Hace cincuenta años
miércoles 14 de julio de 2010
Hace Cincuenta Años
Por casualidad (a veces el Ministerio hace bien las cosas) tanto mi padre como mi madre, que no tenían planes de ser ni mi padre ni mi madre, fueron destinados como maestros al mismo pueblo del Pirineo, en los años cincuenta. Y el Destino, que aunque funciona siempre hacia atrás, también hace algunas cosas bien, los destinó—los acabó destinando, resultaron así las cosas—a casarse y a tener muchos hijos. El primero, yo...
Y así resultó ser lo que iba a resultar siendo. Las cosas empiezan sucediendo como por casualidad, pero acaban siendo nuestra vida y destino, nada menos.
Pronto nos reuniremos en Biescas a celebrarlo con padres y hermanos y madres y hermanas y enanos y enanas: a ver si pasamos allí también unos días muy felices. Y si no—que nos quiten lo bailao.
0 comentarios