The Fleeting Systems Lapse Like Foam
domingo, 23 de febrero de 2014
The Fleeting Systems Lapse Like Foam
O: The Anxiety of Evolution. Esta frase, "the fleeting systems lapse like foam", es el Leitmotiv de La Peste Escarlata, de Jack London, un verso extraído del poema de un amigo suyo. Expresa la angustia de la finitud del ser humano, la fragilidad de su realidad, la pequeñez de su orden imaginado frente a la inmensidad de la evolución cósmica. Lo que podríamos llamar la angustia del tiempo cósmico, la apatía de las estrellas, o el sublime geológico.
Esta anxiety of evolution aparece antes, en términos muy vívidos, en el diálogo filosófico de Diderot Le Rêve de d'Alembert. Muy a punto, pues es una de las primeras exposiciones modernas de la teoría de la evolución. Antes de Darwin, antes de Lamarck, e incluso antes de Darwin. Habría que remontarse sin embargo a Heráclito. Pero aparecen aquí a la vez por vez primera en un discurso articulado y coherente tanto la evolución como la angustia de la evolución. Y sobre muchas cosas más va el diálogo: sobre la fisiología y la embriogénesis, la herencia, el sistema nervioso, los sueños y la consciencia, la unidad de los organismos, la hibridación, la sexualidad y sus tabúes, los monstruos y prodigios. Y sobre la libertad de pensar e investigar todas estas cosas. To see the world in a grain of sand—Blake no lo habría apreciado, quizá, pero hay en esta perspectiva una importante verdad sobre el mundo, hasta entonces oculta. Y es un texto importante también para pensar el concepto del anclaje narrativo de nuestra existencia en el conjunto de la evolución cósmica—cómo se nos hace concebible y representable, en un momento de delirio o de inspiración.
Aquí narra Mademoiselle de l'Espinasse el sueño evolucionista de D'Alembert, murmurado en voz alta mientras ella lo velaba en su enfermedad. La humanidad y los infusorios, no tan distintos, según la escala adoptada. Es la angustia de la evolución revelada en el sueño de D'Alembert:
Curioso episodio de la Ilustración, éste en el que Diderot retrata a D'Alembert haciéndose una paja delante de Mademoiselle de L'Espinasse. Sin que se ella se entere, con lo cual el episodio le produce más alarma que turbación. Así se ponen fin, de momento, a las angustias cósmicas del filósofo.
Entre otras curiosidades del texto, están sus justificaciones de la masturbación y de la homosexualidad y su teoría utilitarista de los placeres. Sus denuncias de la castidad como vicio de la mente y de las costumbres. Sus anticipaciones de la teoría genética. Su análisis de la analogía como una falacia para el pensamiento filosófico (21). Su teoría de la transformación de las especies, y del origen animal del hombre. Su teoría de la organización espontánea que da lugar a la complejidad. Una puesta en cuestión del libre albedrío, una vez estudiadas las condicionantes fisiológicas del comportamiento (87). Y una teoría de la esencia de las cosas como estructura de relaciones, indiferente al material efectivo usado para actualizarla o darle sustancia.
Esta tendencia estructural del pensamiento de Diderot, este énfasis en la constitución de formas y estructuras, se aplica también a la constitución de la identidad. Va un paso más adelante que Hume (a quien no cita) al cifrar la unidad del yo en la unidad de impresiones. Porque en Diderot esa unidad establecida por la memoria es una unidad narrativa, un acto de configuración del yo efectuado por un impulso organizativo del ser humano—comparable a lo que en otros momentos se llama aquí "la araña", la red informática que integra y comunica todo el organismo vivo y lo hace uno en sus sensaciones y sus experiencias. Me interesa resaltar el carácter específicamente narrativo de esta autoconstitución del yo:
D'ALEMBERT.— Sur la mémoire de ses actions.
DIDEROT.— Et sans cette mémoire?
D'ALEMBERT.— Sans cette mémoire il n'aurait point de lui, puisque ne sentant son existence que dans le moment de l'impression, il n'aurait aucune histoire de sa vie. Sa vie serait une suite interrompue de sensations que rien ne lierait.
DIDEROT.— Fort bien. Et qu'est-ce que la mémoire? D'où naît-elle?
D'ALEMBERT.— D'une certaine organisation qui s'accroît, s'affaible et se perd quelquefois entièrement.
DIDEROT.— Si donc un être qui sent et qui a cette organisation propre à la mémoire, lie les impressions qu'il reçoit, forme par cette liaison une historie qui est celle de sa vie, et acquiert la conscience de lui, il nie, il affirme, il conclut, il pense.
Un texto, en suma, muy interesante para reflexionar sobre la narratividad general del sujeto y de toda realidad en evolución. Esta narratividad de la experiencia, si bien frágil, tiene base material, y de hecho no es menos constitutiva de una realidad que las otras estructuraciones provisionales de la materia que dan lugar, en Diderot, o en el sueño de D'Alembert, a todos los mundos y sistemas que constituyen la realidad, desde el átomo a la mente y a las galaxias que se disuelven como espuma, ellas también.
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(1). Virgilio, Bucólicas, IV, 5.
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