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Vanity Fea

El papa Ratzinger

El arzobispo de Pamplona declara que "ahora tenemos que pensar que es una elección del Espíritu Santo y, con un acto de fe, creer que se ha manifestado así la voluntad de Cristo..." bla bla.... Qué remedio tener que pensar eso, si es lo que hemos decidido pensar en cualquier caso (– y si es que esta decisión tiene algo que ver con el pensamiento).

Claro que, sin embargo, Ratzinger...


- Es un hombre de gran solidez intelectual
(Pero cree en espíritus, en la Virgen María, cree que la gente tiene un alma indestructible, y cree en toda una parafernalia de cosas peregrinas y de poca solidez intelectual).

- Es un hombre muy humilde y discreto
(Pero se cree nada menos que el representante de Dios en la tierra. Ahí es nada. Eso es vanidad de oficio, y fea fea...)

- Es un hombre conservador
(Nos advierte Ratzinger contra el peligro del pensamiento moderno, que pretende «reducir los contenidos cristianos a un discurso simbólico, no atribuirles más verdad que la de los mitos de la historia de las religiones, y mirarlos como un modo más de experiencia religiosa, que debe considerarse humildemente al lado de los demás». Esta humildad también estaría fuera de lugar para Ratzinger. En todo caso, este pensamiento ilustrado actual no lo quiere conservar Ratzinger).

Si preguntamos a Google "¿Existe el infierno, Ratzinger?" nos contesta:
"A algunos, que no han estudiado a fondo la Religión, les parece que siendo Dios misericordioso no va a mandarnos a un castigo eterno. Sin embargo, que el infierno es eterno es dogma de fe." - Cardenal RATZINGER: Escatología, lll, 7, 1. Ed. Herder (Barcelona, 1980).

Nada de esto es noticia, claro. Y sin embargo la imagen de Ratzinger vestido de Papa produce, en cierto modo, la misma sensación que la de Ian McKellen-Ricardo de Gloster, saliendo coronado como rey Ricardo III en la película de Richard Loncraine.

(Addenda: La izquierda eclesiástica y social está alterada por el nombramiento de Ratzinger, como si no creyesen en eso de la inspiración del Espíritu Santo. Algunos disentimos; pongo en Por la boca muere el pez este comentario:

"Nada, nada, las cuentas claras y el chocolate espeso. Igual alguien creía que el Papa iba a dejar de ser papista, o que iba a abogar por el relativismo, o decir que 'eso del Espíritu Santo y del infierno son meros símbolos, vamos, la mitología local pero que otra serviría igual, o que lo de los gays, vaya, teniendo en cuenta que hay tantos en la Iglesia, pues vamos a ver si lo revisamos, y las monjas que digan misa'... pero bueno, ¿dónde se han creído que estamos? El Papa, a defender la ortodoxia, que para eso está. Y a quien no le guste, es un protestante, si acaso no es un ateo").


18 de abril

Hoy estoy malo

Antes los virus se especializaban. Ahora atacan por todas partes, han mutado, o yo he mutado. Combinamos peor.

2 comentarios

José Ángel -

Claro, la solidez intelectual de Ratzinger es para mí endeble de base; la mía es para él lo mismo. Hay que elegir, por narices, entre creer (a), o (b), o (c) - (pero qué digo, hay que creer (a) por narices, y nada más) o creer lo que tenemos delante. Que nos morimos. Si a eso hay una addenda, pues yo propongo otra más: que la paz celestial y el montaje del cielo y el infierno se verá interrumpido súbitamente, pocos minutos después del Juicio Final, por el Dios Detrás de Dios del que hablaba Borges. Y de ese Dios no sabe nada, porque lo han programado para que no sepa nada. Esto también es intelectualmente sólido, al menos tanto como las propuestas de Ratzinger.

Luis Muiño -

Pues te advierto, hablando acerca de "la solidez intelectual", que mis amigos postmodernos utilizan a Ratzinger como un argumento ideológico. Porque cada vez que alguien habla en contra del relativismo ético le dicen: "tus argumentos son los mismos que los de Ratzinger" (tiene unos cuantos escritos sobre el tema). Y nos desarman.