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Apostillas emergentes a los posts de ayer

Estoy leyendo The Philosophy of the Present (1932) de George Herbert Mead, un impresionante estudio sobre el tiempo, la historia, la conciencia y la experiencia; sobre la filosofía de la ciencia, la relatividad y la realidad como fenómeno interaccional. Uno de sus conceptos centrales es el de emergencia, el surgimiento de la realidad (incluso la realidad del pasado) en el seno del presente. Las realidades que transcienden el presente han de manifestarse en el presente, y eso tiene profundas implicaciones para su conceptualización adecuada: "que hay y siempre habrá una relación necesaria entre el pasado y el presente, pero que el presente en el que aparece lo emergente acepta lo que es nuevo como una parte esencial del universo, y desde ese punto de vista reescribe su pasado" (43, traduzco). "En resumen, el pasado (o la estructura significativa del pasado) es tan hipotético como el futuro" (44).

Es una filosofía que no deja de tener sus puntos en común con la idea de Oscar Wilde, cuando decía que nuestra única responsabilidad ante la Historia es reeescribirla (The Critic as Artist). (Algunos, miopemente, o tristemente, o interesadamente, confunden esto de reescribir la historia con inventarla a su antojo o escardarla — which is quite another thing). La "filosofía del presente" de Mead es utilísima para conceptualizar los fenómenos de retrospección y retroactividad que tanto me interesan, y a los que vuelvo una y otra vez. Lo emergente es lo que hace posible la nueva perspectiva sobre el pasado, y lo transforma o construye retroactivamente.

Pues leyendo leyendo, van emergiendo ideas, y se ligan de maneras imprevistas a cosas dichas, escritas u oídas ayer.

- Por ejemplo, sobre la filosofía de la ciencia de mi padre. Decíamos ayer:

La ciencia dice: Vamos a resolver problemas, a encontrar leyes cada vez más generales. La manzana se cae. ¿Por qué? Porque las cosas se caen hacia abajo. Vale, pero entonces por qué no se cae la luna? Y seguir. Y nos lleva así a la conclusión de que las cosas son ciertas... según y cómo y según y dónde. En una determinada frecuencia o longitud de onda.

Y dice Mead, sobre la emergencia de la teoría de la relatividad a partir de la mecánica clásica, que se basaba en la aceleración y deceleración como propiedades emergentes en un campo de movimientos de masas en un espacio absoluto:

Faltaba el paso que dio la relatividad, al plantear el movimiento mismo como una entidad que surge en ciertas condiciones —las de los marcos de referencia— a partir de condiciones lógicamente antecedentes de acontecimientos situados a intervalos respectivos en el espacio-tiempo. Peo esas condiciones ya no están en el ámbito de la experiencia posible. Sigue siendo cierto, sin embargo, que lo que es movimiento desde un punto de vista es reposo desde otro. La relatividad del movimiento se había reconocido desde hacía tiempo. Con la renuncia al espacio absoluto y el desarrollo con éxito de la relatividad general de Einstein, la emergencia del movimiento y el reposo a partir de la situación más abstracta que expresa lo que es común a ambos marcos de referencia o perspectivas y aparece en uno como movimiento y en el otro como reposo, parece ser un requisito lógico. (76)

- Otro ejemplo: el desarrollo cultural en el que nuevas experiencias culturales son emergentes a partir de experiencias anteriores. (Este tipo de pensamiento emergente en el ámbito de la cultura está en la tradición de Giambattista Vico, por cierto). Deciamos ayer, sobre la identidad sexual biológica y la identidad sexual legal:

los nuevos "sexos" de los sistemas legales occidentales que han dado este paso se contemplan internacionalmente en el marco de los viejos sexos de siempre; no parece que un país que no reconozca los cambios de identidad sexual vaya a reconocerlos (al margen de la existencia de convenios especiales) porque en España haya cambiado la ley al respecto. Sea como sea, en la realidad de la vida cotidiana o en el código legal, las posibles modificaciones de trato social o de ley que se difundan o se instituyan no tienen lugar en vacío, sino en un contexto a la vez geográfico e histórico regido por el binarismo sexual. Llevamos la historia a cuestas (unas veces más que otras) y así sería ilusorio creer que el régimen sexual se puede cambiar por decreto-ley, aunque sí haya algunos aspectos del tratamiento legal de la sexualidad que se pueden cambiar por ese procedimiento.

(Por cierto, hoy al parecer es cuando se aprueba en el Congreso el proyecto de ley de identidad sexual, en el que se desvincula la identidad sexual masculina o femenina de la conformación corporal de las personas y se asocia a su representación de un papel masculino o femenino en el teatro de la vida).

Bien, pues a lo emergente vamos. Dice Mead:

The point is that a body belonging to a system, and having its nature determined by its relations to members of that system, when it passes into a new systematic order will carry over into its process of readjustment in the new system something of the nature of all members of the old. So in the history of a community, the members carry over from an old order their characters as determined by social relations into the readjustments of social change. The old system is found in each member and in a revolution becomes the structure upon which the new order is established. (77)

Esto va más allá del concepto marxista de lo dominante, residual y emergente, porque para Mead (o Vico) lo residual no desaparece, sino que permanece como la base interaccional sobre la que descansan los fenómenos emergentes. Es por esto que la historia sólo se puede reescribir en los límites que ella misma nos marca. Al igual que no nos libramos de la gravedad newtoniana, aunque podemos reconceptualizarla, no nos libramos del peso de la historia, que es de lo que estamos hechos — aunque seamos sólo presente.

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