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Vanity Fea

Pan sin hostias


 
hostias 
Otra vez una ola de disturbios repentinos y desproporcionados mayormente entre jóvenes, muchos de minorías étnicas, revueltos violentamente contra la policía y los demás vecinos, sirviéndose de redes sociales y mensajería para organizar sus ataques y concentraciones. Lo que pasa en Londres, Manchester, etc., no es sino lo que pasó en París hace seis años: el resultado de una generación de chavales que han crecido sin educación—desvinculados emocionalmente de sus familias y de los valores de su comunidad, ya sea étnica o nacional, e identificados con su grupillo de gamberros que les da el reconocimiento mutuo y con nada más. Se han criado en un ambiente de hostilidad al Estado y a la sociedad organizada: al "sistema" se le puede dar leña, que es de goma. Y la respuesta es la misma que ya recomendé para la red de quemacoches de París: lo que necesitan urgentemente es una manta de hostias bien dadas, para comenzar su educación para la ciudadanía, y enterarse de que forman parte de una sociedad más amplia. En su infancia les hacen falta: que no se las ha dado nadie y llevan muchas de retraso. Las necesitan más que comer, pues muertos de hambre no son: que no sólo de pan vive el hombre, sino también de hostias. Les ha faltado una familia responsable, una educación en el respeto a los demás, aunque no sean de su pandilla ni de su raza ni de su edad—y disciplina. Esto de las kdadas para saquear e incendiar, es su manera de pedir an education a gritos. Yo creo que tienen derecho a ella, empezando por lo básico. Lamentablemente, si no les han educado hasta ahora, no creo que vayan a empezar a estas alturas.


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Oigo a un sociólogo hablar del descontento con el sistema, de los jóvenes sin alicientes en la vida, falta de expectativas e ilusiones, etc.  Muy propio de muchos intelectuales universitarios, el justificar a los vándalos y matones. Se hace con cierta frecuencia. Pero aquí no.  Aquí hay un debate más sensato al respecto. A notar, especialmente, lo que dicen sobre el ingrediente de machismo, de testosterona masculina y de gallitos de barrio que en estos fenómenos.


La galaxia Internet, y su centro




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