Retropost (2006): Narración, Interacción e Interpretación
Narración, interacción e interpretación
Publicado en Semiótica. com. José Ángel García Landa
Me han publicado en el Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza (—Opiniones vedadas al vulgo, y sólo visibles para autorizados ojos universitarios) el artículo de ayer sobre la Investigación en grupo (o tribu). Buscando ayer por el despacho el papel ese donde me decía la DGA que no investigaba con suficientes aragoneses, me apareció también mi colección de otros informes negativos. Que tengo unos cuantos, pues nunca se me ha concedido un proyecto de investigación si no era en un equipo dirigido por un catedrático. (Puede que sea casualidad, pero es mi experiencia con estos proyectos: tened y se os dará, como decía Cristo).
Bien, pues qué lástima no haber tenido el blog hace tres años para publicar el informe negativo de mi último proyecto rechazado. En fin, aunque con retraso, como ahora lo encuentro, ahí va. Lo presenté a la convocatoria del Ministerio dos años consecutivos, uno con equipo y otro sin, pero ni con ni sin. Ante eso, cabrían, supongo, dos opciones:
- una, seguir presentando el mismo proyecto, con las pequeñas modificaciones a que pudiera haber lugar, ad infinitum, o hasta el caso (improbable) de que me lo concedieran. Qué pesado este señor, ¿no? siempre con lo mismo, hala, dile otra vez que no, que ya lleva cinco informes negativos.
- otra, abandonar esa línea de investigación y dedicarme a algo que (según el olfato del momento) el Ministerio pueda querer financiar.
Pues ni una ni otra. Lo que hago es, mientras no perciba cambios sustanciales en el panorama, pasar de rellenar impresos y dedicarme a investigar con los medios de a bordo y sin reconocimiento oficial. Que tiene gracia, porque menos que la ridícula cantidad que les pedía como ayuda para libros y un par de viajes, me interesaba por supuesto el simple hecho del reconocimiento del proyecto como tal, por el acoso administrativo que representa en mi departamento ser un hombre de-proyectado (como diría nuestro antiguo colega Benno Hübner). A la DGA de hecho no le pedí otra cosa que el reconocimiento de la existencia, sin aflojar un duro, y ni eso dio. Pues oigan, ¿saben? Que paso. Que con estos planteamientos, que rellene más impresos de solicitud de proyectos su tía. Yo tengo otras cosas más interesantes en las que perder el escaso tiempo de vida que me queda. Y si la Universidad estima oportuno contratarme como funcionario para docencia e investigación, pero luego hay que rogarle por favor que implante docencia para que yo pueda darla, y que se digne reconocer la existencia de la investigación que produzco... pues ella sabrá, quien paga manda. Es que esa es otra, ahora de repente nos ha cambiado el panorama súbitamente, y resulta que somos nosotros los que tenemos que justificar en términos de rentabilidad el trabajo en nuestras disciplinas académicas, y rogar que no se supriman las titulaciones que tenemos contratos vitalicios para impartir... y que nos den cuatro duros para realizar la labor que nos han contratado para realizar. O al menos que aunque no den ni un duro, se molesten en reconocer que en efecto la estamos realizando. Pues ni por esas, no nos vayamos a crecer y a presumir de que somos gente con proyectos, oye.
