La táctica de Don Recesvinto
La táctica de Don Recesvinto es lo que yo llamo una buena táctica para hacer pasar a la gente por el aro, adecuada para épocas y ambientes en que haya que obligar a la gente a comulgar con ruedas de molino, para que lo hagan de buena gana y se centren en ello. Me hablaba mi tío de Don Recesvinto, maestro de Biescas en la época de la posguerra, una vez fusilados otros maestros con menos táctica, como mi abuelo. Tras la guerra los supervivientes ya estaban todos firmes, pero gracias a la táctica de Don Recesvinto, lo llevaban con gusto.
"Don Recesvinto era de los que tenían a los niños cantando himnos todo el día. El himno nacional con la letra de Pemán (claro, no van a cantar "lá-la, lá-la, lálala lála lála...), y luego Montañas Nevadas, y el Cara al Sol, claro... Les hacía ir a todos los críos con la camisa azul de Falange, y desfilar, todos los días desfilando. Hasta el sábado tenían que ir a la escuela, que había sólo fiesta por la tarde. Y hasta el domingo tenían que ir: no había escuela, pero tenían que ir a formar, para ir luego desfilando todos juntos a misa. Y los juntaba Don Recesvinto con los soldados (entonces había regimiento en Biescas, deben ser los tiempos esos del comandante D. Casto Cordero Blanco)—que los soldados también iban desfilando hasta la iglesia.
Y los ponía Don Recesvinto a los críos detrás de los soldados, primero los mayores, y luego los pequeños. Los soldados iban desfilando de tres en tres, y los críos de la escuela de dos en dos, y de la mano. Pero a los mayores, les dejaba desfilar sueltos, y a los más mayores ya les dejaba ponerse como a los soldados, de tres en tres. Y bueno, así era la cosa, eso era en lo que pensaban todos, en si les dejaban desfilar de dos en dos o de tres en tres..."
Un hacha, don Recesvinto. No sé si lo ascenderían a desfilar de tres en tres, pero tenía dotes para ocupar puestos de más alta responsabilidad en el Régimen.
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