Vislumbrando más sobre el 23-F
martes 7 de diciembre de 2010
Vislumbrando más sobre el 23-F
 Aunque poco más se vislumbra que no haya sido contado en libros como 23-F, la verdad, de  Francisco Medina, sobre el que hablamos aquí anteriormente. Ahora, para  celebrar los 35 años de la monarquía, y pronto los 30 años del intento  de golpe del 23-F, aparece el libro El 23-F: El secreto del Rey, de Jesús Palacios, autor antes de El golpe del CESID.  Aquí hay un resumen del libro, y aquí una entrevista muy reveladora con el autor.
 
 Resumamos algunos hechos que parecen desprenderse de este relato:
 
 El 23-F era un autogolpe del sistema,  donde estaban pringados desde el Rey hasta el PSOE. El golpe del  General Armada estaba planeado por los servicios secretos españoles,  orquestado por el CESID bajo Jesús Cortina, pero no con desconocimiento  sino con implicación del Rey y de las principales fuerzas políticas. La  intención era apartar a Suárez del poder, por el desgobierno de la UCD.  Se pensaba disolver el Parlamento y hacer un gobierno de concentración  presidido por Armada, y en el que estaría Felipe González y miembros de  las principales fuerzas políticas, excepto los nacionalistas.
 
 La versión que se ha vendido a España masivamente todos estos años es falsa. Según  esta versión oficial, se habría tratado de una trama de militares  franquistas sediciosos, con el decimonónico Tejero al frente y un  maquiavélico Armada detrás— y el Rey, con su autoridad, detiene esa  trama de la que nada sabía, y se erige en defensor de la Democracia, y  se gana la corona por sus obras.
 
 Esta versión es una cortina de humo, patraña política o engañabobos,  encaminada a disimular la implicación del Rey en esa "operación de  Gaulle" que hubiera puesto a Armada al frente del gobierno. Y la  implicación del PSOE en el golpe fue crucial–y la de otras fuerzas  políticas. Se aprovechó la actuación descontrolada de Tejero para  disimular el conjunto de la operación, y cargarle a él el muerto. Bueno,  a él y a Armada—y a Miláns del Bosch, y a los demás militares que se  pusieron en evidencia—cuando al correrse una Cortina sobre la operación,  Armada y ellos quedan en evidencia, como si fuesen ellos sólos los  golpistas e inventores de la trama. Armada, lejos de ser un traidor  intrigante, fue siempre fiel al rey, y se fue a la cárcel sin abrir la  boca para defenderse. Claro que pronto le acabaría llegando un discreto  indulto... de mano del PSOE.
 
 "A mí dádmelo hecho"—decía el rey del golpe en ciernes. Y cuando salió  mal retratado el golpe en televisión, también le dieron hecha la  reconducción del golpe, la "salvación del país" (también a través de la  tele), y la versión oficial de los hechos para consumo público.
 
 Como siempre, los mandamases utilizan vergonzosamente a sus  subordinados, para salvar ellos su imagen. Siempre hay un cabeza de  turco a quien cargarle las actuaciones inconvenientes. Y en esta  vergonzosa actuación concurren el Rey, el PSOE, y muchos más.  Y hale, a  ir de salvadores de la democracia. Y el país, a ver humo —que es el espectáculo que siempre le preparan sus gobernantes.
 
  
 
 
 
 
       
		
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