Palacios en el viento y crisis de deuda
En economía capitalista, las crisis financieras y burbujas especulativas son un fenómeno recurrente, que ya cuenta con sus propios clásicos, como la burbuja de los tulipanes en la Holanda del siglo XVII, y la Burbuja de los Mares del Sur en la Inglaterra del XVIII. Pero aún hay un clásico más antiguo: el Cuento de la lechera de Esopo, y sus variantes. Somos simples, y en última instancia a estas lecciones se reduce la crisis de deuda soberana— y para la del euro, podríamos añadirle algún apólogo sobre el manirroto de la familia.
Samaniego le dio esta moraleja a estas especulaciones basadas en el control y previsión del futuro, y en el éxito de los planes y proyectos y gastos por adelantado:
¡Oh loca fantasía!,
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría;
no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre tu cantarilla la esperanza.
No seas ambiciosa
de mejor o más próspera fortuna;
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro:
mira que ni el presente está seguro.
La diferencia es que la lechera sólo soñaba, y que aquí ha vendido por anticipado los pollitos, ha comprado toneladas de comida para gallinas, y se ha abierto lista de boda.
Todo porque el futuro se vendía como seguro, y se vendía caro. Ahora que las acciones del Futuro han bajado en la bolsa, que se vende como incierto, y que ya no vale nada... hala, a pagar la diferencia de precio.
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