Zapatero y la importancia de las Humanidades
Algo tenemos hecho, si la inquietud por la reforma de las Humanidades ha merecido comentario ya del Presidente del Gobierno. Hoy ha declarado ante los rectores de la conferencia de Universia que si hay un cambio en la estructura de las humanidades, será en todo caso para realzar su importancia.
Buena noticia para el gremio, si eso de realzar la importancia se mide en la universal vara de medir política, es decir, la proporción de fondos destinados a esta cuestión de los Presupuestos Generales del Estado. Bromas aparte, pues eso no creo que vaya a ser el caso, hay otra manera de medirlo: no desmantelando las Humanidades, no acorralándolas a base de normativas e imposiciones, y no conviertiéndolas en un Bachillerato de Letras. Que es el camino que va llevando la reforma de momento.
Hasta ahora, había tres niveles de titulación oficial. Primero, la licenciatura (5 años, en dos ciclos: con un paréntesis en que la carrera duró cuatro años, cosa que pronto hubo que reformar otra vez a cinco años al comprobarse su insuficiencia. Bastante nos han mareado ya con la reforma de las titulaciones, y por lo que se ve la cosa va a seguir, estirando y encogiendo la carrera como un acordeón). Segundo título (ya en Tercer Ciclo), el Diploma de Estudios Avanzados, obtenido tras dos años de postgrado. Tercer título, el Doctorado.
En humanidades había veinticinco licenciaturas diferentes (primer nivel). Había cientos de programas de Doctorado diferentes conducentes al Diploma de Estudios Avanzados (segundo nivel). Y luego cada tesis, que es un mundo aparte.
Ahora se pretende reducir el primer nivel a tres, o cuatro, años, y a sólo diez "grados" (que en el modelo anglosajón llaman Bachelor’s degree, pero que aquí han escondido debajo de la alfombra el primer nombre, por vergüenza supongo, o porque podría llevar a error, o a acierto, al confundirlo con el bachillerato). En el segundo nivel habrá Másters, de uno o dos años - y que ya no serán, ni con mucho ni con muchísimo, tan numerosos y diversificados como los antiguos (digo los actuales) programas de doctorado conducentes al DEA. Eso sí, el papeleo se multiplicará considerablemente, requiriéndose cada año memorias y estadísticas relativas a la oportunidad de mantener los másters y de reimplantarlos al año siguiente. Seguramente sin secretariado adicional, ya se sabe, a coste cero. Con el grado y el posgrado/Máster, ya tenemos el equivalente a una licenciatura de las de antes. Faltará el equivalente a los cursos de doctorado, pues el Tercer Ciclo consistirá sólo en hacer la tesis. (Por cierto, no sé qué matrícula se espera en los últimos años de este sistema, siendo que a los estudiantes les resultaría mucho más ventajoso empezar a hacer la tesis ya, pues es un trabajo que se puede prolongar cinco o siete años fácilmente, con tiempo para aterrizar en el nuevo sistema de sobra y ahorrarse los cursos de doctorado).
Una cosa es que el proceso de Bolonia vaya a estandarizar la validez de los títulos y asegurar unos mínimos de calidad en toda Europa, y otra muy distinta es que vaya a subir la calidad de la Universidad española. Estandarizada, sí. ¿Mejorada? De momento, recortada. Un recorte de impresión, en el caso de las humanidades. Un "redimensionamiento" que conllevará un redimensionamiento paralelo de los fondos destinados a estos estudios: veinticinco carreras por siete años, dan ciento setenta y cinco billetes; diez carreras por cinco años, son cincuenta billetes. Así a ojímetro. Ya puede Zapatero doblarles a cada carrera el presupuesto, que seguiremos teniendo cien billetes donde antes había ciento setenta y cinco. Y no se lo doblará, no....
En fin, que soy letras pero a multiplicar aún llego. Y listillo no seré, pero tonto tampoco.
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