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Vanity Fea

Lectores ideales, ascuas y sardinas

Comentario sobre la estética de la recepción y el lector puesto en Apostillas. Dice Magda que "esta Teoría de la recepción que involucra al lector (figura anteriormente olvidada ya que la presencia del autor era la única que importaba, era una especie de todopoderoso, recordemos el siglo 19 e inicios del 20), no comprende a un lector histórico, digamos a un lector común, sino que introduce a un lector ideal: intra-textual, para quien va dirigido especialmente su texto".

Hola, Magda; creo que sí que es cierto lo que dices de algunos tipos de estética de la recepción, que en realidad sólo se ocupan de un receptor implícito. Yo, al menos, lo veo como una limitación (estoy pensando en el caso de Iser que conozco más). Por supuesto que hay que contar con el receptor implícito, que es un elemento compositivo de la obra, pero también con la historia de cómo la obra se ha leído efectivamente en contextos reales, y cómo los lectores reales han adoptado o no el papel "ideal" que les reservaba el autor. Y aunque es mucho generalizar, es más interesante una lectura que no se resigna a adoptar ese papel preestablecido, sino que busca ir más allá, haciendo que el texto sea ocasión de nuevo sentido, quizá de un sentido no buscado por el autor. Es ahí donde el lector activo es realmente "coautor", no de la obra sino del nuevo encuentro con la obra que nos permite verla con otros ojos - ¡y ya me enrollo! un abrazo, y no estés de acuerdo conmigo, jeje.

Es la diferencia entre el lector ideal y el crítico -- ya se sabe que en muchas ocasiones el crítico no es el lector ideal para los autores, sino una especie de chupóptero que edifica su texto sobre el del autor, y atrae una atención desmedida hacia sí mismo. Crítica y vanidad -- el crítico habla de un autor, e incluso invita a su lectura, pero de hecho también está diciendo: "no lo leas a él, léeme a mí, bueno, sí, léelo, pero léeme a mí primero, quiero decir, sigue leyéndome, que de hecho ya me estás leyendo..."

Dado que los receptores (y emisores) ideales son un constructo interpretativo, no sorprende que no haya "uno" sino "muchos", variando según lecturas, intérpretes, y proyectos críticos...

Hay otros tipos de estudios de recepción (como el materialismo cultural) que están más atentos al uso que lectores, críticos y otros usuarios han dado a los textos, ya sea en consonancia o al margen de las intenciones del autor. Y no es extraño que sea este tipo de crítica la más escéptica en cuanto a la posibilidad de mantener una actitud "objetiva" o "neutral" hacia el texto. Como han visto cómo otros desinteresados usuarios arrimaban el ascua a su sardina, son conscientes de que ellos van a hacer lo mismo. No quiere esto decir que lo hagan de modo arbitrario, ni mucho menos. En esta línea recomiendo, por ejemplo en estudios sobre Shakespeare, la lectura de Political Shakespeare, de Jonathan Dollimore y Alan Sinfield, de Alternative Shakespeares, editado por John Drakakis, o la de Materialist Shakespeare editado por Ivo Kamps. Y yo escribí, también allá por los ochenta, un estudio en esa línea sobre la recepción del relato The Monster, de Stephen Crane. Aquí hay un trozo.

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