Seventh Wonder of the World
Seventh Wonder of the World
3 de junio de 2016
Mantengo este mes el puesto más alto que he alcanzado en el Social Science Research Network, el principal repositorio mundial de humanidades y ciencias sociales. (Ver sobre SSRN en Infobiblio).
No recuerdo exactamente cuándo caí en la cuenta de que estaba en los primeros puestos en alguna de las categorías, pero desde entonces viene siendo esto un cierto concurso de treparriscos, además de un lugar donde almacenar y republicar mis publicaciones. Como se ve, la clasificación se da de acuerdo a diversos criterios:
1) Por número de descargas recientes (donde estoy el número dos mil y pico—no está mal, entre trescientos mil autores).
2) Por número de artículos recientes (con 40 artículos subidos este último año, estoy el número 38 mundial). Llegué a estar en el puesto 5, pero esto no dura, es estacional.
3) Por número de descargas recientes en los artículos: ahí tengo una media de 10, no muy alta (si se compara con Pablo Fernández, el número 1 según el criterio 1). Y estoy en el puesto 26.442. No soy muy leído, pero aun así estoy en el 10% superior de los autores más leídos del SSRN.
4) Por número total de descargas. Número también bajo: 13 mil y pico lecturas, digo descargas, que me sitúan en el puesto 1635. Según este parámetro voy subiendo puestos aún, y puede que acabe llegando hacia el puesto 1500, ya veremos. De 300.000, estaría en el 0,2 por ciento superior. Que compitiendo con todas las ciencias sociales es mucho.
6) Por número total de citas, no destaco. Otra cosa sería que contasen autocitas, que ahí sí compito. En fin, estoy el dieciocho mil y pico. No soy lo que se dice referencia mundial.
7) Parámetro 7, el importante aquí, el séptimo cielo en lo que me concierne. Por número de artículos aceptados (que son 278, en diversas redes y revistas), estoy en el puesto número 7. Desde hace ya meses, y hasta aquí he llegado—porque el puesto 6 está inescalable—Daron Acemoglu, del MIT, tiene más de 300 publicaciones aceptadas.
8) En los demás parámetros no destaco, con una media de 50 descargas por artículo, y baja media de citas, y bajo Eigenfaktor, whatever that means. No podemos destacar en todo, si miran las cifras de los demás, exceptuados los hachas como los namberguán Pablo Fernández o Robert W. McGee.
En fin, ahora que entro en la vejez, y se me han ido las ganas de ir a congresos y de enviar publicaciones a revistas académicas, me consolaré pensando que en un momento determinado llegué a este pódium de siete escalones, si me permiten la extensión, uno de los logros más objetivables de mi carrera académica, for what it’s worth. Que no se diga que yo por lo menos no lo celebro.
Aquí me despido con otro gráfico expresivo de este torneo. Ójala midiese también el ascenso de mi popularidad, pero si hay cosas que no se llevan, hay que reconocer que yo, a pesar de mis buenos resultados en estos pagos académicos, no me llevo, o no soy llevado. Sea como sea, es lo más cerca que he estado jamás de ser un wonderboy.
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