Max Scheler
miércoles, 7 de mayo de 2014
Max Scheler
SCHELER, MAX [FERDINAND] (1874-1928), nac. en Munich. Estudió en la Universidad de Jena, con R. Eucken y Otto Liebmann, "habilitándose" en 1901. Interesado en la fenomenología husserliana, se trasladó a Munich, formando parte del Círculo muniquense (véase MUNICH, [CÍRCULO DE]. De Munich pasó a Gotinga y, después de la guerra, en 1919, a Colonia, donde fue profesor titular hasta su tralado, el año de su muerte, a Frankfurt a.M.
El pensamiento de Scheler ha pasado por diversas fases, incluyendo la "fase católica" y personalista, y la tendencia, hacia el final de su vida, a un cierto "panteísmo", pero en todas sus fases adoptó—y transformó—el método fenomenológico, siendo considerado como uno de los más eminentes discípulos de Husserl y a la vez como siguiendo por rutas muy distintas de las propiamente husserlianas. Abierto a muchas corrientes y alerta a los trabajos científicos (principalmente biológicos) y de todas las ciencias "sociales", Scheler trató muchos temas, pero se destacó principalmente en sus trabajos de teoría de los valores, sociología del saber, filosofía de la religión y de la cultura y antropología filosófica. Su interpretación y aplicación de la fenomenología no fue siempre aceptada por Husserl, el cual vio en el pensamiento de Scheler una desviación de la fenomenología pura. El pensamiento de Scheler, de carácter polémico en gran parte, no se limita, en efecto, a una descripción de las esencias puras tal como son dadas a la intuición esencial, sino que, insatisfecho con las exigencias de cautela excesiva, se aplica decididamente a la solución de los problemas que surgen a cada paso en el análisis fenomenológico. Prescindiendo momentáneamente del afán sistemático de su última época, en que, esforzándose por dar unidad formal a la ciertamente aparente dispersión de su pensamiento, tendió a la constitución definitiva de una metafísica que apoyara sus intuiciones y descubrimientos; las contribuciones más importantes de Scheler se cifran en su teoría de los valores, en la filosofía de los sentimientos basada en una fenomenología general de los afectos, en la teoría del espíritu incluida de lleno en la antropología filosófica, en la sociología del saber como parte integrante de una sociología de la cultura y, finalmente, en la filosofía religiosa, enlazada con una metafísica en donde es solucionado el problema de lo real por medio de un realismo volitivo ya entrevisto y formulado por Dilthey. Las influencias recibidas por Scheler, que no se limitan, desde luego, a Eucken y a la fenomenología, pueden comprenderse en función de un pensamiento que pretende seguir una línea jalonada por las figuras de San Agustín, Pascal y Nietzsche y al cual no es ajena la filosofía de la vida, tal como ha sido representada y defendida especialmente por Henri Bergson. Scheler encuentra la confirmación de dicha línea del pensamiento filosófico en los resultados obtenidos en el curso de sus descripciones fenomenológicas, muchas de ellas dirigidas al examen de la intencionalidad emocional. Su teoría de los valores es un ejemplo característico de esta fecundidad de la fenomenología, que Scheler consideró había quedado injustificadamente limitada a la descripción de la intencionalidad intelectual y, como hizo Husserl en su última época, a la exploración de la conciencia. Scheler ha distinguido su fenomenología de la de Husserl, manifestando que mientras esta última se funda en contenidos sensoriales, la suya propia se halla situada más allá de tales contenidos, los cuales se propone "fundar". La fenomenología de Scheler describe hechos puros (véase HECHO), hechos fenomenológicos y las relaciones esenciales que se hallan en la base de todas las ciencias.
