Fechas vergonzantes, o la utilidad de los números romanos

Qué difícil ver en los discos de hoy en día la fecha en la que han salido. Letra microscópica para la fecha; a veces ni figura. En los DVDs, buéenoooo... información confidencial, secreta y guardada bajo siete llaves con mucho cuidado. Como si fuese la vergüenza de la familia que una película sea de hace dos años, o doce, y no de éste. En los créditos finales, aparece la fecha en números romanos, preferentemente ilegibles (para los americanos, como si se los ponen en números mayas). En los libros tradicionalmente salía la fecha en la portada. Ahora ha pasado a un rincón discreto de la página de copyright. Algunos ya la ponen en una de las páginas finales, también con letra de pulga.

Y es que todo caduca, enseguida caducará antes de haber sido lanzado o publicado. Es una vergüenza para un producto tener más de un año. Si es una reedición de un clásico, pues al menos que sea de hoy, o mejor aún presentarla como si aún siguiese escribiendo el tío. El mercado potencia la cultura de usar y tirar; todo producto del año pasado está desacreditado como no lleve al menos el barniz de este año. Sólo vale lo nuevo, lo recién hecho, lo viejo es una porquería vergonzosa, no sé ni cómo se atreven a venderlo aún. Deberían sacar la producción cultural en formatos que se autodestruyeran con el cambio de año.

5 comentarios

[carlos - 23 de agosto de 2008 - 00:08]

agregen mi correo
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[JoseAngel - 04 de marzo de 2006 - 15:40]

Occidente no es sostenible. Y oriente ya veremos. Bueno, no veremos.

[solodelibros - 04 de marzo de 2006 - 15:00]

tienes toda la razón en lo de la cultura de usar y tirar. Con lo poco sostenible que es. Y es que la sostenibilidad queda muy bien como teoría, pero practicarla ya es otra cosa.

[JoseAngel - 04 de marzo de 2006 - 09:57]

Pues es una locura que va calando, Magda. Me parece que pronto harán pulpa todos los libros que no se hayan vendido en el año.

[Magda - 04 de marzo de 2006 - 07:13]

Y lo mismo está pasando con los libros, hay una loca suelta por aqui en mi ciudad que no admite un libro dos años atras. ¡Está loca!!