Más justicia a la española
Más justicia a la española
Protegiendo a administradores corruptos y prevaricadores, siempre hay un juez a punto, o un tribunal entero.
Primero, el Tribunal Supremo sentencia que al vicepresidente Chaves no se le puede denunciar por corrupción—juzgarlo, ya, ni digamos. En si delinque o no, por supuesto ni entran. Me recuerda lo de un pobre mancebo / robó solo un huevo / y al sol bambolea / y otro se pasea / con cien mil delitos. En Andalucía, y en España en general, viene pasando mucho esto. Los administradores corruptos lo tienen siempre muy fácil con la justicia—lo raro es que llegue algún expediente hasta estas distancias, pero ya están allí esperándolo los prohombres adecuados, si se cuela alguno.
Y otra: el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña suspende la ejecución de la famosa sentencia contra la inmersión lingüística obligatoria en catalán. Ya se le veía al propio presidente del tribunal que tenía más miedo que alma al dictar la sentencia, y que ni la entendía él mismo, o no se atrevía con ella. Ahora la ruta está clara: si se rechaza el recurso, que no creo que llegue a eso la cosa, irá al Tribunal Constitucional el asunto, y allí por supuesto vía telefonazo, o vía telepatía, saldrá la sentencia que convenga a los nacionalistas, como venimos viendo.
Si se busca con Google la frase "suspende el auto de ejecución" o "suspensión del auto de ejecución", no hay ningún otro resultado de búsqueda excepto este caso.
Yo porque soy del los que aún tienen trabajo en este país, que si no me iba de él. A Cataluña, esa España profunda, por supuesto ni me acerco siempre que puedo.
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