De acuerdo con Scheler, existen contenidos intencionales que, aunque no susceptibles de referencia a un acto significativo (véase FENOMENOLOGÍA), no son por ello menos evidentes, es decir, no dejan de ser objeto de una intuicion esencial. Lo captado en estas intuiciones esenciales desvinculadas de una significación son, en rigor, esencias, pero esencias de tal índole que no puede predicarse de ellas ni la inteligibilidad racional ni el carácter lógico. Estas esencias, llamadas por Scheler valores, se ofrecen, por consiguiente, a la descripción fenomenológica con el mismo título de legitimidad que las esencias husserlianas, y son, a su vez, como ellas, intemporales y absolutamente válidas. La filosofía de los valores, que había sido objeto de profundos atisbos en todos los filósofos preocupados por la vida emocional y que fue motivo de especial atención en el pensamiento de Brentano, de Lotze y de la escuela de Baden, recibe de este modo en Scheler una confirmación decisiva e ingresa en el terreno filosófico como uno de los problemas de mayor alcance. Sin embargo, aunque el descubrimiento del valor por Scheler y su arraigo en la intencionalidad emocional coincide con dichas anticipaciones, no permanece simplemente dentro de ellas. Por la exploración consecuente del reino de los valores se llega a una esfera que no solamente no puede confundirse con la del ser, sino que se destaca de la totalidad de los objetos por una peculiaridad irreductible. Sólo por esta peculiar condición que los valores tienen, en cuanto esencias captadas directamente en la intuición esencial de los contenidos no adscritos a significaciones, puede el mundo del valor estar sometido a leyes que no son inferiores ni superiores a las leyes lógicas, sino sencillamente distintas. Los valores son en la teoría de Scheler esencias puras y, en calidad de tales, intermporales. Pero Scheler no se limita a dejar sentada esta intemporalidad y validez absoluta, sino que pretende relacionarla con la efectiva existencia del mundo en que los valores se descubren y realizan, del mundo del hombre y de la historia. La teoría scheleriana de los valores, desarrollada en gran parte al hilo de una crítica del formalismo apriorista de Kant, no desemboca, sin embargo, en una ética material de los bienes, en un empirismo semejante al de la filosofía inglesa del sentimiento moral. Scheler designa su punto de vista axiológico y ético como un "apriorismo moral material". Ello significa, en primer lugar, que los valores son, en cuanto esencias puras, elementos a priori y también elementos materiales. La vinculación de lo con lo material, ya realizada por Husserl en la esfera de la intencionalidad intelectual, es afirmada por Scheler en el terreno de la intuición emocional como un resultado directo de la descripción fenomenológica de los actos intencionales que tienen lugar en el tejido de las vivencias afectivas puras. Los resultados de esta síntesis de lo material con lo a priori en el campo emocional conducen a Scheler a un sistema de valores articulados jerárquicamente y en cuyo seno lo moral consiste justamente en la realización de un valor positivo sin sacrificio de los valores superiores, que culminan en los valores religiosos. En esta vinculación de lo moral con la realización del valor positivo radica precisamente la superación del relativismo de toda ética material y, al mismo tiempo, la confirmación de la esencial aprioridad de los valores. Los trabajos de Scheler concernientes a la fenomenología de los afectos como parte de una teoría general de las leyes de la vida emocional son, por otro lado, una confirmación de las intuiciones apuntadas: los análisis realizados en nombre del método fenomenológico, análisis en los cuales la fenomenología es abandonada en muchas ocasiones por un método hermenéutico que rompe los moldes de la pura descripción, son, al lado de la axiología, una de las más importantes contribuciones de Scheler a un territorio en donde toda investigación se había subordinado cais siempre, excepto en los representantes de la "lógica del corazón", a las exigencias de la racionalidad.
