamente, a la vez, un tipo de libro que se reproducía en cantidades enormes según una fórmula estandarizada, pero que también existe en miles de versiones únicas" (186). El hombre zodiacal de los almanaques es un individuo "cableado", wired, conectado al universo que lo rodea. Un ejemplo, el almanaque de Digges en sus primeras ediciones difundía un modelo ptolomeico del sistema solar; más adelante, uno copernicano. La imprenta ha diseminado nuevos modelos de relaciones entre el individuo y el universo, nuevos modelos de ubicación de constitución del sujeto, y "esta relación viene mediatizada por formas cambiantes de textualidad, puesto que es a través de esas formas como se produce nuestro conocimiento del yo y del mundo" (187).

La noción de un orden universal basado en analogías o correspondencias domina el universo premoderno. Por ejemplo así expresa la Mikrokosmographia de Helkiah Crooke (1615) las relaciones entre el macrocosmos y el microcosmos humano:

"The admirable structure, and accomplished perfection of the body, carrieth in it a representation of all the most glorious and perfect workes of God, as being an Epitome or compend of the whole creation, by which he is rather signified than expressed . . . For his body is, as it were, a Magazine or Store-house of all the vertues and efficacies of all bodies . . .The Divines call him Omnem Creaturum, every creature, because he is in power (in a manner) All things; not for matter and substance, as Empedocles would have it, but Analogically by participation or reception of the severall species or kinds of thinges" (187).
 


—ver para estas ideas la Literatura Europea y la Edad Media latina de E. R. Curtius, o The Elizabethan World Picture de Tillyard—y también el análisis de Michel Foucault en Las palabras y las cosas. Señala Foucault que el mundo se percibía como organizado por una enorme gramática, y que las relaciones entre las palabras y entre las cosas se veían como estructuras correlativas: el conocimiento consistía en relacionar una de esas gramáticas con la otra. Con el desarrollo de la era científica, se concibieron nuevas maneras de clasificar y de comunicar el conocimiento, y se va desacreditando la Gran Cadena del Ser: "nuevos tipos de texto enciclopédico aparecieron, junto con nuevas taxonomías. Los métodos jerárquicos o concéntricos de organización fueron desplazados por categorías científicas diferentes, o simplemente sustituidos por la arbitrariedad de la alfabetización, un sistema de referenciación que no estaba muy difundido antes de mediados del siglo XVII" (189).connecting thoughts

Si podemos hablar de las técnicas de la imprenta como "el ordenador de Renacimiento" hay que señalar otro tipo de analogías que relacionan el mundo digital de hoy con el mundo anterior a la imprenta, "revirtiendo el anterior proceso de desintegración, restaurando lazos entre el yo y el mundo que se cortaron en el siglo diecisiete" (189).

La noción de "articulación" por ejemplo sirve para conectar también los mundos del lenguaje y del cuerpo. Crooke por ejemplo habla de la "sintaxis" de los huesos, y de las articulaciones; es éste un término que hacia 1600 se difunde en la filosofía natural, y que combina a la vez conexión y separación. En gramática también se venía usando, por ejemplo Santo Tomás de Aquino define los artículos y también la articulación en el sentido de morfosintaxis, la combinación de partes en una oración, "un sistema de distinción que produce interconexión" (191), y usa como analogía las articulaciones del cuerpo; "el rasgo crucial de la articulación es que es a la vez lo que nos hace a nosotros y a las cosas distintos, y lo que nos conecta" (191). También en la era digital, "La red, como el libro del mundo, nos conecta" (192).

John Donne nos remitía al ser humano como libro, o como índice del libro de Dios, y a la Anatomía como lectura. En un sermón dice que "quien desea Imprimir un libro, mucho más debería desear, ser él mismo un libro"—y en las Devotions upon emergent occasions enfatiza la conectividad del hombre y el mundo, "Ningún hombre es una isla". En el memorable soneto "O to Vex Me", la expresión de Donne diciendo que "mis mejores días son aquellos en los que tiemblo de miedo" se remite a una expresión característica de los almanaques, los días buenos o malos, favorables o desfavorables. 

En todas las Devotions de Donne, se gira alrededor de la alternativa doble: el hombre es a la vez un individuo diferenciado, y un ser conectado por todo tipo de relaciones a los demás, "un punto de una red universal" (193); es "un texto que deja al lector con un sentimiento reforzado tanto de la singularidad del yo individual, como de su desplazamiento" (193). Recapitula la vieja filosofía analógica, pero es consciente de la nueva ciencia, "y del nuevo aislamiento del yo que trata con tanta fuerza de negar ('No man is an island')". A nosotros nos sucede al revés: estamos acostumbrados a al yo individual, y la conexión en red la vemos como una novedad.

"Ahora que la tecnología electrónica reorganiza nuestras percepciones del mundo y nuestro lugar en él, podemos darnos cuenta de que las antiguas metáforas del libro y del cuerpo, junto con la nueva metáfora de la red, nos podrían permitir ver el futuro no en términos de una ruptura radical, sino como la reconfiguración de un orden ya imaginado con anterioridad" (194).



In the Wilderness of Forms


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