"Miller decide que la protagonista de Beloved de Toni Morrison hace bien en matar a sus niños antes que devolverlos a la esclavitud - "her decision was just, since it was inaugural, inititatory" (25) —y yo sin embargo decido que hace mal, por muy inaugural que sea su decisión, y muy contextualizada, y por mucho que crean ella, y Morrison, y Miller, que hace bien. Una decisión ética para ella, quizá, pero inmoral. No en sí, claro—sino para el juicio ético y moral de este lector".
En sustancia diré aquí que:
1) me repugna la justificación del infanticidio que se trasluce en la novela a tenor de su tema explícito, la historia de Sethe matando a su hija para librarla de la esclavitud.
2) encuentro asimismo repugnante que se utilice ese infanticidio "justificado" como metáfora de otro proyecto "ético" subyacente a la novela, la justificación del aborto—máxime cuando se reconoce sobradamente en la propia novela la dimensión criminal de la acción de Sethe, y el daño que se hace a sí misma aparte de a su hija y a su comunidad.
Dicho esto, hay de todo en la novela, cosas buenas y malas; hay imágenes terroríficas de la humillación y sufrimiento de la esclavitud y del racismo, y en muchos aspectos puede decirse que está "bien escrita" en el sentido de que nos transmite la visión de los personajes y su experiencia de modo vívido e imaginativo. Morrison es clasificada normalmente en la corriente del realismo mágico, y aquí la magia viene del pensamiento mágico de la comunidad negra, a través de varios puntos de vista (Sethe, Beloved, Baby Suggs, Paul D., Denver, etc.). Viven en un mundo de espíritus donde la continuidad entre el más acá y el más allá es tal que en realidad el más allá está más acá de lo aceptable para una mente que no participa de este pensamiento mítico. Y a la vez se presenta el prosaísmo del día a día, y también su simbología espontánea (como las sombras que se dan la mano cuando Sethe, Paul D. y Denver andan de camino a la feria) en un continuo difícil de desligar. Tanto más cuanto que la autora obviamente participa en buena medida de este pensamiento mágico con espíritus activos que rondan a los vivos; un pensamiento mágico le hace aceptar el infanticidio que comete Sethe como una manera "lógica" (digamos) de poner a su pequeña en un lugar seguro.
No me extenderé en argumentar por qué ese infanticidio "benevolente" es repugante e inmoral, entendible como fruto de una mente traumatizada, como la de Sethe, traumatizada, ignorante y confusa—pero fruto podrido como bien ve por otra parte la comunidad que le hace el vacío durante años, aunque muchos de ellos llevasen sus propios traumas y crímenes a cuestas. La idea que tenga alguien sobre el futuro (tan desconocido) en modo alguno puede servir de justificación para una decisión semejante, por horrible que sea la esclavitud—se basa en el error monumental de creer que el futuro está cerrado y que es, inevitablemente, como el pasado. En fin, que aquí lo dejo, sólo apuntando que encuentro aborrecibles dos cosas
1) la voluntad de la autora (del "sistema de valores implícito") de la novela de justificar en la medida de lo posible la acción de Sethe, minimizando su estulticia y brutalidad, y maximizando su "benevolencia" y su carácter trágico y ético.
2) Por contagio espontáneo, al parecer, la disposición por lo que veo unánime de críticos y lectores a llevarse una mano al pecho y admirar y lamentar la situación trágica del personaje, minimizando también su culpa y la brutalidad abominable de sus acciones.
En fin, que me parece un caso de moralidad más que dudosa, seguido por un caso de papanatismo crítico universal, a really bad case of friendly criticism. Me dejo sin mencionar algún elemento grotesco de bad art que viene a complicar la cuestión—por ejemplo, cuando "regresa" la niña muerta dieciocho años después en forma de chica perdida y un poco fey, no se le ocurre mejor cosa a la novelista que hacer que la deje embarazada la actual pareja de Sethe, Paul D. (¿para qué, se pregunta uno?—a fucking interloper of a subject).
A nivel literal, la novela es la historia de cómo vuelve Beloved para hacerse amiga e hija adoptiva-enamorada de su madre, a la vez a modo de perdón, pero también para atormentarla, tras una primera existencia en forma de poltergeist. Y cómo tras una crisis, el espíritu en forma de mujer desnuda embarazada es exorcizado por la comunidad de mujeres negras, y vuelve a una existencia marginal e invisible, permitiendo a Sethe rehacer su vida. A nivel sintomático, la novela es, me parece, una confusa palinodia-justificación-mea culpa de los sentimientos ambiguos que siguen al aborto. Una se quiere justificar, creer que la mujer que aborta hizo lo que correspondía en las circunstancias, y trae a colación como metáfora the black woman's burden, esclavitud incluida. Un poco excesivo, quizá—sobre todo cuando se quiere presentar como un acto de amor supremo. Estamos a un paso de la hipocresía más apestosa—quizá incluso a un paso más allá.