Bueno, a lo que iba. Esta es la copia cuasi-facsímil del informe negativo que me dieron cuando pedí al Ministerio una ayuda (o reconocimiento) para el proyecto "Narración, Interacción e Interpretación" solo y a las bravas, cosa en modo alguno descartada por las bases de la convocatoria:
AREA DE CIENCIAS SOCIALES
REFERENCIA: BFF2002-00268
INVESTIGADOR PRINCIPAL: JOSE ANGEL GARCIA LANDA
ORGANISMO: UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
TITULO: NARRACIÓN, INTERACCIÓN E INTERPRETACIÓN
OBSERVACIONES:
EN REALIDAD EL EQUIPO NO EXISTE, PUES ESTÁ COMPUESTO POR UN ÚNICO INVESTIGADOR, QUE TIENE SIN DUDA UNA IMPORTANTE EXPERIENCIA INVESTIGADORA, EXTENSA Y DE ALTA CALIDAD A NIVEL INTERNACIONAL (COMO PONE DE MANIFIESTO SU EXCELENTE CURRÍCULO), EN ESPECIAL EN EL CAMPO DE LA NARRATOLOGÍA, QUE ES EL OBJETO DEL PROYECTO QUE PRESENTA. EL OBJETIVO PRINCIPAL DEL PROYECTO ES DE TIPO METODOLÓGICO, CONSISTENTE EN FUSIONAR DIVERSOS MODELOS DE ACERCAMIENTO AL HECHO NARRATIVO, TANTO DE TIPO ESTRUCTURAL PROPIO DE LA NARRATOLOGÍA LITERARIA MÁS CLÁSICA COMO DE ENFOQUE LINGÜÍSTICO. COMO TAL OBJETIVO ES SIN DUDA MUY INTERESANTE Y MUY AMBICIOSO PUES PRETENDE INTEGRAR DISCIPLINAS DIVERSAS DE LA CIENCIA DE LA LITERATURA Y DE LA LINGÜÍSTICA. SIN EMBARGO SE TRATA DE DISCIPLINAS VASTAS Y COMPLEJAS, SOBRE LAS QUE ES DIFÍCIL QUE UN SOLO INVESTIGADOR PUEDA MANTENERSE AL DÍA. EN RESUMEN, SI BIEN CABE DUDAR DE LA SINGULAR CAPACIDAD DE TRABAJO Y DE LA CALIDAD DEL MISMO QUE HA DEMOSTRADO EL SOLICITANTE, DEBIDO A LAS CARACTERISTICAS Y OBJETIVOS PROPIOS DE LA PROPUESTA (VÉASE APARTADO B) ES DIFÍCIL CREER EN LA VIABILIDAD DE ESTE PROYECTO.
Bueno, pues sin proyecto que me quedé, yo y la Ciencia, porque claro, aunque he seguido trabajando en esa línea, al no tener compromisos que cumplir también me he dedicado a otras cosas, por ejemplo a los blogs. Y he seguido colaborando con mis colegas de París y Hamburgo etc., pero sin poder aportar un duro a la colaboración. Es curioso eso de "en realidad el equipo no existe" después de invitar en la convocatoria a equipos o investigadores individuales. Claro que como el impreso (cortado por el patrón de las ciencias experimentales) decía "equipos", pues equipo que te casco, y si el equipo es de uno, pues ya veremos si se lo pasamos o no. También contiene el informe un lapsus gracioso , ese de "si bien cabe dudar de la singular capacidad de trabajo" etc., por "no cabe dudar". Ya se le iba la mano a quien lo hizo hacia la negativa que iba a dar. En suma, que soy muy bueno, y el proyecto es muy interesante, pero que no lo sabré hacer porque al informante le parecen muy difíciles estas cosas y demasiado estudiar, y que no me financien. Que nadie sabe a la vez de lingüística, literatura y filosofía (¡pero si el proyecto era para desarrollar eso precisamente!). Claro que al año siguiente, en colaboración con más gente de lingüística, literatura y filosofía, tampoco lo dieron, con razonamientos parecidos. Por entonces (y supongo que por ahora) la política de la comisión de proyectos era dar mucho dinero a muy poca gente (incluidos miembros de la propia comisión), en lugar de tender a repartirlo entre los investigadores solicitantes. Y, en fin, por mí que les den bola, a mí ya me la han dado.
Para sacar del baúl de los recuerdos los fines y planteamientos del proyecto, esto era un trozo del principio:
Narración, interacción e interpretación
Este proyecto pretende desarrollar el marco conceptual de la teoría narrativa, buscando un paradigma teórico más integrador, que ayude a potenciar la capacidad analítica de las teorías narrativas actuales y su capacidad interpretativa en el análisis de textos culturales concretos.
