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Vanity Fea

Globalización

Nos anglifican el nombre

En la web de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Educación y Ciencia emiten directrices para estandarizar los nombres de los investigadores españoles en las publicaciones científicas: para que yo, José Ángel García Landa, no sea nada de esto en las bibliografías:

1) García Landa, José Ángel
2) Landa, José A. García
3) García, J. Ángel
4) García Landa, J.
5) Landa, J. A. G.
6) García-Landa, José,
7) Gª Landa, José-Angel.

Y sea, en su lugar, sólo ésto

8) José Ángel García-Landa (firma recomendada), o sea
9) García-Landa, JA (su resultado en la ISI Web of Knowledge).

Suponiendo que yo sea investigador y aparezca por la ISI, que es mucho suponer.

Bueno, pues esta normativa o recomendación tiene como todo su lado bueno y malo. No entiendo a las personas que multiplican sus alias y sus firmas (utilizando todas las formas del 1 al 9), pero haberlas haylas, y eso sin contar con los catalanes que son tan pronto Peras como Pedros, y otras cuestiones aledañas. En particular entiendo poquísimo a los que tan pronto utilizan como dejan de utilizar su primer apellido vulgaris, o lo abrevian, tantos González que aparecen intermitentemente o se quedan en Glez., y Garcías en Gª (nº 7)—absurdo, digo. Aunque oye, cada cual que haga como quiera y multiplique sus entidades, como Guillermo de Ockham u Occam. Luego igual le piden un test de ADN junto con el currículum-bite, para probar que es él mismo.

La reforma sigue el principio anglófono según el cual sólo hay un apellido, la última palabra suelta del nombre, y todo lo que va delante son nombres. O sea, que si yo firmo con mi firma habitual española más completa y lógica, "José Ángel García Landa", esta normativa me va a convertir en una bibliografía en "Landa, JAG". Que ya lo hacen algunos al incluirme en una bibliografía, ya. La idea es resignarse a morir al palo y juntar los apellidos como hacen los americanos en este caso (número 8-9). Muchos colegas ya lo hacen cuando publican en inglés, y especialmente en las publicaciones en el extranjero, como resignados a rebautizarse para evitar confusiones, o adoptando una identidad más aerodinámica e internacional.

Pues yo no, qué leshes. Más bien he preferido siempre aclarar con mucho cuidado con los editores cómo hay que alfabetizar y escribir los nombres españoles, y si me han publicado algo en Londres o en París, Texas, pues ha aparecido con mi nombre auténtico y no anglofonizado ni adaptado a la normativa globalizada. Y si me citan mal, oye, que aprendan ellos a citar, que todo esto funciona en dos sentidos, y también nosotros tenemos que aprender que John Fitzgerald Kennedy no era hijo del Sr. Fitzgerald y de la Sra. Kennedy.

Bueno, reconozco que en la Universidad Brown, donde saqué un Máster, le expidieron el título a un tal Jose-Angel Garcia-Landa, creo; debía ser por normas de la casa...

El resultado de esta práctica recomendada ahora es que el segundo nombre de los nombres dobles ("Ángel" en mi caso) se convierte en un "middle name", y que los dos apellidos desaparecen para convertirse en uno solo, como si todos tuviésemos ínfulas nobiliarias de apellidos rimbombantes, como en la partida de bautismo, "José Ángel García y Landa", hale, pero ahora con bautismo americano. Peor les va a los que tienen "des" y "de las": así, "Emilio de la Banda García" se convierte en "Emilio Banda-García"; "María del Mar Valero Ruiz" se convierte en "María M Valero-Ruiz", y Carlos García de la Torre en "Carlos García-de-la-Torre".

Pues de momento que se rebautice quien quiera a la moda del XXI. Yo seguiré firmando como firmo ahora, todo lo más destaco el apellido en un tipo distinto para que se sepa dónde alfabetizar, José Angel García Landa. Eso si me cita alguien, que ya querría yo, ya.