Hay muchas justificaciones que se pueden buscar para el aborto—por ejemplo que no es humano lo que tienes dentro, como decía Bibiana. Pero ni a la Bibiana se le ocurrió llevar a estos extremos lírico-sugestivos lo del aborto por profundo amor. Que es, puestos a buscar justificaciones, una de las más falsarias que se me ocurren; lo de mezclar espíritus por medio no sé si es un atenuante o un agravante—como el alcoholismo; quizá como norma general sea recomendable evitar leer autores espiritualmente alcohólicos.
Podría argüirse que la asociación que veo entre Beloved y el aborto es por una parte obvia y por otra parte arbitraria e inexistente (no dudo que habrá quien argumente las dos cosas...). Prefiero ceder la palabra a un par de lectores admirativos (friendly criticism) y ver cómo la cuestión del aborto forma parte del trasfondo ideológico no explícito de la novela. Y cómo la actitud implícita supuesta en la autora ("en el sistema de valores del libro" o autora implícita) es la que he dicho: justificación de lo que no debería justificarse, al menos no de modo tan falsario y autorreivindicativo. Aquí Bob Hart nos presenta a Sethe como una heroína trágica completamente acertada en sus difíciles situaciones éticas, y ve un paralelismo evidente en las madres que abortan hijos por su propio bien (el de los hijos, digo):
ABORTION IN TONI MORRISON'S BELOVED - by Bob Hart
In the novel Beloved by Toni Morrison, the main character, Sethe,
commits a crime unthinkable and incomprehensible to most people today. She
murders her own child, her own flesh and blood. The institution of slavery
drove Sethe to make this drastic decision. Comparing the situations of
slavery to today's society is impossible. Yet, we still see mothers
killing babies (or fetuses). The issue of abortion has been a constant in
our society for years. Is the emotional struggle to kill a baby made out
of love or selfishness?
The cruelties of slavery from which Sethe plans to save her
children are manifold in Beloved. Sethe was living in a time completely
different from our own. She and other slaves experienced things that none
of us could ever imagine; having breast milk stolen from her own body,
being whipped by a chokecherry tree to the point of leaving permanent scars.
Other cruelties for Sethe are to know that her friends were hurt. Sixo
was roasted alive and Paul A hung. Paul D is locked onto a chain for
eighty-three days in a prison camp in Georgia. These pains for her friends
can be just as painful for Sethe. All in all the life of a slave is
dehumanizing. Constant hiding and being on the run plays tricks on the
mind of slaves. Shown by Paul D in his most discouraging conflict comes in
contact with a rooster, Mister. Humiliated by the fact that an animal was
walking around with more power, he doesn't understand how an animal can
have a better life, and place judgement on a human.
During the time of slavery the love between a mother and her
children dims. Through scars mothers and children were to have secret
relationships. In Sethe's only memory of her mother she was introduced to
a scar underneath her breast which could always identify her mother. After
her mother was hung, Sethe did examine her corpse, but was unable to locate
the symbol on the decaying flesh. Imagining how these images design a
psyche for a child, this memory would bruise them for eternity. These
morbid rememories for Sethe are reminders for her that she is living in an
imperfect society.
As a slave Sethe was not suppose to love or want to own anything,
but she could not do that with her children. On the farm with the Garners
Sethe had a little taste of what it was like to have some control over her
own life. She was able to choose her husband and be with him. It was not
until the schoolteacher and his nephews came to the farm that Sethe really
understood what it was to be a slave. Sethe did not want her own children
to have to go through what she did. When the schoolteacher came to take
her back to his farm, she reacted in the only way that she knew would keep
her children from having to go back there. All that was going through her
mind at the time was the thought that she and her children were going to
have to live the life of a slave once again and that was more than she
could bear. Sethe's intention was to kill all her children including
herself. Only to fail at this plan she could not have foreseen that the
schoolteacher would think she was crazy and leave, letting her stay in Ohio
as a free woman. The only thing she could see was having to live on that
farm again. She did not want her children to have a taste of freedom and
then have it taken away from them.
