A trabajar gratis
A trabajar gratis
Me pregunto qué mosca les habrá picado a mis colegas del departamento, o si han perdido el oremus por alguna razón, o si sencillamente han hecho voto de no decir esta boca es mía en ningún caso. El Consejo de departamento del lunes se cerró con la resolución prácticamente unánime de que yo debía trabajar este cuatrimestre sesenta horas más que los demás. Sin cobrarlas por encima, claro. Y eso que sesenta horas, a precio de hora de fontanero, no es poca cosa—por menos cantidad revisan algunos los errores en las facturas.
A veces se pregunta uno en qué realidad viven estos profesores. ¿Habrán visto alguna vez que en algún puesto de trabajo se hagan horas extra sin cobrarlas? Supongo que sí. ¿Pero que además se hagan constar en el contrato? Eso ya se ve menos. Se me decía que tenía que impartir una asignatura por encima de mi contrato por mi buena naturaleza— que otra gente lo ha hecho otros años, eso de trabajar gratis, cuando se lo han pedido, que han aceptado. El catedrático Dr. Collado me decía que él lo hace constantemente (aunque no llevó esta política hasta el punto de ofrecerse él a hacer esas horas de más).
Igual se referían a devoluciones de favores entre amigos. Pero lo gordo es que tampoco me lo querían pedir, que diese una asignatura de más—¡me lo exigían! Supongo que por mi osadía al haber pedido, y obtenido por vía judicial, una asignatura del máster: el castigo sería darla "gratis". Y esto después de haber sido repetidamente reconvenidos, corregidos, amonestados y desautorizados en este asunto, una y otra vez, por la superioridad. Resulta que aún no se fían de mi criterio cuando les digo que les patina una neurona, o que meten la pata, o que deliran despiertos.
Por suerte, llegó una orden del Vicerrectorado que corrigió la situación; me quitaron la asignatura extra, y ahora me encargaré de las horas correspondientes a mi plaza—como todos los demás.
Pero se pregunta uno qué ensoñación hipnótica, o qué histeria colectiva—o qué dinámica sectaria, o huida hacia adelante, o abismal falta de criterio, hace actuar así a mis colegas, una vez tras otra, desde hace años. ¡Hep! ¡A despertar!
3 comentarios
Isaac -
JoseAngel -
Isaac -
A la larga estos estudios se llenan de gente mediocre que copiará, y aquellos que quieran currárselo directamente ya se estarían matriculando en otros centros.
Aunque se mire hacia otro lado, la mierda siempre salpica a todos y cada uno de los que consienten. El boca a boca hace estragos ante la falta de respuesta firme y clara.
No es de extrañar que el número de estudiantes caiga en estos masters, y que además los que se matriculan tenga un nivel bajo.
Además, está muy mal mentir a los alumnos.
¿Qué opináis de esta historia ficcionada?