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Vanity Fea

Preferencias exclusivas

Preferencias exclusivas

Hoy ha habido reunión de la comisión de Postgrado, donde se cambia la presidencia de la Dra. Herrero por la del Dr. Plo. Pues enhorabuena, y que Vd. la presida bien. Pero ojillo, que yo también la presidí esta comisión durante años, el siglo pasado, y ahora ni me autorizan a dirigir tesis en el programa de postgrado.

Bien, pues en la reunión no se tenía o no se quería tener noticia de este escrito contra nuestra exclusión del postgrado, y eso que lo habíamos entregado con sello de entrada dirigido a tres de los asistentes. (Luego resulta que algunos sí sabían de él). Pero no se quería contestar—y de hecho en eso han quedado la presidenta de la comisión, Dra. Herrero, y la directora del postgrado, Dra. Onega: en que no se pensaba darnos ninguna contestación por escrito. Y cuando hemos pedido que se hiciese constar en acta que no se pensaba dar ninguna contestación por escrito, también nos han dicho que nanay, que no constaría. (¡¡!!—Aunque eso habrá que verlo. Porque aún estamos obligados a seguir los procedimientos administrativos, me parece).

Sin embargo el nuevo director, Dr. Guillén, ha dicho que haría una consulta al (también nuevo) rectorado sobre este tema que quedó mal resuelto y sin respuesta el año pasado.

La Dra. Onega nos ha explicado (pero sin querer poner su explicación por escrito) que los durísimos criterios de la ANECA impiden que participe en los programas de doctorado de calidad nadie que no pertenezca a un equipo de investigación financiado.

El año pasado, nos ha explicado la Dra. Herrero (pero también sin quererlo poner por escrito), como los muñidores del postgrado "no entendían" que el Rector hubiese declarado contrario a derecho esto de excluir a funcionarios de carrera de la docencia por el hecho de no pertenecer a sus equipos de investigación, hicieron una consulta al Secretario de la Universidad. Respuesta que no nos consta, porque tampoco está puesta por escrito, y sin embargo surten efecto estos oráculos cuando interesa...

Pues les contestó, así improvisando, el Secretario (nos dicen) como sigue: que podría entenderse que si era contrario a derecho el utilizar la pertenencia a grupos de investigación como criterio EXCLUYENTE, en cambio igual colaba (el término es mío) utilizar esa pertenencia como criterio PREFERENTE:  es decir—que se da la PREFERENCIA a los que pertenecen a los grupos, y se excluye a los demás. Y listo. ¿Ven qué fácil es interpretar lo que nos conviene? En cambio la resolución del Rector, que esa sí está escrita, "no se entiende".

Esta interpretación tergiversadora y prestidigitadora, que se le atribuye al Secretario, deja la resolución del Rector en letra muerta. Así que le gustó a la coordinadora, a la presidenta de postgrado y dirección, o la encontraron práctica, y entonces, PREFERENCIA EXCLUYENTE que te casco—y se vuelve a utilizar este criterio "preferente" como único determinante, contra la letra y contra el espíritu de la resolución del rectorado. Que es lo único que hay como resolución por escrito al respecto.

O sea, que ya puedo tener trienios, quinquenios, sexenios o libros o lo que quiera: el único criterio que va a misa aquí—pero que no me sienta excluido, por favor—sigue siendo la pertenencia a los equipos de catedráticos y adláteres, o sea, el criterio que el Rector declaró ilegal.

A este nivel de prestidigitación lingüistica estamos... y es que aquí hay gente que ha leído a Orwell—o mejor dicho, a Napoleon—con provecho:

"Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".


A esos, démosles la PREFERENCIA. Los demás quedarán automáticamente excluidos, si no han tenido la prudencia de excluirse a sí mismos de antemano, como se espera de ellos.



... y criterios sin criterio

Una cierta clarificación de criterios sí ha salido de la reunión de hoy, sin embargo:  la Dra. Onega ha declarado que hace suyos los criterios de calidad de la ANECA, adaptándose a los nuevos tiempos, y ateniéndose a lo que le pidan: su criterio de lo que es calidad no es determinado por su cerebro y juicio, sino por la ANECA, al menos entendida a su manera (que llamaremos ANECA/Onega): la medida de la calidad no es (por ejemplo) obtener resultados de investigación, hacer publicaciones, obtener sexenios de evaluación positiva, etc.: sino que la medida única y exclusiva de calidad y excelencia es "tener un proyecto vivo de investigación" (vivo quiere decir subvencionado por organismos oficiales, en el lingo Newspeak éste). Todo otro criterio sobra o no cuenta. Ah, no: también dirigir tesis es criterio—claro, porque ese es otro que yo no cumplo. Si no se me admite al programa de postgrado, es cierto que mal podré dirigir ninguna tesis. 

Yo he observado que parece existir entonces una ligera confusión de criterios: si los criterios que el Rectorado declara abusivos y contrarios a derecho son por el contrario exigencias mínimas para la ANECA.... aquí hay un desencuentro o algo que no casa, ¿no? Por no mencionar los Estatutos de la Universidad de Zaragoza, que dicen en su artículo 119 que el fomento de la investigación en grupos es deseable, pero jamás obligatorio, y que "La pertenencia a grupos no podrá ser requisito absoluto o excluyente de adjudicación de recursos" dinerarios—¡cuánto menos, supone uno de adjudicación de docencia en un segundo ciclo, o de habilitación para dirigir tesis doctorales!

La explicación de la Dra. Onega es que el Rectorado no se entera de los nuevos vientos que soplan y nuevos tiempos que corren, y de ahí que se le pongan objeciones a su proceder, al menos con la boca pequeña.

La Dra. Onega, desde luego, lo tiene claro y ha hecho una declaración muy explícita al respecto, diciéndome que yo estaba anclado en los años 80, y que ella es el futuro.  "¿No ves que no tienes Calidad, JoseAngel?" —Aunque ha reconocido que igual la ANECA se cae con todo el equipo próximamente, pues sus criterios durísimos tampoco son universalmente aplaudidos... —y entonces supongo que si llega otro viraje y patinazo ministerial, ella cambiará de criterio súbitamente, al desaparecer la fuente de las instrucciones y del criterio. Y todo el departamento en fila india detrás.

¿Así que ahora la Universidad debe aparcar su criterio experto, y plegarse al que ya le viene dado por los dictámenes de la ANECA/Onega, y orientarse exclusivamente por las directrices que le lleguen de esta agencia—aun cuando lleguen como mercancías averiadas?  Hombre, faltaría más. Pues todos los que apoyan esta manera de actuar, asintiendo en silencio, también están haciendo una cierta dejación de criterio, permítanme que les diga.

Conmigo que no cuenten para estas dejaciones de criterio. Yo, por el contrario, he manifestado hoy también muy claramente mi desacuerdo con la calidad entendida de esa manera, o reducida al absurdo de esa manera: hay muchos otros indicios y criterios posibles de calidad. Y, en cualquier caso, para determinar qué es calidad y qué no lo es, me atendré a mi criterio, que para eso soy Doctor, a lo que yo vea relevante en la realidad multiforme, y no a las instrucciones que me manden cuadriculadas en un impreso inspirado por el proyectista ministerial de turno.

Qué se fizo de la ministra Sansegundo. Las Pilares del Castillo, qué se fizieron...

Dó son los libros blancos de antaño. Y aquellos proyectos chapados que traían...

Nuevos directores, nuevas directrices

 

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