Hola, Humano

 

Ségolène à Saragosse

(Viernes 9 de febrero de 2007) 

Bueno, no Ségolène, sino un cartel suyo: "Ségolène Royal: Pour que ça change fort"—en la Facultad de Filosofía y Letras. Aquí le ha tomado la delantera a Sarkozy. Primera vez que veo un cartel electoral de otro país europeo, por vecino que sea, por aquí. Aunque ya había visto el año pasado uno de Alan García, ese sí que fue el primero de los primeros. Y de Cataluña o de Navarra aún no he visto ninguno, de hecho. No sé si en Madrid o Barcelona habrá más costumbre de que lleguen estas campañas foráneas, como no sea a través de la prensa; en este caso seguramente es por la abundancia de estudiantes Erasmus franceses. Aunque las dos únicas Erasmas que tengo yo en clase ahora mismo son lituanas. La esfera se contrae; el globo se globaliza.

Botter l'Estatut 
 


Han Jodido el Planeta

Este era un famoso verso de Allen Ginsberg. Lo mismo parece opinar James Lovelock, el de la teoría Gaia, pues nos dice que el calentamiento global es irreversible. Bueno, tan irreversible no será cuando otros nos aseguran que a lo primero que puede llevar el calentamiento global es a una nueva Edad del Hielo (como en El día de mañana) por la alteración de las corrientes marinas... Vamos, que no tengo claro yo aún el alcance de estas previsiones a largo plazo.

Lo que sí parece es que el tiempo anda revuelto, muy revuelto, a plazo más corto (hablemos de la vida humana). Cuando yo era jovenzuelo, los cierzos de Zaragoza y ventoleras de Biescas eran de aúpa, y al parecer habían sido una constante del clima local desde que se inventaron estos sitios (cosa que habría que contrastar, claro). Los inviernos, nevaba, si no en Zaragoza, sí invariablemente en Biescas. Íbamos a esquiar a las afueras del pueblo; a veces, hasta por las calles del pueblo. Los cañones de nieve eran no sólo una idea inconcebible, sino absurda por lo superfluo. La nieve aguantaba meses en los pirineos; los glaciares no parecían peligrar. En primavera y verano había, quieras o no quieras, tormentas de verano. En otoño llovía, mucho. En abril, aguas mil.

Al quedarnos sin nieves, y sin vientos, y con lluvias erráticas, nos hemos quedado, algunos, sin agua (pequeño detalle en África...). Y, además, sin puntos de referencia, sin valores fijos, en un estado de flotación postmoderna donde las viejas certidumbres no sirven, y parece que todo vaya a tener que improvisarse o descubrirse de nuevo. Parece que no nos valgan los refranes, que estemos fuera del alcance del sentido común y del orden de las cosas. Y, bueno, sí; quizá estemos en pleno vuelo libre o huida hacia adelante, o salto del trampolín hacia el futuro... pero la modalidad del aterrizaje aún no está bien estudiada.

El futuro es fundamentalmente imprevisible. Quizá dentro de cuarenta años se hablará de cuando creían en el calentamiento global. Mayores sorpresas ha habido. Pero con los datos de más a mano, por no hablar del Protocolo de Kyoto, parece oportuno apagar todas las luces y aparatos eléctricos hoy, de ocho menos cinco a ocho, según pide la Alianza por el Planeta:

    Participate in the biggest mobilization of Citizens Against Global Warming!

    The Alliance for the Planet [a group of environmental associations] is calling on all citizens to create 5 minutes of electrical rest for the planet. http://www.lalliance.fr

    People all over the world should turn off their lights and electrical appliances on the 1st of February 2007, between 13.55 pm and 14.00 pm in New York, 18.55 for London, 19.55 for Oslo and 19.55 for Paris, Bruxelles, and Italy. 1.55pm in Ottawa, 10.55 am on the Pacific Coast of North America, 1.55 and 2.00 am in Vietnam.

    This is not just about saving 5 minutes worth of electricity; this is about getting the attention of the media, politicians, and ourselves.

    Five minutes of electrical down time for the planet: this does not take long, costs nothing, and will show all political leaders that global warming is an issue that needs to come first and foremost in political debate.

    Why February 1? This is the day when the new UN report on global climate change will come out in Paris.