Al lado de estas contribuciones y en relación con ellas, Scheler ha elaborado las bases de una antropología (VÉASE) filosófica que, en sus propias palabras, ha de servir de "puente entre las ciencias positivas y la metafísica" y cuyo resultado más importante ha sido hasta el momento la teoría scheleriana del espíritu (VÉASE) concebido como personalidad. En oposición a toda concepción estática de la persona (VÉASE) y en lucha contra la restricción de lo espiritual a la esfera psicofísica, Scheler concibe la persona como una entidad dinámica, como la unidad de sus actos y, en consecuencia, como algo que se halla fuera de toda reducción a lo material y aun a lo psíquico. Lo material y lo psíquico, en que se resuelve habitualmente el mundo humano, no es para Scheler suficiente si se pretende edificar una antropología filosófica que muestre con precisión el puesto del hombre en el cosmos, y constituye, en cuanto teoría de los impulsos humanos y en cuanto teoría del espíritu humano, el fundamento de la sociología real y cultural. Las descripciones de Scheler concernientes a la personalidad, resumidas en una doctrina personalista que no equivale ni mucho menos a la identificación de la persona con una supuesta entidad universal trascendente, se resuelven en una reafirmación del "individualismo", pero de un individualismo de tal suerte que articula las diferentes individualidades pensantes en una jerarquía. El personalismo de Scheler está, pues, dirigido tanto contra el impersonalismo abstracto como contra el individualismo empírico que niega el carácter específico de la espiritualidad personal. La persona es el espíritu como unidad esencial, como centro de los actos superiores efectivos y posibles. La desvinculación entre el espíritu y el ser psicofísico no significa la separación absoluta de dos entidades irreductibles, sino únicamente la colocación de ambas en una jerarquía, el hecho de que, arraigando ciertamente el espíritu en lo psíquico, éste no pueda aspirar a ser el territorio en que se desenvuelven los actos de la espiritualidad. Y es justamente en esta descripión e interpretación de la persona y del espíritu donde se halla la respuesta de Scheler al problema de la realización concreta de los valores y especialmente de los valores supremos, realización confiada a la actividad de la persona espiritual.
Valor y espíritu, unidad y centro dinámico, autonomía y jerarquía forman los hilos con los que teje Scheler una filosofía que, según se ha apuntado, se encamina directamente a una metafísica. Esta metafísica, sólo en parte bosquejada por Scheler, se relaciona íntimamente con los estudios sociológicos y con su filosofía de la religión. La sociología, que Scheler divide en cultural y real, y que 'analiza todo el inmenso contenido, subjetivo y objetivo, de la vida humana desde el punto de ista de su determinación efectiva", lleva necesariamente en su seno no sólo una filosofía de la historia, sino también una metahistoria que se aplica preferentemente al estudio de la zona en donde se relacionan los factores reales con las determinaciones ideales. La ampliación del concepto de sociología va dirigida de modo inmediato a una demostración efectiva de la superación del relativismo historicista tanto como del apriorismo formalista. La superación del relativismo encuentra su demostración más patente en una investigación sociológica que, basada en la antropología filosófica, se propone ante todo estudiar en cada uno de los tipos humanos su participación a la vez parcial y absoluta en el orbe de la cultura. Y esta demostración es al propio tiempo el camino que prepara el acceso a una metafísica en donde encuentra su lugar y asiento la investigación de lo absoluto mismo. Este absoluto, que en el período católico de Scheler era simplemente identificado con la personalidad divina, encuentra en su última fase un campo de aplicación distinto, que parece aproximarse a la solución dada al problema por el idealismo romántico, y aun por cierta especie de idealismo panteísta. Solución que en modo alguno ha de confundirse con una mera identificación y que no abandona, ciertamente, ninguna de las intuiciones anteriores. Pero la metafísica de Scheler, en la que cabe incluir su teoría de lo real concebido como una resistencia (VÉASE), y que, por lo tanto, se halla situada dentro del marco de un realismo metafísico volitivo, es sólo parcialmente un resultado natural de dichas intuiciones y parece ofrecer en parte considerable todos los caracteres de una forzada asimilación.
Scheler no formó propiamente una "escuela" ni siquiera, en el sentido riguroso del término, discípulos, aun cuando su filosofía ha ejercido una vasta influencia en el pensamiento contemporáneo. Entre los filósofos más directamente influidos por Scheler puede mencionarse a Paul Ludwig Landsberg (VÉASE).