Giving away part of yourself out of love is a very powerful and
haunting concept, which a mother has to live with forever. Beloved, the
child killed by Sethe, comes back to haunt her. "The fingers touching the
back of her neck were stronger now-the strokes bolder as though Baby Suggs
were gathering strength. Putting the thumbs at the nape, while the fingers
pressed the sides. Harder, harder, the fingers moved slowly around toward
her windpipe, making little circles on the way. Sethe was actually more
surprised that frightened to find that she was being strangled (96)."
Showing that the decision for her killing was made out of love, we see such
a strong hold on Sethe by Beloved that the love is suffocating. Beloved's
return from the dead was not made out of anger and spite but love.
Realizing that Beloved's return to haunt was not made out of revenge seems
to be surprising to Sethe not frightening of her suffocating love. The
love between Sethe and Beloved grew so strong over twenty-eight days that
Beloved even wants to take Sethe back with her. Take Sethe to a place
where she knows love will dominate.
In Beloved understanding that Sethe is killing hr babies out of
love is easy to see. Yet, today with abortion people still have doubts
against abortion. Arguments today against abortion are that a mother has
to take responsibility for her actions. Meaning that using abortions as a
form of birth control is looked down upon. This mother would be looked at
as selfish by stealing the life of an innocent fetus. Although the
circumstances surrounding each situation varies greatly, the decision made
by a mother is close to that Sethe made. Do I love my own flesh and blood
enough to take their life away for fear that their life will not be lived
to its full potential? Abortion relates to the idea of tough love. Sethe
doesn't understand the concept of thin love. Love is either tough or isn't
present. Being an ex-slave having this mentality is understandable. This
type of decision is not an average everyday decision. Much thought and
anguish weighing both pros and cons must be considered. Weigh ing the
cruelties of society against life is a decision that has no right answer.
Too many unknowns lie present in the lives of these mothers. This
instability in the life of the mother is probable reason why an abortion
would occur. Instabilities include; young age, lack of a husband,
financial considerations, and even the lack of the mother's own stability.
Ultimately the determination lies within the heart of the mother to
distinguish whether it's right or wrong. Making a decision of this
magnitude only makes the mother stronger. Our first impression of Sethe is
amazement at how strong of a person she is. Making it through the tough
times of slavery only to have to make a decision to kill your children
creates a spirit of steel.
Sethe's decision has effects not only on herself but all others
surrounding her. We see people scared of and off by her decision; people
like Paul D, Howard and Buglar, and the whole community. A decision like
this does not only have negative effects. Denver is portrayed as weak
throughout most of the novel. Nearing the end and finding out more and
more information we see a new side to her. A little girl once afraid to
leave the house takes her first steps away from 124. She makes these steps
in search of food and nourishment for her malnutrition mother. Denver is
an example of a positive of a tough love decision, made by Sethe and many
women today. A feeling of Sethe's strength has rubbed off and helped mold
Denver into an even stronger person.
"Here, in this here place, we flesh; flesh that weeps, laughs;
flesh that dances on bare feet in grass. Love it. Love it hard (88)."
Baby Suggs the spiritual leader of Beloved explains the moral of the book,
which is love. Love is something strong enough to go to extremes for.
Coming back from the dead, killing your children, yet loving. Never be
afraid of a decision made out of love. Be afraid that if you didn't make
the decision out of love that it will come back to haunt you.
Work's Cited
Morrison, Toni. Beloved. New York: Penguin Books, 1987.
Queda un poquito más confusa de lo debido la conclusión, visto que si Sethe le rebanó el cuello a su bebé por lo profundo de su amor (y quién lo duda, Bob Hart no) el bebé no debería haber vuelto en forma de espíritu o súcubo a complicarle la vida. Pero volvió. Igual es un caso de return of the repressed, el de Bob digo. Se verá que la sustancia de su argumentación es que el aborto también es una decisión ética basada en un amor enorme a la criatura. Para volverla angelito, de esos en los que cree Sethe, y de paso "bendito sea lo que nos endurece", como decía Nietzsche.
En otro ensayo, pro-Obama y pro-aborto, sobre "Las implicaciones éticas de Beloved de Toni Morrison y la elección de 2012" la activista negra Maxine Thompson asocia el infanticidio cometido por Sethe a los abortos o infanticidios de muchas otras mujeres negras, justificándolos, y llega a hablar, absurdamente, de que "Sethe fue violada y obligada a asesinar a su hija". Se pregunta uno si esta señora se ha leído la novela, o se la inventa a su gusto.
