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Vanity Fea

Juventud. Egolatría. Y blogs

Hoy es el cumpleaños del pequeño Ivo - "Grrr! no soy pequeño!" Felicidades, Pibito. Para tí, un poema sobre la infancia.

Henry Vaughan,

CHILDHOOD

I cannot reach it; and my striving eye
Dazzles at it, as at eternity.
Were now that chronicle alive,
Those white designs which children drive,
And the thoughts of each harmless hour
With their content too in my power,
Quickly would I make my path even,
And by mere playing go to heaven.
Why should men love
A wolf, more than a lamb or dove?
Or choose hell-fire and brimstone streams
Before bright stars and God’s own beams?
Who kisseth thorns will hurt his face,
But flowers do both refresh and grace,
And sweetly living (fie on men!)
Are, when dead, medicinal then.
If seeing much should make staid eyes,
And long experience should make wise;
Since all that age doth teach is ill,
Why should I not love childhood still?
Why, if I see a rock or shelf,
Shall I from thence cast down my self,
Or, by complying with the world,
From the same precipice be hurled?
Those observations are but foul
Which make me wise to lose my soul.

And yet the practice worldlings call
Business and weighty action all,
Checking the poor child for his play,
But gravely cast themselves away.
Dear, harmless age! the short, swift span,
Where weeping virtue parts with man;
Where love without lust dwells, and bends
What way we please, without self-ends.

An age of mysteries! which he
Must live twice, that would God’s face see;
Which angels guard, and with it play:
Angels! which foul men drive away.
How do I study now, and scan
Thee, more than ere I studied man,
And only see through a long night
Thy edges, and thy bordering light!
Oh for thy centre and mid-day!
For sure that is the narrow way.


(1655)



Ya lo leerás cuando crezcas, quizá.

A la vuelta del hotel Don Yo, en el VIPS, por seguir con el tema de la egolatría, y por estar todo cerrado, recibe IvoIvo un yoyó ("Que no quiero un tutú, que he dicho un yoyó"). Podíamos llamarlo también un moi moi, también, por los besicos que le iba dando a la vuelta. Criaturas, etc.

Uno que sí era pequeño es el hombre de Flores. A pesar del tsunami, continúa la historia de los hallazgos, por ejemplo aquí.

Comprobado: es más rápido actualizar este blog por el sistema a pedales de mi página web, o sea, escribiéndolo en mi ordenador y luego llevándolo a un servidor con el programita Fetch, el del perrito, que hacerlo directamente en la plataforma específica para blogging donde se encuentra su alter id. Como también, júegate el tipo, es más rápido mandar un comentario por iemeil pinchando en el enlace donde pone garciala@unizar.es que poner un comentario por el sistema establecido, "¿Quieres añadir un comentario?" de la plantilla de blogging. Lecciones que se extraen de esto:


1) A veces creemos que nos faltan los medios técnicos, cuando en realidad nos faltan los protocolos de comportamiento, o el sacarles partido a esos medios.


2) Contra (1): los medios y los protocolos de su uso no son cosas separables, sino que van unidos por otros protocolos y etiquetas de uso...


3) Que el correo electrónico, a pesar de la basura que lo inunda, pertenece al espacio privado de la persona, y se va desplazando cada vez más hacia él. Antes pasabas por casa de los amigos cuando los querías ver; luego se hizo necesario llamar por teléfono. Luego, un mensaje sms o un correo electrónico resultaron ser menos intrusivos que un violento telefonazo (la gente ya se protegía, de hecho, con un uso astuto del contestador). Ahora los emails ya son una intrusión (quizá te altere recibirlos, gentle wreader).


4) La gente prefiere reservarse un pequeño espacio de iniciativa individual en sus contribuciones al blogging. Porque, veamos, el administrador de una página de hecho es el rey del mambo en ella, puede poner y quitar lo que le dé la gana. Pero... los comentarios de hecho llegan a la página antes de que él se entere. Si bien puede recibir noticia inmediatamente con un email automático que le avisa de que se ha introducido un comentario, hay un desfase de bastantes minutos entre la introducción del comentario y la recepción del email, y de horas quizá, o días, hasta que el administrador toma la decisión ("de oficio") de mantener el comentario, o la más rara, pero siempre potencialmente presente, de suprimirlo.


5) Y ese espacio es el que asegura la interactividad de los blogs, es el pequeño espacio de libertad de los escrilectores. Un comentario por email es una comunicación privada entre un lector, y como me decía la primera persona desconocida que me envió uno, da un poco de corte. Por otra parte, nada asegura que ese comentario vaya a ser publicado. De hecho, yo no los publicaba, al no especificar los remitentes que querían añadirlos a la página (cosa que es facilísima de hacer, aunque se volvería latosa si se volviesen demasiados). Vamos, que cada medio ya dicta su propio nivel de intensidad: comentarios de pasada que ni el remitente sugeriría colgar ni el administrador colgaría de por sí, por extremada que fuese su vanidad, o su afán de exhaustividad, aparecen así espontáneamente en las páginas y les dan un carácter que no tendrían con ningún otro medio. Por lo mismo, se crea un espacio interactivo que es respetado por el administrador (aunque cada cual tiene su límite), y así cosas desagradables que se verían ignoradas o censuradas si llegasen a través de una comunicación privada, también se dejan en la página, y las tijeras de la censura, si bien siempre planean sobre el blog, funcionan menos de lo que cabría esperar.


6) Pero las tijeras de la censura, quien crea que no las hay, ja. Planean sobre nosotros, a modo de buitres, y ese planear es una primera manera de actuar que tienen, a diversos niveles... Primero están las autoridades judiciales. Segundo, la plataforma que no se compromete a nada y no quiere contenidos inadecuados en su seno. Tercero, el administrador, con su botoncito de "suprimir". Cuarto, el nickname, señal de que todos tenemos algo que temer, o que ocultar. Quinto, el censor interno, el de uno, y el de otro...

The net, like liberty, will be restrained
By the same laws which first our nature ordained.

2 comentarios

José Ángel -

Pero: un email sí que puede hacer que se nuble un ojo, y eso es más importante...
Creo, en retrovisión, que con la última frase de tu post le has dado una idea a mi inconsciente, suigeneris; mañana podrás deducir cuál.
En cuanto a la primera frase: sí, hay que reconocer que con esto del bitácoring acaba uno hecho un escribicionista...

suigeneris -

Es lo que tiene "someterse" al ojo del personal, como cualquiera que se dedica a la farándula y el artisteo. Te pueden gritar, insultar y hasta tirar verduras, y todo en público pa que todo el mundo se entere. En cualquier caso siempre existirá el mail privado, pero como dijo Saramago: "jamás una lágrima podrá emborronar un email"... ay, las cartas en papel que tardaban mil siglos en llegar...