Conmemoraciones
- Treinta años de la muerte del tirano. A modo de celebración, recomiendo una lectura de Nabokov, Barra Siniestra, o, si no, "Tyrants Destroyed". ¿Qué hacías tú el 20 de noviembre del 75? Me acuerdo que íbamos al instituto con ambiente animado, y cantando canciones irreverentes sobre "Paquito", sabiendo que nos iban a dar fiesta. Aunque el ambiente por las calles estaba gris y fúnebre y como de ir pisando huevos. Eran los días del "todo atado y bien atado"; algún previsor funcionario ya había mandado pegar por todas partes pegatinas con la bandera española que ponía "Juan Carlos I, rey de España". Y Arias Navarro en la tele, en blanco y negro, como un chimpancé melancólico; Pinochet preparando las maletas para venir...
- Otra celebración de hoy: Día de Santa Cecilia, patrona de la música. Escuchamos en la Real Capilla de Santa Isabel, o iglesia de San Cayetano, a elegir, un concierto emocionante de la Banda Provincial de Música, entre otras interpretan de modo memorable El Sitio de Zaragoza de C. Oudris. Observo que un colega novelista de la Facultad, José Luis Corral, ha escrito una novela histórica sobre los sitios, Independencia, emulando a Galdós, pero aún no le he echado el guante. Todo llegará, quizá cuando lleguemos a esa conmemoración.
- Un año, un mes y trece días desde que empecé este blog (jeje, se me pasó el primer cumpleaños, esa fijación de los blogueros; y luego aún tengo la cara de hablar de mi egotismo).
- Veintiún años y más hacen ya de haber terminado la carrera sin encontrarme a ningún compañero de promoción (aunque con algunos sí que mantuve algún tipo de trato, esos no cuentan). Ayer me encontré con uno, Carlos, a la entrada de un cine. De hecho somos casi colegas, pero no hemos abundado mucho, no. Y al parecer en nuestra clase no había ningún personaje con dinámica social de esos que organizan reuniones de promoción... una pena, en realidad.
- Este mes de noviembre también se ha conmemorado en Inglaterra el cuatrocientos aniversario del Gunpowder Plot de 1605, la primera histeria antiterrorista manipulada por el gobierno para controlar a las masas. La amenaza fue bastante real: unos rebeldes/terroristas católicos habían intentado volar por los aires el Parlamento Británico y al rey; pero esto se convirtió en una manera de controlar al personal, histerizarlos contra el catolicismo, y reforzar el control ideológico estatal desde los púlpitos. En todas las épocas cuecen habas, en salsas diversas. Shakespeare conmemoró estos hechos escribiendo Macbeth, que pronto cumplirá 400 años. Es una obra para el rey, pero también es una defensa del tiranicidio. Es posible que sea también de por entonces este soneto, igualmente ambivalente:
If my dear love were but the child of state,
It might for Fortune’s bastard be unfathered,
As subject to Time’s love or to Time’s hate,
Weeds among weeds, or flowers with flowers gathered.
No, it was builded far from accident;
It suffers not in smiling pomp, nor falls
Under the blow of thralled discontent,
Whereto th’ inviting time our fashion calls.
It fears not policy, that heretic,
Which works on leases of short-numbered hours,
But all alone stands hugely politic,
That it nor grows with heat, nor drowns with showers.
To this I witness call the fools of Time,
Which die for goodness, who have lived for crime.
Si fuera mi amor querido sólo el hijo del estado,
Podría verse bastardo de fortuna y despadrado,
Al amor del Tiempo, o a su odio, estar sujeto,
Cuando yerbas con las yerbas y flores con flores vayan.
No, se erigió lejos de accidentes,
No sufre sonriendo entre pompas, ni bajo el golpe
Cae de los insumisos descontentos,
Cosas éstas a que invita nuestro tiempo.
No teme a la política intrigante, esa hereje,
Que trabaja a plazos cortos y por horas,
Más bien funda y alza él solo su gran política propia,
Que ni crece con calores ni con las lluvias se ahoga.
De esto pongo por testigos a las víctimas del Tiempo,
Que mueren por su bondad quienes en crimen vivieron.
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