No es Sethe la única infanticida en Beloved. Una de las mujeres que exorcizan a Beloved, Ella, había sido violada y torturada por sus amos blancos, y dio a luz un niño al que dejó morir sin tocarlo. El asco y la repugnancia que siente hacia sus violadores y hacia el hijo al que ha dado a luz se expresa de modo aprobatorio por la autora:
"Ella had been beaten every way but down. She remembered the bottom teeth she had lost to the brake and the scars from the bell were thick as rope around her waist. She had delivered, but would not nurse, a hairy whitething, fathered by 'the lowest yet.' It lived five days never making a sound. The idea of that pup coming back to whip her too set her jaw working, and then Ella hollered. (258-9).
Esta es una strong black woman,sin duda también, otro espíritu de acero—y el bebé blanco "peludo" que nace se describe en términos animalizantes, que si no lo hubiese escrito un negro se diría que son racistas—al igual que se puede observar que en cualquier otro contexto se consideraría inaceptable el tema central del libro, el tema de la maté porque era mía o la maté porque la quería. Se cuida la novela por tanto de justificar el infanticidio de diversas maneras; al parecer la ética y el respeto a una misma lo exigen en estos casos. Esta otra mujer, a diferencia de Sethe, no mata por amor a su bebé sino por aversión; pero los resultados para el bebé son parecidos, con lo cual lo del amor podría parecer una interpretación ad hoc. Para tener los pies en el suelo no hay que olvidar que esos angelitos en los que cree Sethe por supuesto existen, pero están en su cabeza. Y una persona que cree en ellos no sabe haste qué punto está priorizando su cabeza y sus ideas por encima de las cabezas y los cuellos de los demás. La autora tampoco parece tenerlo muy claro.
En un ensayo sobre escritoras caribeñas comparadas a las afroamericanas, publicado en Nor Shall Diamond Die, Ana María Fraile asocia la estética y la temática de Beloved a la de otras autoras de pensamiento similar—y también reaparece la cuestión del aborto asociada espontáneamente. El ejemplo se refiere a Beyond the Limbo Silence de Elizabeth Nunez (1998) donde la protagonista también aborta (p. 135) y a la vez utiliza a su bebé no nacido como una vía de comunicación con el mundo de los espíritus y con su auténtico ser "africano". Cito algún párrafo:
"By means of the use of the trope of spirit possession, recurrent in much Caribbean and African American women's writing, Nunez has the protagonist accept as hers all the "discredited knowledge" that Toni Morrison reclaims. The African rite of spirit possession allows Sara, possessed by the spirit of her unborn child, to reach back to her white great-grandmother Bertha, to her Amerindian heritage represented by the myth of the Orehu, god of the Waraos who once inhabited the Caribbean islands 'until the white man pushed them onto the mainland' (10), and ultimately, to her African origins. By blending these cultures in her search for knowledge she defies and discards the 'European way' (284) of knowing based solely on reason. Indeed, Sara's possession means the re-appropriation of devalued non-Western wisdom referred to as "darkness" and embedded in her memeory: "Now I felt an urgency to remember, to know, to understand, to love a past that had terrified the child in me' (284). This memory is not circumscribed to her personal finite life and the events she has witnessed, but turns into a sort of collective memory of her ancestry. It is linked, therefore, to the concept of 'rememory' that Toni Morrison articulates in Beloved, according to which 'memories have a physical existence beyond the minds of the individuals in which they originate; it is possible to bump into and inhabit another person's memory" (Peach 117)." (Fraile 136)
Es fácil apreciar el elemento creativo, autopoético, de este self-making de las protagonistas oprimidas; pero se pierde de vista casi totalmente cómo este recurso al pensamiento mágico es una manera de cortar la realidad a la medida de los propios deseos—lo que en personajes no bendecidos éticamente por la aprobación implícita de las autoras se consideraría una irresponsabilidad arbitraria y caprichosa, o un delirium tremens espiritualista. Es siempre la función del más allá, claro, el apoyar palancas que en la tierra no tienen donde apoyarse.
Se ve cómo aquí los personajes barajan espíritus y tradiciones e identidades, efectúan sus rites of empowering, y se alinean con los mitos de sus comunidades (imaginadas) en busca de su auténtico yo y de la expresión adecuada del mismo—lo cual está muy bien indeed. Pero, en ningún momento se trasluce un asomo de crítica a la manera en que estas heroínas supeditan la vida ajena y los destinos no escritos de los demás a esas ideas propias mágicas sobre sí mismas y sobre lo que vale o no la pena vivir o hacer—no, ahí se impone la cosa sin discusión, a base de cuchillo y serrucho, y con el beneplácito de las autoras y asentimiento conmovido y admirado de los críticos. Todo un síntoma, o un síndrome quizá. La verdad es que cuanto más lo pienso, más asco me da el piadoso discurso de respeto selectivo que emana de estas novelas y las rodea como una niebla espesa.
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