Sa moto qui partait
Lijando y pintando la moto hoy. ¿Por qué me la compraría? ¿Bat out of hell? ¿Easy Rider? ¿Dos en la carretera? ¿Al Bano y Romina Power? ¿O para pegarme un piñazo como el de Bob Dylan? La mímesis nos arrastra hasta extremos. Ya está la pobre moto viejilla en todo caso. Hoy Pibo se iba a subir encima estando parada en un sitio inclinado y me la ha tirado por el suelo, mira que le pesa la cabeza a este chaval. Por suerte no le ha caído encima, que son doscientos kilos; y la moto tampoco se ha hecho nada. De hecho aún me ha preguntado un tipo media hora después que si la vendía—igual debería mientras esté a tiempo, y no la haya escabechado, ni ella a mí. Pero para otra me parece que ya no ahorro. La moto de mi vida, supongo.
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