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Vanity Fea

Manifiesto antitroll

Es aconsejable escribir en la red únicamente con una identidad de usar y tirar – o como mucho con una identidad ficticia. Es a lo que parece invitar el medio (y el miedo). Algunos, sin embargo, tomamos otra opción, y escribimos utilizando nuestra identidad "oficial". Esto acarrea a veces efectos indeseables, especialmente cuando surgen quienes, desde el anonimato y la cobardía, se dedican a escribir insultos o calumnias sobre nosotros, o suplantan nuestra identidad intentando dañarla, buscando hacer creer a la gente en foros o bitácoras que somos nosotros los autores de sus memeces y despropósitos.

Como estas personas son normalmente, además de mal intencionadas, obsesivas y sin muchos alicientes en su vida, tienden a agarrarse como sanguijuelas a quien ven que se opone a sus maniobras. Tal vez lo más aconsejable en muchos casos sea dejarlos hacer sin más, y que se aburran solos de su triste jueguecillo. Otras veces, sin embargo, se hace aconsejable borrar los comentarios de los blogs en los que participan. Esto es un asunto delicado, porque muchos blogueros son totalmente opuestos a borrar comentarios. Si el asunto es de carácter ofensivo, sin embargo, hay que recordar que es el bloguero el responsable de lo que se publica en su blog. Y si a mí se me insulta en un blog con la connivencia de su editor, desde luego cortaré toda relación con ese foro. Si la cosa pasa a mayores, podría incluso llevar el asunto a la policía, o a los tribunales.

Creo sin embargo que la mayoría de blogueros responsables, a poco que reflexionen, verán que no es ético tolerar en su blog insultos, calumnias o suplantaciones una vez se han denunciado como tales y se ha quejado a ellos personalmente la víctima de esos abusos. Al menos, prefiero pensar que una gran parte se pondrán del lado de la víctima, y no del abusador enmascarado (si no, dime con quién andas...).

Para deshacerse de los ciberbabosos, no conviene airear mucho el asunto del borrado de comentarios abusivos, porque tiende a encender los ánimos de justicieros ignorantes (que los hay a patadas) que se llenan la boca con acusaciones de "nazi", "censurador", etc. – ya se sabe, los que siempre aplican al prójimo la ley del embudo.

Para estos casos, sugiero mantener un contacto por correo electrónico entre el responsable del blog donde sucedan los abusos y la víctima, para identificar los comentarios ofensivos o suplantados–y, desde luego, borrarlos. Los suplantadores se divierten mucho firmando con un enlace al blog del suplantado, pero evidentemente no tienen acceso ni a la administración de ese blog ni al correo electrónico del suplantado. Por eso es aconsejable utilizar estas vías para clarificar la situación, y en especial el correo electrónico, por su confidencialidad.

Es sabido que enviar anónimos malignos con papel y matasellos es, según el cine, acción propia de beatas envidiosas y pasantes casposos. Son siempre los malos de tercera fila de la película. No veo por qué en la red, o fuera de ella, hemos de aguantar a esos personajes, ni dejar que nos impongan sus normas.

9 comentarios

JoseAngel -

Gracias, Thilo, un saludo.

THILO -

Hola. Estupendo artículo. Me he tomado el atrevimiento de citar algunos apartes, citándolo a usted, por supuesto. GRACIAS

José Angel -

Pues nos podías poner un enlace para hacerte una visita, Gratal, aunque bueno, igual prefieres la tranquilidad... últimamente donde aparezco yo aparecen mis trolls, y no apetece. Pero ya pasará. Un saludillo.

Gratal -

No creo que el anonimato que da un nick suponga una puerta abierta al insulto; en todo caso, las personas agresivas y "faltonas" se apoyan en el nick como otros lo hacen en el pasamontañas para incendiar contenedores...
(Claro, qué voy a decir yo, que soy un adicto a los heterónimos aunque jamás he utilizado mi "adicción" para lanzar improperios a troche y moche.)

Buen debate éste de la impunidad del anonimato, aunque, por experiencia propia, he de reconocer que, al menos en mi blog, las buenas maneras son la única constante entre unos y otros. Y, por supuesto, cercenaría sin el menor remordimiento cualquier comentario que traspasara el límite de la ironía; no creo que ocurra... Somos dos y el gato y, en principio, bien avenidos.
Saludos y...paciencia.

José Angel -

Por cierto, hoy había otro debate sobre los anónimos en La Cosa Húmeda. Aclaro que yo no soy ninguno de esos anónimos... jeje.

José Angel -

Además pasa una cosa, Antonio; y es que los que firmamos con nombre y apellidos somos también menos dados a insultar... Yo tampoco tengo nada en absoluto contra los nicks si se mantienen las formas educadas, pero parece que cuando uno se pone una careta se hace más irresistible hacer y decir cosas que no haría en persona. Hoy mismo veía en un blog a un anónimo que echaba en cara a Savater no tener "tantos huevos" como otros para hablar sobre la situación en el País Vasco. Eso sí que merece un "manda huevos", viniendo de un anónimo, ¿no?

Antonio PÉREZ MORTE -

Está claro que los que van a pecho decubierto y dando la cara, son los que se llevan (o nos llevamos) todas las bofetadas...

No me molestan los mensajes anónimos ni los nicks, siempre que se mantengan las formas y el respeto a quienes participan en foros y libros de visitas. En un año de blog, sólo he tenido que borrar un mensaje en el que se insultaba sin justificación ni argumentos a un conocido intelectual aragonés.

Abrazos!

José Angel -

Pues aún has tenido suerte, Jio, y que te dure... Hombre, "obligado", nadie está obligado a borrar un comentario. Pero tampoco creo que nadie esté obligado a aguantarlo si le resulta ofensivo (contra una noción muy extendida en la blogosfera, me temo). Las divergencias son buenas, y divertidas, ahora, lo que no es bueno ni divertido son las ganas de jorobar y las falsificaciones malintencionadas. Para la víctima, digo. Siempre hay otros puntos de vista. Hasta lué...

jio -

bueno, he discutido esto ya con varios bitacorer@s y a distintos niveles (en blog y en la "realidad". yo empecé con seudónimo (me encanta la parte de juego que permite todo esto) pero nunca lo he usado para difamar. también escribo con mi auténtico nombre y dejando mis datos correctos (como tú mismo) donde lo tengo que hacer.
nunca y aunque parezca mentira me he visto obligado a borrar un comentario de ningún blog propio.
alguna vez he tenido situaciones "broncas" pero nada de llegar la sangre al río porque por un lado u otro nos hemos pasado al correo electrónico y hemos discutido de forma privada y exponiendo el porque de las divergencias. he acabado casi todas las discusiones con besos o abrazos.
en muchos sitios con los que no estoy de acuerdo no firmo, la escritura siempre me ha impuesto algo de educación (y siempre respeto). aunque no siempre sepa llevarla a buen término.
que como insinuas "la libertad de expresión" siempre es para aquel que sabe ejercerla, ya que aunque no se tenga razón si el crítico es responsable se puede llegar a buenos fines. sería un rollo un mundo donde todos pensáramos igual.

netiqueta? jejeje, buen tag.

arthur c. clarke. de los de mi padre.

cordiales saludos (como siempre :P)