Detrás de la música
Sábado 15 de octubre
En la magia de algunos conciertos es donde los descreídos tenemos vislumbres de experiencias místico-religiosas, si nos va la música. En cada concierto hay algún momento que se acerca, más o menos; y siempre están esos momentos de arrebato por así decirlo agazapados detrás de la música que nos gusta, o de la poesía que nos suena a poesía. Qué suerte, cuando a veces sale a la luz, y entras a través de la música en una dimensión que hace aparecer el mundo y la vida normal como ordenados por el ritmo de la música, como la letra de una canción irrepetible que es la conjunción de esa música y ese momento. Incluso si no llega a arrebatarnos la música, muchas veces consigue darle este compás a la existencia, una "measured dance of all" - decía Cowley:
And this is music: sounds that charm our ears
Are but one dressing that rich science wears.
Though no man hear’t, though no man it rehearse,
Yet will there still be music in my verse.
Pocas veces sale a la luz la música que hay detrás de la música, como en esas epifanías de Joyce o Proust o Virginia Woolf... es necesario que se crucen varios imponderables, la música adecuada, el ambiente adecuado, y la disposición interna de uno. Quizá sea un efecto indeseable de la abundancia de música grabada... pero cuando sale, sale en la música grabada, o en vivo, indistintamente, y entonces es como si nos mirase a la cara.
Lorsque tout me ravit, j’ignore
Si quelque chose me séduit.
Elle éblouit comme l’Aurore
Et console comme la Nuit ;
Et l’harmonie est trop exquise,
Qui gouverne tout son beau corps,
Pour que l’impuissante analyse
En note les nombreux accords.
O métamorphose mystique
De tous mes sens fondus en un !
Son haleine fait la musique,
Comme sa voix fait le parfum!
- dixit Baudelaire del arrebato.
Entretanto, miramos su reflejo, su mirada bonita pero perdida en otra parte.
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