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Los trabajos que perdí

 

martes, 26 de agosto de 2014

Los trabajos que perdí

Creo que en todo el bachillerato no escribí ni un solo trabajo de esos de documentarse y redactar—una señal del cambio de los tiempos y de los métodos, supongo. De la escuela de Biescas recuerdo mi primera colaboración en una revista de estudiantes—La carretilla coja (yo mismo dibujé la carretilla), un póster con recortes de actualidad y cosas así que hacíamos en la clase de Miguel Santolaria allá por el año 69 o 70.

autorretrato2Los primeros trabajos académicos o escolares que conservo están incluidos en la lista de mis publicaciones en red, o en el currículum que tengo por ahí colgado, y hasta en algún repositorio está alguno. Son los que hice en algunas asignaturas de la carrera, como este de fonética, o este sobre John Donne. O, en francés, este sobre una novela de Pascal Lainé. Aún anteriores son estas notas sobre lecturas de literatura inglesa, para la asignatura de tercer curso. Son las cosas más antiguas que conservo de allá por el año 82—antes, y también después me temo, tenía la mala costumbre de desentenderme de mis trabajos de curso una vez entregados a los profesores. Pero hoy que hago memoria, recuerdo que escribí otros que sólo pasarán a la historia en esta nota:

- Una comparación entre El Alcalde de Zalamea de Calderón y otro Alcalde de Zalamea de Lope de Vega.
- Una comparación entre dos utopías renacentistas: la Abadía de Thélème de Gargantua y Pantagruel, y la Utopía de Tomás Moro. Este le gustó mucho a mi padre, que no sé por qué se lo leyó, supongo que por curiosidad de ver a qué me estaba dedicando en la carrera. Decían mis padres que era yo el que decidió estudiar filología, aunque yo lo recordaba de otra manera, y me veía muy encaminado por ellos.
- Unas notas sobre la Semántica de Ullmann y sobre Estructuras Sintácticas de Chomsky—igual aún andan las pre-notas por alguna carpeta de folios amarillos. Estos eran resúmenes, nada de análisis.
- Un estudio sobre la focalización o perspectiva narrativa en el Heptaméron de Margarita de Navarra.
- Una propuesta de puesta en escena y dirección de The Taming of the Shrew. Esta para Literatura Norteamericana (aquel año tocaba monográfico de Shakespeare).
- Algún estudio relacionado con el libro de Fowler Linguistics and the Novel, para la clase de Pilar Navarro—que también debió contribuir a mi encaminamiento por la narratología.
- Un trabajo, no me acuerdo cuál, relacionado con el libro de Robert de Beaugrande Text, Discourse, and Process. Cosas que nos pasaba Otal, que estaba en ello. Este no sé si colaboré en él con Pili y Ernesto, o si lo que hacíamos era traducciones de medicina y de historia para nuestra pseudoempresa ATRACO: Asociación de Traductores Competentes.
- De pragmalingüística también debí hacer algo, con una compañera que se llamaba Montse Peñart, para la asignatura de... ¿didáctica? —Ni recuerdo.

Y, como negro reclutado, y en una única noche frenética de junio del 84, también redacté a medias con mi novia un trabajo de comparación de la ideología política de una tragedia de Corneille y otra de Racine, Titus et Bérénice y Bérénice, trabajo algo escaso de documentación. No sé, ése igual lo recogió mi coautora.

Este autorretrato lo dibujé allá por el 82. También tengo otro, paseando por la acera gritando y con alas de murciélago; por ahí debe andar, a menos que lo haya perdido en un traslado o mudança.


Recuerdos



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