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Cultura y sociedad

Leonard Cohen interview

lunes, 14 de noviembre de 2016

Leonard Cohen interview










Ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2016

sábado, 22 de octubre de 2016

Ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2016








Retropost: Holy Shit

Retropost #604 (13 de noviembre de 2005): Holy Shit



Me he leído recientemente Pattern Recognition, una novela de William Gibson que va mucho de post, entre otras cosas de postmodernismo, de posts en foros de Internet y del shock traumático post-11-S. Para ponerme más a tono, me he empezado a apuntar al foro/blog de William Gibson . Un sitio muy recomendable para aficionados a la ciencia-ficción y a esos posts. Allí he leído divertidas reflexiones sobre Gibson, por ejemplo las de un tal the Blue Raj. Dice the Blue Raj sobre el síndrome apocalíptico post-11-S:

"we are on the cusp of something, some strange and God all monster nodal point that all the weird events of today are some odd harbinger of..." Gibson in this instance is just one of several billion Jeremiahs atop the city walls, wailing, ’Whoa lookit DAT!" We’ve entered not just a new century but a new millennium. The still most powerful nation is decidedly Xtian, and of an Apocalyptic bent. Y2K approached and gave us a very real, even quantifiable End of World bogeyman. It was, in fact, so real and quantifiable that WE WERE ABLE TO FIX IT... ...what a let down, eh? World Not Ending after all. Then for USA at least, and its reflective nemesis, militant Islam, the End was declared alive and well and nicely imminent when two planes torched the Two Towers. The more rational of us said something sensible like ’whathafuck?’ but the righteous saw them as the Hammers of God or Satan. Summary: millennial fever started with a wet firecracker. 9/11 lit the fuze and blew the lid off. Now we’re rolling down not just a precipitous geopolitical incline, amid an increasing pall of environmental meltdown and growing arsenals of WMD, but we’re also sliding down a trough of mythohistory.



Comenta Saturnine:

That is disgustingly hilarious and accurate. Great imagery sir.

Comenta JoseAngel:

I agree with Saturnine. Further:


Quote from the Blue Raj: "Then for USA at least, and its reflective nemesis, militant Islam, the End was declared alive and well and nicely imminent when two planes torched the Two Towers. The more rational of us said something sensible like ’whathafuck?’ but the righteous saw them as the Hammers of God or Satan."

I seem to remember that the actual sensible quote of the day, by a passerby on one of the broadcast videos, was actually "Holy shit!" - which was both spontaneous and a philosophically accurate description of the events.

Y en efecto, es lo que se oía decir a un viandante en uno de los vídeos caseros pasados una vez y otra hace cuatro años, al ver que un avión impactaba en la segunda torre: "Holy shit"!, literalmente "¡Mierda sagrada!" y equivalente en román paladino a algo así como "¡La hostia puta!" Mal nombre le van a dar a la religión, en efecto, tanto los abyectos fundamentalistas como el prepotente Bush – "with God on our side", que ya se reía Bob Dylan.


But now we got weapons
Of chemical dust
If fire them we’re forced to
Then fire them we must
One push of the button
And a shot the world wide
And you never ask questions
When God’s on your side.

In many a dark hour
I’ve been thinkin’ about this
That Jesus Christ
Was betrayed by a kiss
But I can’t think for you
You’ll have to decide
Whether Judas Iscariot
Had God on his side.





Retroposts


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Retropost: La red de quemacoches

domingo, 31 de enero de 2016

Retropost #590 (7 de noviembre de 2005): La red de quemacoches

 


Comento sobre el fenómeno quemacoches parisino en Purnas en o zierzo y en Bambino.