    This event affects us all, involves us all, and provides an occasion to show how important an issue global warming is to us. If we all participate, this action can have real media and political weight.

    Please circulate this call to your utmost ability to your network.

    Never doubt that a small group of thoughtful, committed citizens can change the world.
    Indeed, it is the only thing that ever has. M. Mead



Cambiar el mundo... de hecho es lo que hemos estado haciendo; demasiado deprisa lo hemos cambiado. Tampoco parece que Occidente vaya a parar por voluntarismo, y Bin Laden con sus VHS y su jaima no parece una alternativa ni deseable ni viable (¡esperemos! Según los filmes futuristas tipo Mad Max, es lo que nos espera en el futuro, la barbarie feudal otra vez... e Irak como prototipo).

Sea como sea, lo importante no es salvar el planeta. El planeta se salva muy bien él solito, hasta que le toque perecer en el Fuego Final, cosa que le dará igual, por otra parte. El equilibrio ecológico no es deseable por el bien del planeta, diga lo que diga Lovelock. El planeta se siente igual de bien poblado de bacterias que de dinosaurios o de humanos. A los rinocerontes no los va a echar de menos ningún rinoceronte, ni ningún chimpancé. Sufrirán los individuos antes de morir, pero eso siempre lo hacen, y todos mueren. El dolor por las especies y por el orden del mundo es un dolor propiamente humano. Todas estas preocupaciones y valores ecológicos son valores puramente humanos, pues sólo a los humanos les preocupa la diversidad ecológica, el equilibrio climático, etc. Nos preocupa, en última instancia, para preservar la sociedad humana tal como la conocemos, queremos y nos gusta—o nos gustaría. Un cambio climático provocará, sí, extinciones masivas (ya estamos en ello), pero por quien nos debería preocupar eso es, sobre todo, por nosotros.

Sin duda, a río revuelto, ganancia de pescadores. También habrá a quien las catástrofes, la alteración ecológica mundial, los desequilibrios súbitos, las migraciones masivas, etc. le hagan feliz y le permitan prosperar. Pero lo que promete este cambio global unido al transporte y comunicaciones globalizados es mucho sufrimiento y angustia global. Y es la expectativa de esa angustia global lo que nos va angustiando ya. Peores años vendrán. No necesariamente para los ricohombres occidentales, que flotamos sobre la mayoría de los tsunamis como un corcho. Pero sí para el ciudadano de a pie. Crucemos los dedos. Sólo con el tiempo veremos si éramos unos alarmistas, o unos irresponsables que se peleaban en la cabina mientras el avión caía en picado. Ahora sólo podemos anticipar retrospecciones: "Si lo hubiéramos sabido entonces... "

Una gran historia, el cambio climático, con interesantes dimensiones narratológicas. En realidad, es la historia, porque en ella culminan las pequeñas historias de cómo se forman e interaccionan sociedades, hasta crear una sociedad global. Y de cómo esa sociedad global logró o no logró encontrar una relación con su medio ambiente, es decir, consigo misma, que la hiciese viable durante otros cuatro mil años de historia, por poner una fecha poco ambiciosa, o durante los millones de años que duraron los dinosaurios, si nos ponemos optimistas. Pero ese punto de vista retrospectivo es demasiado hipotético, y lejano. Nunca conoceremos el final de la historia, y nos conformamos con pensar, de momento, en qué mundo les tocará vivir a nuestros hijos cuando tengan nuestra edad, y qué expectativas tendrán al respecto para sus hijos, para seguir mirando al futuro con esperanza, a finales de este siglo que tan incierto empieza.

 El fin de la vida, el fin de la vida y el fin de la vida

 

El síndrome de la Tierra Plana

Comentario en el blog de fernand0, Reflexiones e Irreflexiones, a un post sobre el libro de Thomas Friedman La Tierra es Plana.