Esto se logrará, básicamente, mediante un estudio interdisciplinar que integre los logros analíticos de diversas disciplinas y metodologías. En esencia el proyecto hará confluir tres líneas de trabajo sobre la narración, una de ellas específicamente limitada a este estudio (la narratología de tradición estructural) y otras dos que han contribuido ocasionalmente a la reflexión sobre la naturaleza y funciones de la narración (teorías pragmalingüística y hermenéutica). Estas disciplinas ofrecen perspectivas prometedoras de enriquecimiento mutuo, tanto en sus coincidencias parciales como en la complementariedad de perspectivas que ofrecen sus planteamientos diversos. Sin embargo, se han ignorado mutuamente en gran medida (si exceptuamos la síntesis de las dos primeras propuesta por Paul Ricoeur en Tiempo y Relato), por pertenecer a contextos disciplinares y a tradiciones académicas diferentes. Nuestro trabajo de investigación efectuado hasta el presente, sin embargo, nos ha situado en el punto en que parece oportuno y factible intentar una síntesis metodológica más amplia.
Esperamos obtener de la confluencia de estas tres corrientes de pensamiento un enriquecimiento de nuestra comprensión de los fenómenos narrativos, tanto en el sentido de una más adecuada conceptualización teórica (y un mayor diálogo interdisciplinar) como en su poder explicativo concreto para el análisis de textos narrativos pertenecientes a diversos géneros y autores del área anglosajona en particular. El objetivo es la elaboración de publicaciones académicas que contribuyan a difundir esta línea de análisis textual y discursivo, y demuestren la viabilidad de la misma como un marco crítico-teórico que permite un estudio más integral y profundo de los fenómenos comunicativos, en especial de la narración.
Antecedentes y estado actual de los conocimientos
El trabajo a realizar, según se ha expuesto, consistirá en fomentar la confluencia de las siguientes líneas teóricas:
1) La narratología literaria, desarrollada originalmente en la tradición formalista y estructuralista de las escuelas alemana, francesa y eslava (K. Friedemann, F. Stanzel, R. Barthes, G. Genette, M. Bal, B. Uspenski, L. Dolezel) pero que también cuenta con importantes exponentes clásicos en el mundo anglosajón (W. Booth, S. Chatman), especialmente en lo que se refiere a la fase de reelaboración y crítica post-estructuralista (J. Culler, A. Gibson). Nuestras aportaciones en esta disciplina en concreto ya tienen reconocimiento a nivel internacional, como se echa de ver en la presencia de J. A. García Landa junto a figuras como M. Bal o L. Dolezel en el grupo de asesores internacionales del Forschergruppe Narratologie de la Universidad de Hamburgo. Pueden verse por ejemplo las páginas de Internet http://www.narratology.net o http://www.narrport.uni-hamburg.de/ en las que se informa sobre los proyectos en curso de dicho grupo investigador.
2) La teoría de la interacción comunicativa. Hay elementos relativos a la interacción comunicativa tanto en narratología (que estudia por ejemplo la interacción entre autor implícito, narrador, narratario y lector implícito) como en la teoría hermenéutica (pues de hecho ya se encuentran en la hermenéutica de Schleiermacher muchos principios de pragmática lingüística que luego serían “descubiertos” en una tradición distinta, por ejemplo con los nombres de procedimientos de comprensión “top-down” y “bottom-up” utilizados por lingüistas del discurso como van Dijk y Kinsch). Pero nos referimos en este punto más específicamente a los desarrollos de la pragmalingüística anglosajona, en particular durante las últimas décadas del siglo XX. A este respecto hay que referirse obligadamente a teoría de los actos de habla desarrollada por Austin en How to Do Things with Words y seguidamente por Searle en Speech Acts y Expression and Meaning. Estas obras pusieron los cimientos teóricos para estudios más específicos de pragmática literaria, como el reciente Literature as Communication de Roger Sell (2000) o el volumen de J. A. García Landa Acción, Relato, Discurso (1998). Otros desarrollos de la teoría de la interacción lingüística, como la teoría de la cortesía desarrollada por Brown y Levinson en Politeness o por Leech en Principles of Pragmatics son todavía una fuente potencial sin explotar de conceptos que pueden desarrollarse y aplicarse en un marco diferente, literario o narratológico. Lo mismo puede decirse acerca de la teoría interaccional basada en el análisis de rituales situacionales que desarrolla Goffman en Frame Analysis o Forms of Talk. La teoría de la relevancia (el libro de Sperber y Wilson Relevance: Communication and Cognition es un punto de referencia central aquí) está dando numerosos frutos en traductología o análisis conversacional, pero todavía no se han extraído sus consecuencias para la teoría narratológica ni la interpretación crítica literaria. Los volúmenes The Intertextual Dimension of Discourse y The Pragmatics of Understanding and Misunderstanding, editados por la Dra. Beatriz Penas, y a los que también contribuyeron J. A. García Landa y Carmen López, son una muestra significativa de la colaboración previa de los miembros del equipo en el estudio de la interfaz entre pragmática y teoría de la interpretación.
