Negociando con los terroristas
Tenemos un gobierno partidario de negociar con los terroristas. Ya es público y oficial, y también patético, vergonzoso, estúpido. Otra vez se repite la historia de la negociación, como tantas otras veces, y las entidades semipensantes que nos gobiernan parece que no aprenden nada de la historia (que ya dijo Marx que se repite, la primera vez como tragedia, y la segunda como farsa). Entes de partido, es decir, gobernados con mando a distancia, lo que hace dos años era impensable y abjecto de repente es lo único razonable que se puede hacer. Hasta que les aprieten el otro botón, claro, es una farsa mecanizada. Pues nada, vuelta a estudiar la lección, pronto pronto. Se infla la burbuja irisada de la paz, y parece que flota -- sí, ¡flota! ¡funciona! ¡funci...
Si estás dispuesto a negociar con terroristas, pronto tendrás muchos terroristas con quien negociar, las oportunidades se multiplican para los negociadores. Hoy es un día vergonzoso para la democracia española. (Y ahora algún listillo pensará que he votado o voy a votar al PP...).
(PS: La decisión del Parlamento la ve cojonuda Otegui; en cambio la ve fatal Rosa Díez: ¿con cuál te quedas? Claro que a quien no quiere ver es inútil señalarle estas cosas. Algunos necesitan que les asesinen a su hermano, o a su hijo, o a su amigo, para que la cosa les llegue al cerebro).
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