Stand by me
A veces voy de músico callejero guitarreando ésta:
La versión de Lennon hay que oír, que lo han arrinconado mejores voces, pero tiene lo suyo. Sobre todo que era la que yo oía en 1975.
Por cierto que esto de tocar la guitarra en la calle, aparte de ser una manera excelente de pasar un buen rato, es algo que no se lleva. Se llevaba más en los setenta y ochenta, pero a estas alturas de la vida o de Occidente es un desafío por los tiempos que corren, todo un atentado a la máscara de la normalidad.
El personal me mira desconfiado con el rabillo del ojo, o da un rodeo, por si pido dinero. Aunque a veces viene a bailar al lado algún niño pequeño. O me dan conversación los sudamericanos, los negros y los rusos, las pandillas de gitanos y gitanillas, las extranjeras, los que salen de tratamiento psiquiático, los hippies y beatniks (que los hay) y alternativos o alternativas varios. Españoles de pro, lo que se llama gente normal y cristianos viejos.... ¡vade retro! O todo lo más algún conocido de antes, que me mira entre sorprendido y apenado. Ahora que otra cosa curiosa, o no, es que los que vienen a darme palique quieren oirme hablar, al parecer—jamás nadie me ha sugerido que le toque una canción.
0 comentarios