3) La hermenéutica filológica, en particular a partir de Schleiermacher, propone la noción del círculo hermenéutico como vía de estudio de una multiplicidad de fenómenos comunicativos. El círculo hermenéutico puede aplicarse de muy diferentes maneras y a distintos procesos. Por ejemplo, al proceso de lectura y comprensión de una frase: el todo se deduce a partir de las partes o palabras pero el sentido y sintaxis de éstas se interpretan en relación a un todo anticipado, en un proceso continuo de reelaboración interpretativa. La teoría de la relectura, expuesta por el libro de Galef Second Thoughts: A Focus on Rereading supone un desarrollo de estas nociones para enlazar con teorías interpretativas postestructuralistas y con la filosofía de la repetición. Una vez más, la interfaz potencial con la narratología queda por desarrollar. Exploraremos, en concreto, las implicaciones narratológicas de esta circularidad hermenéutica, y, recíprocamente, los aspectos narrativos del proceso hermenéutico. Otros autores cuya obra resultará imprescindible a este respecto son M. M. Bajtín, W. Iser, P. Ricœur y G. S. Morson. Quedan por explorar también desde la óptica de la pragmática comunicativa los protocolos de la narración, una perspectiva apuntada en los trabajos de Couturier pero que promete desarrollos ulteriores, describiendo la manera en que los estilos narrativos desarrollan mediante formas específicamente literarias un proceso equivalente a lo que Goffman ha llamado “interacción dialéctica” en el análisis de la conversación. La Dra. López Sáenz en particular aporta a nuestro equipo una amplia experiencia en el estudio de la tradición de la hermenéutica en filosofía, y J. A. García Landa cuenta asimismo con una amplia trayectoria en el estudio y docencia de la teoría de la interpretación en su vertiente filológica.
El proyecto “Narración, interacción e interpretación” propone pues la convergencia de estas tres disciplinas, cada una aludida por una de las palabras del título, según recalcamos:
a) la narratología de origen predominantemente literario (Barthes, Genette, Bal, Booth, Culler, etc.) aunque se tendrán en cuenta las aportaciones realizadas por teorizadores de la autobiografía (por ej. Mark Freeman) o de la historia (Hayden White).
b) La pragmalingüistica: teoría de los actos de habla (Austin, Seale) que en el libro de Acción, Relato, Discurso (Salamanca, 1998) reformulamos como teoría de los actos discursivos; modelos de análisis del discurso (Bajtín, Cicourel, Schegloff, Tannen, etc.). y teoría de la cortesía (Goffman, Brown y Levinson, Leech).
c) La hermenéutica, entroncando de nuevo con el análisis del círculo hermenéutico de Schleiermacher, que tanto recuerda desarrollos recientes de la lingüística, y desarrollando los brillantes análisis de Bernstein en Foregone Conclusions o de Gary Saul Morson en Narrative and Freedom. (A título de ejemplo sobre la necesidad de una convergencia, véase que estos libros no ofrecen barruntos de una posible convergencia con la pragmalingüística, y apenas mencionan en alguna ocasión la narratología de modo superficial).
