Bien, por fin se materializa aquello de Orwell de que el Gran Hermano puede mirar dentro de tu casa cada vez que lo considera oportuno. O aquellos sueños de Hoover de poderle pinchar el teléfono a todo el país sin miramientos a los derechos constitucionales a la privacidad y zarandajas. También pasan a la historia pamemas como los pinchazos telefónicos que hacían dimitir a presidentes. Claro que esto no lo hace Bush, en cuyo caso aún habría escándalo y chillidos de novia pillada en bragas; lo hace Obama, con lo cual hay garantía de que las plataformas de derechos civiles no pondrán el grito en el cielo, o protestarán bajito. Las compañías lo negarán, que para eso es un programa secreto. Y el gobierno lo hará. ¿Por qué? Porque puede.
Qué ironía que esto lo haga un gobierno progresista, después de llenarse la boca la izquierda norteamericana poniendo a Bush a bajar de un burro. Hay que subrayarla, a estas alturas.
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