Con respecto a la organización del terrorismo callejero mediante foros, blogs y telefonía móvil, recuerdo una reflexión relevante que desarrollaron John Arquilla y David Ronfeldt (1) y que expone Manuel Castells en La Galaxia Internet (2). Dice Castells que se está imponiendo un nuevo estilo de pensamiento estratégico-militar, el swarming o ataque de enjambre, que se basa en el uso de pequeñas unidades autónomas, provistas de gran poder de fuego (fuego no les falta a los quemacoches, desde luego), un buen entrenamiento e información en tiempo real. "Estos pods o vainas [menudos vainas, los machetes de barrio éstos] pueden agruparse en clusters o racimos, con capacidad para concentrar su ataque en un objetivo enemigo durante un espacio de tiempo limitado, infligiendo un gran daño y volviéndose a dispersar posteriormente. Este tipo de guerra ’no-lineal’ elimina la noción del frente y representa una versión de alta tecnología de la vieja guerra de guerrillas". Señalan Arquilla y Ronfeldt que esta estrategia "no puede ponerse en práctica sin un sistema de comunicación y vigilancia plenamente integrado. Esta nueva perspectiva requiere que las fuerzas armadas se transformen en una ’organización sensorial’, en la que el sistema resultará fundamental para lograr mantener a las unidades operativas conectadas a la red"; el ideal es disponer de la información que sea necesaria "para mantener el topsight – una visión general de todo lo que esté ocurriendo– (3)" Según Castells, "La combinación de autonomía y topsight se consigue gracias a la conexión informática en red en el teatro de operaciones, entre las unidades autónomas y entre unidades y centros de mando y control. Estos centros proporcionarían una perspectiva operacional general, en lugar de funcionar como microgestores de las operaciones propiamente dichas. // El sistema de combate en enjambre parece ser la nueva frontera del pensamiento estratégico y militar, y será el único que podrá enfrentarse a la capacidad de utilizar esta misma estrategia, demostrada por el terrorismo internacional y otras impredecibles fuerzas hostiles de todo el mundo." Arquilla y Ronfeldt: "El combate en enjambre proporciona una importante visión alternativa del futuro del ejército estadounidense, que podría funcionar también para otros ejércitos, si comienzan a buscar alternativas innovadoras que les permitan superar a los americanos. El que primero llegue a ponerlo en práctica, se dará cuenta de que el concepto de swarming constituye la estrategia necesaria para practicar la guerra cibernética, la dimensión militar de los conflictos presentes de la era de la información" (4).

Bueno, pues parece que se le han adelantado los vainas del barrio a los estrategas del Pentágono. Ahora tiene el Estado la excusa perfecta, la necesidad, vamos, para estrechar el control de las comunicaciones en red. Parece que la policía va por detrás. Habrá que ver si eso que dice el ministro del interior Sarkozy de que están organizados (es decir, no sólo swarms sino también centro de operaciones) tiene algún tipo de fundamento, o si los pequeños enjambres son capaces de funcionar por sí solos debido a que el enemigo es la sociedad entera, por lo no necesitan un control tan estricto ni topsight. Quien sí lo necesita es el Estado y la Policía: un panóptico, vamos. (5)

Y tendremos, en lugar de Dominique de Villepin, al vil Le Pen. A Villepin después de todo no lo ha votado nadie, y votos no le faltaban al nazi de Le Pen antes de esto. Aviados vamos con la política del pueblo.


Notas

(1) John Arquilla y David Ronfeldt, "Swarming and the Future of Conflict." Santa Mónica, California: RAND National Defense Research Institute, 2000.
(2) Manuel Castells, La Galaxia Internet. Barcelona: Random House Mondadori, 2003.
(3) Arquilla y Ronfeldt 2000: 46, cit. por Castells, p. 210.
(4) Arquilla y Ronfeldt 2000: 26, cit. en Castells p. 211.
(5) Hay una colección de editoriales sobre los disturbios de París en Fírgoa.