Nuestra tesis es que estas tres tres disciplinas, o sus manifestaciones en tanto que subdisciplinas dentro del marco de la Filología, saldrán reforzadas mutuamente de un análisis que señale sus puntos de contacto, los límites de su convergencia, y ofrezca ejemplos de las modalidades prácticas de aplicación de la metodología desarrollada a partir de ellas. A su vez, esta metodología no tendrá consecuencias únicamente en el ámbito de reflexión teórica que acabamos de señalar. Cada una de estas disciplinas es especialmente relevante por su aplicabilidad al análisis práctico de los más diversos fenómenos culturales, empezando por la literatura y otras formas narrativas, pero con consecuencias prácticas para el análisis conversacional, la práctica de la historia y la autobiografía, la estética y teoría del arte, la teoría de la cultura, la divulgación científica o la reflexión filosófica. Piénsese, a título de ejemplo, en los puntos de contacto que ofrecen las siguientes teorías y manifestaciones culturales que citamos a continuación en tanto que fenómenos narrativo/retrospectivos:
Ejemplo 1: Giambattista Vico, en su teoría evolutiva de la cultura humana, denuncia lo que él denomina la “falacia de los estudiosos”, que consiste en intentar descubrir los conceptos y nociones desarrollados en la actualidad como si estuviesen ya plenamente formados en las prefiguraciones imperfectas que más tarde darían lugar a ellos. Es el caso, por ejemplo, de los intérpretes homéricos, que descubrían oculto en el poeta griego todo un sistema de disciplinas académicas; es un problema al que no son ajenos los intérpretes actuales (por ejemplo, nosotros mismos, según el uso que hagamos de Vico en una teoría de la interpretación desarrollada a posteriori).
Ejemplo 2: El concepto de retrospección permite interpretar muchos fenómenos “naturales” como efectos de perspectiva narrativa. Por ejemplo, este razonamiento sirve de base a la crítica que hace S. J. Gould (por ej. en The Structure of Evolutionary Theory, 2002) a las teorías antropocéntricas de la evolución, que presentan como una culminación en el hombre lo que es un proceso histórico-biológico mucho más complejo. En el campo de la filosofía, podríamos pensar en un caso de perspectivismo como el que presenta Nietzsche en La voluntad de poder, criticando el concepto de causalidad. Nietzsche veía las explicaciones causales como una estructura narrativa: a saber, el “efecto” es el que “causa” la causa en tanto que fenómeno cognoscitivo, al lanzarnos a la búsqueda de causas y a establecer conexiones entre fenómenos que antes no se percibían como causalmente interconectados.
Ejemplo 3: La noción del círculo hermenéutico desarrollada por Schleiermacher y otros condujo a una mayor consciencia del papel que desempeña la retrospección en los procesos de comprensión. El círculo hermenéutico es más bien una espiral que se expande temporalmente, englobando cada vez mayor número de fenómenos culturales y haciendo que surja mayor significación de la interacción entre las partes englobadas en un argumento, adquiriendo las primeras un nuevo sentido a la luz de las que les siguen. Tal es el fenómeno interactivo que se produce, por ejemplo, a lo largo del proceso de lectura de los ejemplos que estamos presentando, si el lector compara sus puntos comunes y extrae un argumento general de ellos.
Ofrecemos estos ejemplos precisamente por no pertenecer estrictamente al campo de la narratología literaria, ni de la pragmalingüística, pues creemos que en ellos se echa de ver que una perspectiva que desarrolle un estudio de los conceptos de narración e interacción puede hallar una vía para la interpretación de una multiplicidad de fenómenos culturales en los que están implicadas estructuraciones narrativas y procedimientos interactivos.
Estos objetivos no son “nuevos” en el sentido de que suponen una reinterpretación y una reelaboración de cuestiones que han ofrecido tradicionalmente gran interés para las disciplinas humanísticas. Sí son nuevos en el sentido de que esa reelaboración y revitalización de las disciplinas y conceptos que pueda surgir del diálogo metodológico es siempre la que ofrece vías nuevas de acceso a fenómenos culturales de relevancia crucial-- en el sentido de que la cultura no consiste sólo en recibir la herencia del pasado, sino en reelaborarla y asimilarla a los nuevos contextos. En el contexto humanístico de hoy en día, el diálogo entre pragmalingüística, hermenéutica y narratología es imprescindible.
—oOo—
0 comentarios