Es curioso que utilice la imagen de la tierra plana para describir al mundo globalizado, ¿no? Uno pensaría que precisamente es la esfera la que lo describe mejor, valga la rebuznancia. Me temo que sea por un síndrome capitalista que describe mi padre desde mucho antes que Friedman, el síndrome de la Tierra Plana. Según mi padre, el capitalismo es el sistema económico perfecto en una Tierra plana. E infinita. Donde pudiese seguir expandiéndose indefinidamente a un ritmo crecientemente acelerado. Pero desdichadamente, la Tierra no es plana, es esférica, con lo cual la expansión se encuentra consigo misma (con sus consecuencias y con el terreno quemado). Así pues hay razones para ser más pesimista que optimista con el modelo neoliberal-capitalista. Aunque quizá a los poderosos les vaya (nos vaya, vamos) siempre bien. Otra imagen más pesimista del mundo plano es la que aparece, para sorpresa mía, en la edición americana del libro de Friedman: los barcos del explorador-emprendedor protocapitalista cayéndose por el borde de una tierra plana. Esto sí que es desconstruir el argumento del libro mediante una ilustración. Porque plano o no, el mundo no es infinito; de hecho va encogiendo rápidamente, quizá hacia un Big Crunch.

Veo en la Wikipedia que algunos críticos de Friedman concurren con esta noción, por ejemplo este artículo de The Hindu; no hay solo flattering reviews, sino también flattening ones.

También me entero de que la infausta portada de las emprendedoras naves capitalistas cayendo por el borde de la tierra plana (ay qué futuro...
the argument falls flat) hubo de ser cambiada ya en los USA por la portada del mundo aplanado like a coin.
Uf. El Euro también luce una especie de mundito aplanado...  Desde que Europa eligió el Euro como su moneda y su símbolo, €, (¿Os imagináis que la Alianza Occidental pasase a llamarse EEUUro, o Dollar-Opa? ) no se había visto semejante delirio economicista.  

  La McDonaldización de la sociedad


Esclavos del iPod

Al parecer, hay otros esclavos del iPod. Según contaba el Mail on Sunday y he leído en la BBC.

Sería curioso (o escalofriante a veces) seguirles la pista a nuestros productos manufacturados, y luego a sus materias primas, hacia atrás. Más de un soponcio nos íbamos a llevar los del imperio del Sol Poniente.

El panóptico del consumo

El mundo distorsionado

El mundo distorsionado

Vía BoingBoing, llego a World Mapper. Es un sitio que da mapamundis con el área de los países estadísticamente proporcionada según diversas variables: población, riqueza, etc... de manera que los continentes adoptan las formas más variadas y desproporcionadas imaginables, según sea la variable en cuestión. Por ejemplo, este es uno de los mapas más esperpénticos (en el sentido del Callejón del Gato): indica la proporción neta de ciudadanos que hacen turismo fuera de su país frente a los que hacen turismo dentro.

Los mapas de la primera página, si bien desproporcionados, no dejan de ser reconocibles. Así, la población en el año 1 estaba peor distribuida con respecto al área de los países, y se ve una evolución hacia un cierto equilibrio. Pero las variables más distorsionadoras son muy relevantes, por ejemplo ésta del turismo. Indican, claramente, algún tipo de distorsión espectacular en el comportamiento o distribución de riqueza de los habitantes. Los mapas de países de origen y destino de refugiados y desplazados también son muy significativos. Y en el número 40 hay otra variable tuercemapas: el tonelaje de barcos de carga, inflando o desinflando el área del país. Reinan Panamá y Liberia, como se ve.

Hombre, supongo que con variables muy específicas culturalmente, como el número de turbantes por kilómetro cuadrado, o el número de hablantes de italiano por kilómetro cuadrado pues también saldrían cosas curiosas, pero los fríos datos económicos son a su manera más reveladores aún. Mirad especialmente el 67, relativo a la exportación de medicamentos.

Otro, el 87, que refleja la exportación neta de maquinaria, es muy espectacular, pero el dato ya es muy elaborado (exportación neta, con lo cual no salen los países que importan más que exportan, aunque exporten mucho) y por tanto me parece menos revelador que los que ofrecen datos menos relativos.

Serían interesantes (y sangrantes) otros mapas posibles, como los de índices de mortalidad infantil, promedio de vida, etc.

