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Vanity Fea

La mejor página sobre Shakespeare

La mejor página sobre Shakespeare

La escribió Borges, en El hacedor (1960). Como Kafka, Borges tiene sus precursores: pueden leerse algunas páginas de Biographia Literaria en que Coleridge compara a Milton y a Shakespeare como dos tipos de poetas antitéticos: el que lo asimila todo a sí, y el que tiene capacidad de volverse él mismo en en todas las cosas. Y Keats, en sus cartas, habla de la capacidad negativa de Shakespeare, su capacidad de contradicción y autoanulación podríamos decir, o de contener en sí mentalidades distintas y para otros incompatibles. Así lo vio Borges, que habla también, por supuesto, de Borges, y de cualquiera que entienda esta página y su final inquietante, casi aterrador.

Everything and Nothing
 


Nadie hubo en él; detrás de su rostro (que aun a través de las malas pinturas de la época no se parece a ningún otro) y de sus palabras, que eran copiosas, fantásticas y agitadas, no había más que un poco de frío, un sueño no soñado pr alguien. Al principio creyó que todas las personas eran como él pero la extrañeza de un compañero con el que había empezado a comentar esa vacuidad, le reveló su error y le dejó sentir, para siempre, que un individuo no debe diferir de la especie. Alguna vez pensó que en los libros hallaría remedio para su mal y así aprendió el poco latín y menos griego de que hablaría un contemporáneo; después consideró que en el ejercicio de un rito elemental de la humanidad, bien podía estar lo que buscaba y se dejó iniciar por Anne Hathaway, durante una larga siesta de junio. A los veintitantos años fue a Londres. Instintivamente, ya se había adiestrado en el hábito de simular que era alguien, para que no se descubriera su condición de nadie; en Londres encontró la profesión a la que estaba predestinado, la del actor, que en un escenario, juega a ser otro, ante un concurso de personas que juegan a tomarlo por aquel otro. Las tareas histriónicas le enseñaron una felicidad singular, acaso la primera que conoció; pero aclamado el último verso y retirado de la escena el último muerto, el odiado sabor de la irrealidad recaía sobre él. Dejaba de ser Ferrex o Tamerlán y volvía a ser nadie. Acosado, dio en imaginar otros héroes y otras fábulas trágicas. Así, mientras el cuerpo cumplía su destino de cuerpo, en lupanares y tabernas de Londres, el alma que lo habitaba era César, que desoye la admonición del augur, y Julieta, que aborrece a la alondra, y Macbeth, que conversa en el páramo con las brujas que también son las parcas. Nadie fue tantos hombres como aquel hombre, que a semejanza del egipcio Proteo pudo agotar todas las apariencias del ser. A veces, dejó en algún recodo de la obra una confesión, seguro de que no la descifrarían; Ricardo afirma que en su sola persona hace el papel de muchos, y Yago dice con curiosas palabras "no soy lo que soy". La identidad fundamental de existir, soñar y representar le inspiró pasajes famosos.
    Veinte años persistió en esa alucinación dirigida, pero una mañana lo sobrecogieron el hastío y el horror de ser tantos reyes que mueren por la espada y tantos desdichados amantes que convergen, divergen y melodiosamente agonizan. Aquel mismo día resolvió la venta de su teatro. Antes de una semana había regresado al pueblo natal, donde recuperó los árboles y el río de la niñez y no los vinculó a aquellos otros que había celebrado su musa, ilustres de alusión mitológica y de voces latinas. Tenía que ser alguien; fue un empresario retirado que ha hecho fortuna y a quien le interesan los préstamos, los litigios y la pequeña usura. En ese carácter dictó el árido testamento que conocemos, del que deliberadamente excluyó todo rasgo patético o literario. Solían visitar su retiro amigos de Londres, y él retomaba para ellos el papel de poeta.
    La historia agrega que, antes o después de morir, se supo frente a Dios y le dijo: "Yo, que tantos hombres he sido en vano, quiero ser uno y yo". La voz de Dios le contestó desde un torbellino: "Yo tampoco soy; yo soñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare, y entre las formas de mi sueño estás tú, que como yo eres muchos y nadie".

Nought but Shows (Music for a While)


5 comentarios

JoseAngel -

Sigo sigo, o lo procuro. De hecho, cuanto más feliz soy menos pinto en mi vida. O sea que tampoco es mi caso el de Shakespeare, que cuanto más sosita su vida personal más abundantes y geniales sus obras. Y, Maite, parece que esa sosez de Shakespeare, la falta de poesía del hombre, ha extrañado a más de uno. Lo que hace Borges es sacarle el mejor partido literario posible, creo.

marcos -

uy, no, no.
sí, pintas bien y cambias de registro. pero hijo, no pretendas compararte. mexplico. ayer por la noche le mandé el enlace a xx. ella tba dibuja y pinta. pero tiene un ojo pa ciertas cosas.. y además, tiene el metabolismo acelerado. asi q en dos minutos había encontrado tos los traumas de esa(s) mujeres a través de los cuadros colgaos. lo digo en serio, en el rato largo q estuvimos analizándolos luego sentí al menos cuatro escalofríos q me recorrieron la columna vertebral entera. tbe un aceleramiento del pulso, sudor frío, y me tuve q fumar después dos ducados, con su correspondiente acompañamiento de cerveza, pa tranquilizarme un poco y meterme en la cama.
en serio. más te vale no querer tener na en común.
de miedo.
ofú. sólo de contarlo se me erizan los vellos (bellos) de la espalda.
sigue feliz.

Maite -

Recuerdo una conversación entre amigos, hace unos años, cuando uno de ellos argumentaba con vehemencia la imposibilidad de que las obras de Shakespeare hubieran sido escritas por él y defendía la hipótesis de que el autor fue en realidad Cristopher Marlowe, quien necesitaba el anonimato de una muerte fingida para salir de los embrollos en que estaba metido. Pensé que la teoría daba un toque novelesco a la figura de Shakespeare, que ya de por sí, resulta misteriosa por falta de datos sobre su vida, pero que no cambiaba nada ya que sus personajes, los reyes y amantes a los que alude Borges, eran quienes habían alcanzado un grado de identidad mayor que su autor. Serán sueños de alguien soñado pero, a la vez, tienen algo de sólido por su capacidad para identificar y describir miserias y grandezas de lo humano.

JoseAngel -

Mmm... ¿No irá con segundas lo del trastorno de identidad disociativo? Lo digo por esto:
http://www.unizar.es/departamentos/filologia_inglesa/garciala/expo.html

marcos -

transtorno de identidad disociativo.
mira esto: http://www.futuropasado.com/?p=1143
y entra en la pág de la susodicha. es mu buena(s) artista(s).