Retroposts


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Japón y el individuo

viernes, 27 de febrero de 2015

Japón y el Individuo

Hermeneutics (Palmer)

 

 

lunes, 18 de agosto de 2014

Hermeneutics (Palmer)

El principio del derroche ostentoso

sábado, 26 de abril de 2014

El principio del derroche ostentoso

Un importante principio de organización social y del comportamiento humano, según la Teoría de la Clase Ociosa de Veblen, es el de la ostentación de la inutilidad, o el principio del derroche ostentoso. Para pertenecer a la clase ociosa, o simular que pertenecemos a ella, hay que lucir capacidad de gasto inútil, y demostrar que no trabajamos en nada productivo:

Abstenerse de trabajar no es sólo un acto honorífico o meritorio, sino que ha llegado a ser un requisito de la decencia. La insistencia en la propiedad como base del prestigio es muy espontánea e imperiosa durante los primeros estadios de la acumulación de riqueza. Abstenerse de trabajar es la prueba convencional de que se es rico y, por lo tanto, la señal convencional de que se ocupa una buena posición social; y esta insistencia en lo meritorio de la riqueza lleva a una más vigorosa insistencia en la ociosidad. Nota notae est nota res ipsius. Según las bien establecidas leyes de la naturaleza humana, la prescripción se apodera ahora de esta prueba convencional de riqueza y la fija en los hábitos mentales de los hombres como algo sustancialmente meritorio y ennoblecedor en sí mismo, mientras que el trabajo productivo, en virtud de un proceso semejante, se hace intrínsecamente indigno. La prescripción acaba por hacer del trabajo, no sólo algo vergonzoso a ojos de la comunidad, sino también moralmente imposible para el hombre noble y libre, e incompatible con una vida digna.
kitchenscenesinclair

(...)


Con excepción del instinto de autoconservación, la tendencia a la emulación es probablemente el más fuerte, más despierto y más persistente de los motivos económicos propiamente dichos. En una comunidad industrial, esta tendencia a la emulación se expresa en una emulación pecuniaria; y esto, por lo que se refiere a las comunidades civilizadas de Occidente, es virtualmente lo mismo que decir que se expresa en alguna forma de derroche ostentoso.

(...)


Bajo la selectiva vigilancia de la ley del derroche ostentoso, va creciendo un código de normas acreditadas de consumo, cuyo efecto es obligar al consumidor a mantener una norma de gasto y de despilfarro en su consumo de bienes y en su empleo de tiempo y esfuerzo. Este crecimiento del uso prescriptivo tiene un efecto inmediato en la vida económica, pero también tiene un efecto indirecto y más remoto en otras facetas de la conducta. Hábitos de pensamiento con respecto a la expresión de la vida en una dirección dada, afectan inevitablemente la visión habitual de lo que también es bueno y justo en otras direcciones. En el complejo orgánico de hábitos de pensamiento que constituyen la sustancia de la vida consciente de un individuo, el interés económico no permanece aislado e independiente de todos los demás intereses. Algo se ha dicho ya, por ejemplo, de su relación con las normas que regulan la buena reputación.

El principio del derroche ostentoso guía la formación de hábitos de pensamiento en lo tocante a lo que es honesto y prestigioso en la vida y en las propiedades. Al hacerlo así, este principio negará otras normas de conducta que primariamente nada tienen que ver con el código del honor pecuniario, pero que poseen, bien directa, bien incidentalmente, un significado económico de cierta magnitud. Así, el canon del derroche ostensible puede, inmediata o remotamente, influir en el sentido del deber, en el sentido de la belleza, en el sentido de la utilidad, en el sentido de la corrección devocional o ritual, y en el sentido científico de la verdad.



Veblen y la teatralidad

Haunted by Mourning and Melancholia

martes, 24 de diciembre de 2013

Haunted by Mourning and Melancholia

The audio of a talk on ageing, traumatic frustration, and Melancholia—by Stephen Frosh, at the Birkbeck symposium on "Temporal Vertigo—the paradoxes of aging." Some times Melancholia gets ya in the end after so many years of discreet haunting.

nolwenn


And we're not getting any younger, nor any wiser neither.


Cárceles y mundos de la mente