El panóptico del consumo

Muy ilustrativa película de la pizza de la American Civil Liberties Union , vía John Battelle, y también los comentarios al post de éste. En realidad, una actualización de algunos aspectos de la película La Red. Todo en la red. Todavía no disponible todo, pero quizá pronto para quien pague por la tecnología que integre estas informaciones. Los acumuladores de datos ya saben lo que hacen: los podrán vender no ya a otros usuarios, sino sobre todo a los agregadores de datos.

La macdonaldización de la sociedad

La macdonaldización de la sociedad

Me he leído este libro de George Rizter en su versión original inglesa (The Macdonaldization of Society, 1993) aunque existe traducción española (Ariel, 1996), y se lo recomiendo a todo el mundo que quiera entender mejor la globalización, el capitalismo, la precarización del empleo, o la irracionalidad de la racionalidad que invade al mundo desde que la Historia terminó con la caída del muro de Berlín. Es la aplicación a los servicios de lo que supusieron en la industria el Fordismo, la producción en cadena, o la Taylorización de los procesos de trabajo; y continúa la crítica de Max Weber a los sistemas burocráticos y deshumanizados. La macdonaldización es un paso más en la alienación y robotización del ser humano. El hombre macdonaldizado es desde luego el último hombre, sin atributos al margen de un big mac y una sonrisa reglamentaria. Ritzer reconoce las ventajas que aporta la macdonaldización, y sus tentaciones, pero predomina en el libro el tono satírico cuando no alarmado. Habla de McMédicos, McUniversidades, McAbogados, etc. ­ todo el fenómeno propio del capitalismo avanzado cuando se extiende la división del trabajo y la lógica de la calidad estandarizada (o sea, mínima) a los servicios, bajo la presión de la reducción de coste y la maximalización del beneficio. Termina proponiendo una serie de contramedidas, como evitar las cadenas controladas por multinacionales, poner palitos de humanidad en las ruedas a los sistemas "eficaces", o devolver a Correos el correo basura que nos llegue. Hay que evitar la rutina, hacer cada día cosas variadas y diferentes (¿debería dejar mi blog? - el ordenador tayloriza).

Vaya, hasta tiene un título en un capítulo, "The Future Is Now" que coincide con el mío de hoy, "Siempre es ya mañana". Dice Ritzer que la macdonaldización es el camino que nos lleva a las pesadillas de 1984, Brave New World y Fahrenheit 451:

Contrariamente a la propaganda de McDonald’s, y lo extendida que está la creencia en ella, los restaurantes de comida rápida y sus clones no son sistemas razonables, ni siquiera auténticamente racionales. Producen problemas en la salud de sus clientes y el bienestar del medio ambiente; son deshumanizadores, y por tanto contrarios a la razón; y con frecuencia llevan a lo contrario de lo que se supone que habían de crear, por ejemplo, conduciendo a la ineficacia más bien que a una mayor eficacia. (146, traduzco).

Un libro crucial, aunque algo anticuado ya, claro, hoy habría que añadirle en primera fila el impacto que ya han tenido los ordenadores a todos los niveles en la estandarización del trabajo, y lo que nos va a venir. Y los sistemas en red, claro, que llevan a más eficacia y más estandarización de los procesos. En cualquier caso, la lógica sigue siendo la misma, y este libro es de los que vale la pena leer para saber dónde estamos y a dónde vamos. Ritzer es pesimista: la macdonaldización del planeta es irreversible; pero nos pide que intentemos mitigar sus peores excesos, y resistir para retrasar el proceso:

In other words, faced with Max Weber’s iron cage imagery of a future dominated by the polar night of icy darkness and hardness, the least the reader can do is to follow the words of the poet Dylan Thomas: "Do not go gentle into that good night..... Rage, rage against the dying of the light"

Aunque es una noche con brillantes luz de neón, y una sonrisa de reglamento pintada en la cara de Ronald McDonald.

(Comentario de Álvaro: "La sociedad está macdonaldizada. ¿Quién la desmacdonaldizará? El desmacdonaldizador que la desmacdonaldice buen desmacdonaldizador será").