Obras: Beiträge zur Feststellung der Beziehungen zwischen den logischen und ethischen Prinzipien, 1899 (tesis) (Contribuciones a la determinación de las relaciones entre los principios lógicos y éticos). — Die transzendentale und die psychologische Methode. Eine grundsätzliche Erörterung zur philosophischen Methodik, 1900 (El método trascendental y el método psicológico). — Ueber Ressentiment und moralisches Werturuteil. Ein Beitrag zur Pathologie der Kultur. 1912 (traducción esp.: El resentimiento en la moral, 1927; nueva ed., 1993). — Der Formalismus in der Ethik und die materiale Wertethik. Mit besonderer Berücksichtigung der Ethik Immanuel Kants (Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung, 1913-1916; también ed. separada), 1916; 2.ª ed., con el subtítulo Neuer Versuch der Grundlegung eines ethischen Personalismus, 1921; 3.ª ed., 1927; 4.ª ed. rev [que figura en las Gessamelte Werke 11] (trad. esp.: Ética, 2 vols., 1941-1942). — Zur Phänomenologie und Theorie der Sympathiegefühle und von Liebe un Hass. Mit einem Anhang über den Grund zur Annahme der Existenz des fremden Ich, 191; 2.ª ed. aum. con el título: Wesen und Formen der Sympathie, 1923; 3ª ed., 1927; 4ª ed., 1931; 5ª ed., 1948 [trad. esp.: Esencia y formas de la simpatía, 1943). — Der Genius des Krieges und der deutsche Krieg, 1915; 2.ª ed., 1916; 3.ª ed., 1917 (El genio de la guerra y la guerra alemana), — Abhandlungen und Aufsätze (Ensayos y artículos), 2 vols., 1915; 2ª ed. con el título Vom Umsturz der Werte (De la inversión de los valores), 2 vols., 1915; 3ª ed., 1923. — Krieg und Aufbau, 1916 (Guerra y reconstrucción). — Die Ursachen des Deutschenhasses. Eine nationalpädagogische Erörterung, 1917; 2.ª ed., 1919 (Las causas del odio a los alemanes). — Vom ewigen im Menschen. Religiöse erneuerung, 1921; 2.ª ed., 2 vols., 1923; 3.ª ed., 1933 (trad. esp. de una parte de la obra, sobre fenomenología de la religión, De lo eterno en el hombre, 1940; trad. esp. de otras partes [más trabajos procedentes de otras obras]: La esencia de la filosofía y la condición moral del conocer filosófico, 1958). —Walter Rathenan. Eine Würdigung. 1922. — Schriften zur Soziologie und Weltanschauungslehre: I. Moralia, 1923; II. Nation und Weltanschauung, 1923; III. Christentum und Gesellschaft. 1. Konfessionen, 1924; 2. Arbeits- und Bevölkerungsprobleme, 1924 (Escritos para la sociología y teoría de la concepción del mundo; I. Moralia. II. nación y concepción del mundo. Cristiandad y sociedad. III. 1. Confesiones. 2. Problemas acerca de la población y del trabajo). — Probleme einer Soziologie des Wissens (en el tomo Versuche zu einer Soziologie des Wissens, ed. por M. Scheler, vol. 2, 1924), 2.ª ed. aum., con el título Die Wissenformen und die Gesellschaft, 1926 (trad. esp. de la primera parte: Sociología del saber, 1935; trad. esp. de la segunda parte: Conocimiento y trabajo, 1969). — Die Stellung des Menschen im Kosmos, 1928; 2.ª ed., 1929; 3.ª ed., 1931; 4.ª ed., 1948; 5.ª ed., 1949 (trad. esp.: El puesto del hombre en el cosmos, 1929).
Póstumas: Philosophische Weltanschauung, 1929 (Concepción filosófica del mundo, trad. de parte de esta obra en el tomo: El saber y la cultura, 1934). — Die Idee des Ewigen Friedens und der Pazifismus, 1931 (La idea de la paz eterna y el pacifismo). — Schriften aus dem Nachlass, I, 1933 (traducción española de parte en: Muerte y supervivencia. Ordo amoris, 1934; trad. esp. de otras partes: El santo, el genio, el héroe, 1961).
Edición de obras reunidas (incluyendo póstumas): Gesammelte Werke, 13 vols., 1954 y sigs, ed. Maria Scheler.
Autobiografía: W. Mader, Max Scheler in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten, 1980.
Bibliografía: Wilfired Hartmann, M. S. Bibliographie, 1963 (primaria y secundaria hasta 1963). —E. W. Ranly, Scheler's Phenomenology of Community, 1965 (primaria). —Manfred Frings, Zur Phänomenologie der Lebensgemeinschaft. Ein Versuch mit Max Scheler, 1971 (secundaria desde 1963).
