Más sobre la internalización de la interacción
martes 12 de julio de 2011
Más sobre la internalización de la interacción
En un artículo anterior hablé del origen del lenguaje y de la comunicación simbólica como una internalización de la interacción comunicativa. Esta noción de la internalización de la interacción fue estudiada no a nivel filogenético sino a nivel ontogenético por L. S. Vygotsky: el desarrollo del individuo lo ve como una internalización de procesos comunicativos. Así habla Tabea Becker del enfoque interaccional sobre la adquisición infantil del lenguaje:
En el mismo volumen, John-Steiner et al. observan que "hay en las ciencias humanas una nueva y creciente importancia de teorías que enfatizan la interdependencia entre los individuos" (170). Podríamos señalar a este respecto el nuevo énfasis en antropología que enfatiza las peculiaridades de la extrema socialidad humana frente a la de otros primates. En estas cuestiones no entró Vygotsky ni los lingüistas que cito, pero puede verse en el creciente énfasis que se da en teoría de la evolución a la selección de grupo. De la historia de las especies humanas, parece desprenderse que fueron las más intensamente socializadas, que eran a la vez las más complejas en su cultura simbólica y lingüística, las que sobrevivieron, y desplazaron (o quizá exterminaron) a las demás especies protohumanas y humanas.
Es interesante el terreno común (o lo que debería ser el terreno común) entre Bajtin y Vygotsky. El dialogismo de Bajtin muestra cómo el discurso siempre tiene lugar sobre un significado preexistente, y que el uso de la palabra es una toma de posición con respecto a ese protodiscurso. La palabra siempre es un terreno de confrontación, entre los significados de otros y los que queremos darle—como dice Bajtin en Discourse and the Novel, la palabra de los otros ha de ser expropiada, y el discurso de uno se construye con la apropiación de los términos de los demás para nuestros propios fines:
Sobre la interacción plurilingüística, otro concepto bajtiniano basado en la construcción interactiva del significado y de la comprensión, habla así Bajtín:
De este modo, se modela un oyente ideal o receptor implícito que supone un espacio de mediación entre el hablante y el oyente. Lo que me interesa resaltar aquí es la necesaria imbricación entre la interacción comunicativa con el otro por una parte, y el propio pensamiento por otra, una imbricación que no hace sino resaltar la consitución social, comunicativa e interaccional de la personalidad y del propio pensamiento—en este caso tal como se expresa en un discurso. De hecho, la discursivización del pensamiento contribuye a expresarlo y a clarificarlo, mediante la necesaria externalización a un sistema de signos, o si se quiere mediante la recíproca necesaria internalización de la interacción comunicativa que supone la construcción de un discurso articulado en torno a una cuestión dada.
Todo esto venía a cuento de insistir en que los procesos psicológicos, simbólicos, cognitivos, discursivos, lingüísticos, etc. internos al individuo, se construyen sobre la base de la interacción social, y —dado que la interacción social preexiste al individuo, le precede en su complejidad, y lo forma— podemos describir el desarrollo de la consciencia y los procesos comunicativos y simbólicos en el individuo como una internalización de la interacción. Como decíamos, la teorización de este proceso para explicar el desarrollo psicológico del individuo procede de Vygotsky:
Se verá en esta última cita cómo la teoría de Vygotsky asocia también el desarrollo cultural de la comunidad y el desarrollo del individuo—tanto uno como otra pasan de formas interaccionales externalizadas y efectivas a su internalización y simbolización en forma de estructuras comunicativas y procedimientos gramaticalizados o relativamente fijados.
Hay aquí un interesante punto de contacto con la teoría de la evolución biológica, en concreto con el desarrollo tardío de la teoría de la selección natural conocido como "evo-devo": la selección natural no se realiza en el vacío, mediante la competencia entre individuos ideales plenamente formados, sino que ha de tener lugar entre individuos que deben constituirse a partir de una simplicidad embrionaria; se crea por lo tanto una dinámica compleja entre el desarrollo del individuo y la evolución de la especie. Esto sucede a un nivel mucho más complejo de lo que sugería el viejo principio de Haeckel según el cual "la ontogenia recapitula la filogenia"—aunque volviendo en cierto modo a considerar la imbricación estrecha entre ontogenia y filogenia, esta vez en el marco de un estudio del desarrollo del organismo dirigido ordenadamente por genes que son producto de la selección natural y la historia de la especie.
Tanto en la biología genética "evo-devo" como en la psicología interaccional que va de Vygotsky a Goffman, hay una relación dialéctica entre el desarrollo interno de los individuos y el desarrollo de las estructuras supraindividuales.
