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Vanity Fea

Huelgas salvajes

Lo que pienso de la huelga de camioneros, en dos palabras:

- Que haga huelga quien quiera. Me parece genial, por mí como si no vuelven a trabajar. Otros saltarán al ruedo.

- Que la haga sólo quien quiera—no quien no quiera. Los famosos piquetes de matones son la gentuza que sale a flote cuando hay huelgas, o guerras, o revoluciones, o terremotos. Los que se lo pide el cuerpo. No hacer huelga, no, sino acogotar al transeúnte, juntarse en bandas de gallitos para amedrentar al personal, y hacer que el vecino trague con lo que yo quiero, por mis pelotas. De eso, a patadas hay en este país.

- ¿Que se bloquea una carretera? Pues a despejarla la policía, por la vía rápida. Pero este gobierno tiene demasiada transigencia con los violentos. "Por favor retire el camión..." Y si no quiere, paciencia y a tomarle la matrícula, que luego se pactará con los sindicatos el hacer pelillos a la mar con las sanciones.

Más pelotas de goma, por favor, y más porrazos. Que alguno han dado, pero demasiados pocos. Y a los que van quemando camiones y dando palizas, pues a la cárcel, que están mejor ahí que repartiendo lechugas.

Pero en lugar de eso, aquí, a los violentos y matones, negociación y alfombra roja. Es el talante de este gobierno. Y el que se jode, el que sigue las leyes, porque lo que sale a cuenta es saltárselas, y quien medra es quien se coge lo suyo y lo tuyo. De momento ya lo tiene, y a ver quién es el guapo que se lo quita.

Aquí en España todo matón quiere una subvención, y encima se la suelen dar. Yo de dar subvenciones arrancadas al gobierno así por la fuerza, nada de nada. Es estimular la siguiente ronda de piquetes violentos.

Y los camioneros, si no ganan bastante, que suban los precios por sus servicios, en vez de hacer huelga. Es lo que tendrán que hacer al final. Menudo descubrimiento.

Sindicatos con matones

1 comentario

Creditos -

Los sindicatos no sirven a los trabajadores


Resulta curioso que UGT y CC.OO manifiesten su apoyo a la huelga de los trabajadores de Telemadrid, emisora de la Comunidad gobernada por el PP, y en cambio no abrieran el pico en la huelga de los transportistas, ni en las manifestaciones de pescadores y agricultores. No es el único caso de comportamiento sindical curioso.

La CEAPA, que es la confederación de asociaciones de padres de alumnos de las escuelas públicas, de carácter marcadamente laicista, diversas veces se ha manifestado en contra de las clases de religión en la escuela pública, mientras que cerca del 80 % de los padres a los que teóricamente dice representar, escogen esa asignatura para sus hijos.

En la CEAPA los padres ni votan ni pagan cuota alguna; su presupuesto se nutre de las subvenciones del Gobierno. Quizá por ello casi nunca se han manifestado en contra de su política educativa.

Otro tanto ocurre con UGT y CC.OO; la afiliación es tan baja que no podrían sostenerse sin las ayudas de los presupuestos del estado. ¿Podrá extrañar que no vayan casi nunca en contra de la mano que los alimenta? Lo malo es que, de esta forma, ni existe auténtica independencia sindical, ni los trabajadores nos fiamos mucho de los sindicatos, ni nos decidimos a afiliarnos a los mismos.

Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es