Retropost #75: 30 de diciembre de 2004
domingo, 19 de julio de 2015
Retropost #75: 30 de diciembre de 2004
30 de diciembre
Me temo, mucho me temo, que los viruses nos van a deslucir la fiesta de fin de año a esta sucursal de la familia.... la tendremos que celebrar con ellos, y con poca compañía más. Aunque si por un año se suspendiese la celebración y les mandásemos veinte euros a los asiáticos tampoco pasaría nada. A mí, claro...
Me regala Beatriz, con dedicatoria, un libro muy bonito para el que ha hecho un capítulo, sobre Hemingway y los toros (A Companion to Hemingway's 'Death in the Afternoon', ed. Miriam Mandel; Rochester, NY: Boydell&Brewer-Camden House, 2004). ¡Gracias, Beatriz! Yo, con esto del blogging unbound, no sé si volveré a verme entre dos tapas duras...
Por lo siguiente. Un gris funcionario ya no tiene nada que demostrar para obtener su plaza (visto que las cátedras no parecen muy tentadoras en su estado actual — están verdes, o lo estoy yo) . Por tanto, es mucho más interesante experimentar con el nuevo tono y los nuevos géneros a que invita la autopublicación electrónica antes que pasar por los requisitos cada vez más absurdos de la academia (por ejemplo, presentar las cosas en determinado formato informático — es que eso es lo gordo, encima es autopublicación con todos los inconvenientes y ninguna de las ventajas, tienes que hacerte tú mismo de editor ), escribir entre dos mil y dos mil cien palabras, exactamente, o tienes que escribirlas antes del mes que viene, o no puedes introducir correcciones de última hora, o debes aclarar tus alusiones porque no te entiende el Miembro del consejo de redacción, o has de adoptar un tono que no sea demasiado desenfadado ni que haga dudar de tu seriedad ni sobre todo supongo de la seriedad de quienes te publican... bof, bof. El personal se desanima (personalmente).
Noticia histórica: hoy aprueba el Consejo de Ministros la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo (sean homosexuales o no, que en esas cuestiones de preferencia sexual o de lo que le meta marcha a uno no entra la ley). Bueno, pues es una buena noticia no solo para los gays que se quieran casar, sino también para otras parejas de larga convivencia que quieran plantearse lo mismo por razones prácticas: Simon y Garfunkel (back by popular demand), viejos viudos con sus tiones, parejas de siameses y otros gemelos inseparables, las parejas de la Guardia Civil de todos los sexos, Lesby & Ana (donde Ana es capicúa), Timón y Pumba, etc. También los obispos podrán casarse, si así lo estiman oportuno, con sus secretarios que les llevan papeles en la conferencia episcopal, pues como es bien sabido este matrimonio no tiene efectos sacramentales, y el matrimonio en general no presupone efectos sexuales de ningún tipo, al menos no más que el no matrimonio. Se adquieren nuevos derechos (hay quien dice que sólo debería llamarse matrimonio a las parejas de lesbianas, y patrimonio a las de lesbianos). También supongo que, por definición, se considerará madres biológicas a las dos lesbianas de una pareja cuando una tenga un niño, pasando a ser la paternidad biológica una irrelevancia legal no contemplada en ningún caso por el sistema. Y, por último, descubrirán muchos gays tanto el lado gay como el lado no gay del matrimonio... aunque ahí no hay nada que descubrir, porque ya estaba todo descubierto en las parejas, de hecho. En cuanto a quien considere que este matrimonio no es el auténtico, podrá sentirse tanto más reafirmado en su fuero interno de que el suyo sí lo es cuanto más equívocas sean las señales exteriores y la envoltura legal. Trust the spirit, not the letter. Claro, que de todos modos el culebrón seguirá, porque ahora tendrá que decidir el tribunal constitucional sobre el asunto...
Plan Ibarreche, otro culebrón. Los españoles dicen a los nacionalistas vascos: debéis querer ser como nosotros, todos café, por qué vosotros más. Los nacionalistas vascos: ah, pero nosotros queremos más café, con otro repartidor, y lo que queremos es, ante todo, no ser como vosotros y no estar con vosotros. Dos no se quieren si uno no quiere, está claro. Hay quien dice que fue un salto cognitivo en la humanidad la creación de comunidades de gente que no se conocía, aprender a decir un "nosotros" (siempre frente a "otros", claro) que incluía a por definición a muchos desconocidos. Fue un salto cognitivo en el Paleolítico. Y hoy también es un salto cognitivo: hacia atrás. Sobre todo teniendo en cuenta que la maniobra se complica: ahora "nos" declaramos "nosotros" incluyéndoos a unos "vosotros" que aunque no queráis distinguir entre "nosotros" y "otros" deberíais ser "nosotros" porque si no sois "otros", y así os va a ir muy mal, etc. Los constructores de naciones deberían tener una cosa muy clara de la experiencia de la historia: que todas las naciones se construyen con violencia y pisoteando derechos de la gente. Mal oficio el de constructor de naciones. Y claro que todos los grupos pueden autodeterminarse: los que están determinados a autodeterminarse, al menos. Los que se ven autodeterminados no querrán jugar a eso, pero se verán embarcados igual, como siempre en estos casos, por quien tiene las prioridades más claras y menos escrúpulos con las de los demás. Me pregunto si me dejarían votar a mí... ¿estaré contabilizado entre la diáspora racial?
—oOo—
0 comentarios