Blogia
Vanity Fea

Man Never Is

miércoles, 26 de junio de 2013

Man never Is

Otro comentario sobre la serie Evolución y Sociabilidad que aparece en Sapiens de Eudald Carbonell. Aquí manifiesto mi escepticismo hacia los sueños transhumanos de perfeccionamiento que expone el autor:

Una frase problemática del artículo de Carbonell: "aún no hemos encontrado el camino que nos permitirá ser verdaderamente humanos". Quizá debería decir "transhumanos", como apunta la última frase del artículo, o quizá alguna variante de lo que se llama posthumanos o del Superhombre de Nietzsche. A lo que voy es que no se puede decir que los seres humanos no sean "propiamente humanos" todavía; llevan siéndolo desde que aparecieron, si bien con las modalidades propias de su momento evolutivo e histórico. ¿Que hay cosas en esa naturaleza humana que no nos gustan, y que queremos cambiar? Eso es otra cosa. Las cambiaremos si podemos (nunca al gusto de un individuo particular ni según sus previsiones, me temo)— pero el caso es que en la definición de lo que es ser humano entran muchos ingredientes no por desagradables menos reales o definitorios para la constitución de lo que es ser humano realmente (no idealmente). Entre ellos, el tribalismo, el pensamiento lleno de falacias egocéntricas o antropocéntricas, el perspectivismo tendencioso que nos lleva a la percepción selectiva, al barrer para casa; las tendencias al nepotismo y al amiguismo.... No es que "no sea propiamente humano", más bien es "humano demasiado humano". Hay muchas cosas desagradables en los humanos, y no estaremos aquí nosotros ni nuestros nietos cuando desaparezcan estos ingredientes incómodos de la humanidad. De hecho sospecho que desaparecerán únicamente con la desaparición de la humanidad: ya somos, mayormente, como vamos a ser—siempre mejorando lo presente. Aunque no perdamos la esperanza, ya lo decía Pope:

“Hope springs eternal in the human breast;
Man never Is, but always To be blest.
The soul, uneasy, and confin'd from home,
Rests and expatiates in a life to come.”

(Como a veces se entiende mal, traduzco y parefraseo: "La esperanza brota eterna en el corazón humano; el hombre nunca alcanza la felicidad perfecta; antes bien está siempre por alcanzarla. El alma, inquieta y  encerrada fuera de su hogar, descansa y se explaya en una vida futura).

La perfección siempre está en el futuro imaginado, nunca estará en un presente. Quizá esta idea del transhumanismo sea la versión ilustrada del viejo sueño de transcendencia de las imperfecciones humanas en un porvenir ultraterrenal. No diré que no sea un sueño bonito, pero me lo ponen en el más allá.


Tesis sobre el autoengaño

0 comentarios