En su artículo "A Role for Relaxed Selection in the Evolution of the Language Capacity", Terrence Deacon proporciona una argumentación en el seno de la genética "evo-devo" que resulta de enorme interés para entender cómo puede tener lugar el desarrollo del lenguaje en el marco de un desarrollo neurológico flexible. De paso, por cierto, esta teoría también ayuda a entender por qué la adquisición de lenguaje se vuelve imposible si no tiene lugar en los primeros años, y cómo el aprendizaje de segundas lenguas se vuelve más difícil con la edad. También ofrece, sobre todo, una respuesta evolucionista a un problema que algunos lingüistas como Chomsky atribuyen a poco menos que un milagro inexplicable. Traduzco el resumen, pero recomiendo leer el artículo entero por su enorme interés:
En su obra The Symbolic Species: The Coevolution of Language and the Brain, Deacon ya señalaba que el desarrollo gradual de la comunicación simbólica, o protolenguaje, creó un nicho ecológico construido socialmente por los humanos, un nicho que favoreció la propia adquisición y transmisión del simbolismo y del lenguaje, en un proceso retroalimentativo. La teoría del origen del lenguaje en su relación con la teoría de la construcción de nichos ecológicos la traté por extenso en mi reseña del libro de Derek Bickerton Adam’s Tongue, libro que enfoca la misma cuestión desde el punto de vista de la ecología de la alimentación y de la cooperación en la búsqueda de recursos por los protohumanos.
Este artículo de Deacon comenta de modo muy ilustrativo cómo un proceso tal como la muerte neuronal puede haber contribuido al desarrollo de los complejos circuitos neuronales que ligan diversas partes del cerebro—todo ello a partir del principio de que las neuronas que se activan conjuntamente desarrollan conexiones directas entre sí. De hecho este mismo principio se refinó y perfeccionó en el cerebro humano por medio de la selección natural, como parte del mismo proceso de retroalimentación. El argumento central de Deacon es, como se ve, que ciertos procesos complejos se hacen posibles mediante la interacción de selección natural y de relajación de esa misma selección que facilita la "exploración" de posibilidades en ambientes redundantes, sistemas genéticos duplicados, etc. A la vez, según Deacon, este procedimiento de crecimiento flexible de las conexiones cerebrales "significa que las funciones cerebrales seleccionadas para las demandas cognitivas, perceptuales, de percepción y de producción del lenguaje, reflejarán únicamente las demandas más persistentes e invariantes de este nicho lingüístico altamente variable"—lo cual supone una aportación de gran interés para la teoría de los universales lingüisticos.
Querría señalar que esta explicación "evo-devo" de las conexiones lingüísticas en el cerebro también es a un determinado nivel resultado de esta internalización de la interacción— en el sentido más literal, puesto que el cerebro se va construyendo en sus conexiones y circuitos a medida del lenguaje y del pensamiento simbólico, como resultado de la interacción comunicativa en el seno de una comunidad. Esto, aunque Deacon argumente contra una visión demasiado simplista de la internalización del comportamiento social.
Tal es el papel de la flexibilización de mecanismos cerebrales necesarios para la cognición y desarrollo humanos, que Deacon se pregunta si no habría que considerarnos "un simio degenerado", a degenerate ape:
Y en efecto, somos una especie auto-domesticada, una especie que se va imaginando y haciendo a sí misma mediante la retroalimentación que suponen la consciencia, la representación, las culturas, el lenguaje, los ideales y la autoobservación. Un primate degenerado, en términos gorilescos quizá, pero the glory, jest, and riddle of the world en términos propiamente humanos.
Traduzco el final del artículo de Deacon:
Entre estas cosas que nos cuesta entender, hay una que se nos resiste y tenemos que redescubrir continuamente: el extremo hasta el cual estamos donde han estado otros antes, que lo que pensamos surge de lo que otros han pensado, y que lo que tenemos dentro, nuestras mismas asociaciones de ideas y conexiones cerebrales, son un resultado de la interacción con los demás en un mundo que sólo en parte es lo que vemos—porque la otra parte nos lo hemos inventado, un mundo virtual, para metérnoslo en la cabeza y vivir dentro de él.
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Notas de:
Becker, Tabea. "4. The Role of Narrative Interaction in Narrative Development." In Narrative Interaction. Ed. Uta M. Quasthoff and Tabea Becker. Amsterdam and Philadelphia: John Benjamins, 2005. 93-111.*
John-Steiner, Vera, Christopher Shank and Teresa Meehan. "7. The Role of Metaphor in the Narrative Co-Construction of Collaborative Experience." In Narrative Interaction. Ed. Uta M. Quasthoff and Tabea Becker. Amsterdam and Philadelphia: John Benjamins, 2005. 169-95.*
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