La apatía del profesorado
Hoy hemos tenido reunión de la Comisión de Doctorado del departamento, con muchísimas ausencias, para designar los tribunales del DEA (exámenes de tercer ciclo). A grandes rasgos, se vuelven a elegir los mismos tribunales que el año pasado, con pequeñas variaciones. Esto da lugar a quejas por parte de quienes han sido nombrados para los tribunales, ya que arguyen que habiendo tantos doctores en el Departamento, decenas de ellos, siempre recaen estas labores en las mismas personas.
Habría que recordar que el año pasado, tras una reunión preliminar del profesorado del programa de doctorado en cuestión, se propuso para un tribunal a unas Doctoras (de este departamento y programa) que no habían desempeñado nunca esa función. Y que al oír la Comisión esta propuesta, varios profesores, entre ellos algunos de los hoy "quejosos", pasaron a desautorizar esa propuesta con el tono de que no sería serio que estas Doctoras formasen parte del tribunal. Yo protesté, y otros profesores protestaron por esta actitud; yo en concreto dije que me parecía más constructivo presentar una propuesta alternativa y someterla a votación, en lugar de intentar desacreditar de entrada, por supuesta incapacidad, a compañeros de trabajo sin razón válida y tan doctores y funcionarios y profesores del programa como el que más. Se hizo, pues, otra propuesta allí mismo; varios profesores propuestos por los desautorizadores accedieron a formar parte del tribunal, y la propuesta originalmente presentada fue rechazada por la Comisión. Todo muy legítimo, claro, la Comisión puede proponer y elegir a quien quiera, y la gente puede cambiar de opinión al oír cómo se critica a una persona.
Pero, con semejante ambiente de respeto y apoyo entre colegas, ¿se entiende ahora que nadie se presente voluntario para nada, cuando la misma comisión a la que pertenecen accede a declararlos incapaces? Así las cosas, es mejor que sigan haciendo este trabajo quienes lo vienen haciendo sin que su presencia allí sea desautorizada o puesta en cuestión por nadie. Pero que no se quejen.
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