Retropost: Fargo
Retropost #736 (31 de enero de 2006): Fargo
Ayer me visioné Fargo, de los Hnos. Coen (1996), que aún la tenía sin ver, y es la mejor de ellos que he visto sin duda, excelente mezcla de Sam Peckinpah y Almodóvar, violencia insensata convertida en comedia de una manera que la hace todavía más patética e injustificable. Parece, desde luego, un alegato a favor de la pena de muerte si nos fijamos en los dos matones, y una defensa de la decencia y la honestidad si nos centramos en la jefa de policía Marge Gunderson, genial el papel de Frances McDormand, y le dieron el oscar, a ella y al guión, que parece (y está) extraído de las páginas de sucesos de los periódicos, tramposos con estafas familiares, falsos secuestros, matones contratados... hay un Fargo en potencia cada día en cada periódico. Si habíais hecho como yo y os la habíais dejado pasar, no os la perdáis. Por cierto, una nota sobre el título. Los matones son contratados en Fargo (Dakota del Norte) pero la película sucede mayormente en Brainerd (Minnesota). ¿Por qué entonces "Fargo"? Creo que por la expresión "far gone", que se aplica a tres tipos de cosas que coinciden aquí también: a gente que ya no tiene remedio, está gravemente enferma o es incapaz de cambiar, porque la cosa es lo que es y es inútil tratar de poner remedio o razonar con ellos (así los criminales de esta película); también se aplica a una situación que se escapa de las manos, fuera de control (como el falso/auténtico secuestro organizado por el patético Lundegaard / Macy), y también se aplica a avanzados estados de gestación, como el de la jefa de policía Marge Gunderson. Infalible, la jefa, aunque es una improbable heroína y podía haber acabado en la picadora de leña, el azar, nuestras simpatías y el guión la acompañan. En cuanto a los millones enterrados en la nieve sin que nadie sepa de su paradero, son un símbolo de otro elemento muy prominente en la película: la fragilidad de todos los planes urdidos, especialmente de los rocambolescos. Marge, excelente policía, no tiene planes: sólo sigue las pistas que dejan en la normalidad todas las personas con planes, como huellas en la nieve. Si hay alguien para verlas, claro: tantas veces no leemos las señales, que apenas se puede decir que existen.
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