Véase: H. Kerler, Max Scheler und die impersonalistische Lebensanschauung, 1917. — W. Wittmann, Max Scheler als Ethiker, 1923. — E. Przywara, Religionsbegründung. Max Scheler - J. H. Newman, 1923. — Joseph Geyser, Max Schelers Phänomenologie der Religion nach ihren wesentlichsten Lehren allgemeinverständlich dargestellt und beurteilt, 1924. — P. H. Lennerz, Schelers Konformitätsystem und die Lehre der katholischen Kirche, 1924. — K. Weinberg, The Phenomenological Method in Its Application in Max Scheler, 1924. — D. Daniels, Die Gemeinschaft bei Max Scheler und Thomas von Aquin, 1925 (tesis). — F. Kreppel, Die Religionsphilosophie M. Schelers, 1926 (tesis). — H. Hugelmann, Schelers Persönlichkeitsidee, 1927 (tesis). — J. Heber, Das Problem der Gotteserkenntnis in der Religionsphilosophie Max Schelers, 1931. — Alexander Altmann, Die Grundlagen der Wertethik. Wesen-Wert-Person, M. Schelers Erkenntnis- und Seinslehre in kritischer Anlage, 1931. — G. Kränzlin, M. Schelers phänomenologische Systematik, 1934. —A. Bachus, Einzelmensch, Familie und Staat in der Philosophie Schelers, 1936 (tesis). — Karl Alphéus, Kant und Scheler. Phänomenologische Untersuchungen zur Ethik zwecks Entscheidung des Streites zwischen der formalen Ethik Kants und der materialen Werthethik Schelers, 1936 (tesis); reed., 1981, por B. Wolandt. —S. Wilhelm, Das Bild des Menschen in der Philosophie Max Schelers, 1937 (tesis). —G. N. Schuster, V. J. McGill, A. Sc hutz et al., arts. sobre Max Scheler en Philosophy and Phenomenolgocial Research 2 (1941-1942), 267-358. —Ph. Müller, De la psychologie à l'antropologie à travers l'œuvre de Max Scheler., 1946. —Hans Nystedt, Max Schelers, Religionfilosofi, 1947. — J. Nota, Max Scheler. Een worstelen om het wezen van de mens, 1947. — Johannes Hessen, Max Scheler: Eine Kritische Einführung in seine Philosophie, 1948. —E. Rothacker, M. Schelers Durchbruch in die Wirklichkeit, 1949. —G. Pedroli, Max Scheler: dalla fenomenologia alla sociologia, 1952. —E. Blessing, Das Ewige im Menschen. Die Grundkonzeption der Religionsphilosophie Max Schelers, 1954. — Alfred Schutz, "Max Scheler: 1874-1928", en Les Philosophies célèbres, ed. Maurice Merleau-Ponty, 1956, págs. 330-335. Ed. del original inglés "Max Scheler's Philosophy", en sus Collected Papers, vol. 3 (1966), págs. 133-44. — Íd., íd., "M. Scheler's Epistemology and Ethics", Review of Metaphysics, II (1957-1958), 304-314, 486-501, reimp. en sus Collected Papers, vol. 3 (1966), págs. 144-154, 163-78. —Bernhard Lorscheid, Max Schelers Phänomenologie des Psychischen, 1957. — Íd., íd., Das Leibphänomen. Eine systematische Darbietung der Schelerschen Wesensschau des leiblichen in Gegenüberstelung zu leibontologischen Auffassungen der Gegenwartsphilosophie, 1962. — Maurice Dupuy, La philosophie de Max Scheler. Son évolution et son unité, 2 vols., 1959 (I. 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Schäfer, Zur Kritik von Schelers Idolenlehre. Ansätze einer Phänomenologie der Wahrnehmungstäuschungen, 1979. — J. H. Nota, Max Scheler: The Man and His Work, 1983. — S. F. Schneck, Person und Polis: Max Schleler's Personalism as Political Theory, 1987. — J. Schmuck, Homo Religiosus. Die religiöse Frage in der Wissenssoziologie Max Schelers, 1987. — E. Haffner, Der Humanitarismus und die Versuche seiner Überwindung bei Nietzsche, Scheler und Gehlen, 1988. — R. Perrin, Max Scheler's Concept of the Person: An Ethics of Humanism, 1991.
(Del Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora, 6ª ed. 4 vols. Rev. Josep-Maria Terricabras, with Priscilla Cohn Ferrater Mora. Barcelona: Círculo de Lectores. 2001. 3180-3184)
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