En el retrovisor
Hace tiempo que me interesa el tema de cómo la narración realiza una labor retroactiva, creando (en la vida o en la ficción) argumentos, causas, precedentes, historias y objetos complejos donde sólo había acontecimientos más o menos inconexos o singulares. Muchos fenómenos históricos o narrativos sólo adquieren consistencia en retrovisión: narrar algo es darle forma como tal acontecimiento, es actuar sobre lo narrado para darle solidez, interpretarlo y de hecho articularlo como objeto de conocimiento. En la ficción, una buena historia no existe hasta que es contada; en la historiografía, decía Oscar Wilde que nuestra primera obligación hacia la historia es reescribirla. En ambos casos tiene la narración un poder configurativo, y organiza retroactivamente el pasado. Hasta las películas, que parece que avanzan hacia adelante, siguen una lógica de la narración retrospectiva: lo que se nos muestra está predeterminado por el conocimiento que los artífices narradores tienen del final, y del conjunto; y ese conocimiento organiza retroactivamente la manera en que se nos presenta todo el proceso. Por supuesto que esta retrovisión se presta a muchas distorsiones de perspectiva, y falacias: lo que en inglés se llama hindsight bias, la distorsión retrospectiva, y que muy bien podríamos también llamar "la falacia narrativa". He escrito bastantes cosas sobre el tema, en especial sobre cómo la crítica literaria y la interpretación participan tambien de esta falacia (de esta necesaria falacia). En tiempos pensé en reunir estos artículos en un libro. Pero me temo que pasó para mí el tiempo de los libros. Por tanto, aquí constituyo, retroactivamente, un objeto virtual, y reúno en un libro inexistente todos mis escritos sobre el tema.
Idealmente, si todos estos materiales estuviesen en red, el lector tendría ahora, por arte de birlibirloque, un libro electrónico. Pero por desgracia sólo parte de los dispersos capítulos están accesibles en edición electrónica. Como tantos académicos, he cometido muchas veces el error de regalar alegremente y sin pensarlo el copyright de mis artículos a editores que no me han dado un duro por ello. Suena extraño, pero lo hacemos constantemente. Así que el libro virtual se quedará en un estado todavía más virtual de lo que podría ser, cosas del copyright. En fin, igual un día me tomo la molestia de pedir permiso para reimprimir mis escritos a esos editores... y hasta hago el libro de verdad, all too solid. Los americanos, que saben mucho de esto, presentan sus trabajos en conferencias y congresos, y sólo una vez exprimidos los publican en una versión en actas o similar, luego en una revista académica, versión luego reimpresa en una colección editada por otro y monográfica sobre el tema, y luego otra vez en una colección de artículos del propio autor transformada en libro. Hete ahí arte. Entretanto lo voy perfeccionando, aquí presento mi último libro:
OBJECTS IN THE REAR VIEW MIRROR MAY APPEAR MORE SOLID THAN THEY ARE:
Retrospective/Retroactive Narrative Dynamics in Criticism
Súmese éste, pues, a los demás libros que dejamos atrás, para pasar a otra cosa – aunque sin duda seguiremos mirando por el retrovisor.
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