Retropost #571 (28 de octubre de 2005): Castellón - Sagunto - Zaragoza
martes, 26 de enero de 2016
Retropost #571 (28 de octubre de 2005): Castellón - Sagunto - Zaragoza
Madrugando sin necesidad en Castellón, oigo en la radio: "España ha cambiado mucho en un año. Ahora en una boda se pueden casar dos hombres, pero en cambio no se puede uno fumar un puro en el banquete". A más de uno le produce un sentimiento de cierta irrealidad. Rajoy brinda con cava, por destensar el ambiente (me acuerdo de Fraga en bañador). Bueno, también iba a darles la mano, antes de que los expulsen, a los inmigrantes que saltaron la valla.
En el desayuno, en el hotel, comento con uno de los organizadores del congreso cómo en Zaragoza no hay profesores desplazados... como estamos en medio del desierto, todo el profesorado es zaragozano, cosa que no pasa en Castellón. Nos llevan a los invitados a cuerpo de rey, nos transportan al congreso, y oímos distintas ponencias que ya han aparecido en las actas prepublicadas: nadie, sin embargo, las recita a la vez que el ponente.
Observaciones: hacemos un uso tacaño de Internet; si todos esos libros de gramática, lingüística, etc. son tan influyentes, ¿por qué no están en la red? ¿Por los cuatro duros del autor? ¿O por el dinero que espera llevarse el editor? La Academia, de espaldas a la red; ve sólo sus aspectos instrumentales, y algunos nada más, encima. El profesor Scott, como también hice yo, presenta en su ponencia un diagrama de Internet a modo de gran cerebro. Pero hay islas, dice, secciones no conectadas o que no aparecen. Su padre tenía una website-isla, dice. Debía ser un señor muy mayor cuando su cibernético hijo le hizo una website, noto su necesidad de nombrarlo, y me viene a la cabeza eso de que no man is an island.
Un hermano (el octavo empezando por atrás, creo) ha leído en mi blog algo de "las dificultades que han tenido muchos de nuestros conocidos para emparejarse, o casarse, o formar una familia, o tener niños", y han debido tomárselo como algo personal con su señora, porque me anuncia que hay un sobrinete/a (o dos, o cinco) en camino. O igual ha sido que hasta que su viejo amigo el Príncipe de Asturias no se ha animado, pues tampoco él. Le aviso que se vaya despidiendo de su antigua vida y personalidad hasta la fecha. Hale, que éramos pocos, sólo catorce primos de momento. Y puede haber más remesas todavía, por qué no. Si no nacen a pares, digo. No es bueno que el hombre esté solo, ni el hijo único.
Última comida con los amables organizadores del congreso sobre Internet y lenguaje, porque ya no iré a la cena por la noche después de las últimas conferencias. Hablamos en la sobremes, por ejemplo de la macdonaldización de la Universidad, y de la vieja filología; de Shakespeare, y de los sonetos que escribió, y de la traducción que García Calvo hizo, tan superior a las otras; y de la profesora (a la que conozco) que escribió una tesis sobre esa traducción y otras, y hablamos del profesor que la invitó a dar un curso sobre ese tema, profesor que murió súbitamente; y de la esposa de ese profesor, que había sido compañera mía en la universidad, y de la que recibo un e-mail esta tarde, y quedamos en un Macdonalds en Sagunto para hablar de los veinte años que han pasado entre unas cosas y otras... Ha dejado de fumar, en las bodas y fuera de ellas. Everything is deeply intertwingled. Y luego, tras unas horas de conducir por la noche, le contesto al e-mail: "Bueno, pues me costó mi buen rato pero llegué a Zaragoza sin incidentes, aunque algún piñazo sí que ví por el camino... me encantó verte; lástima que hayas caído hacia esa vertiente mediterránea, pero vaya, poco bien que vives ahí, me parece que no te disgusta precisamente el sitio..."
Y es cierto que está muy bien; y que tendré que volver, porque Castellón y Sagunto no los he visto, entre pitos y flautas, aunque he pasado por enmedio. Nos pasa con tantas cosas.
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