In my secret life
Conceptualicemos YouTube como una emisora de televisión. Ignoremos (por supuesto) la página de presentación. Veamos qué se emite. Se emite, por generalizar, abreviar, e idealizar, todo el presente y todo el pasado del cine y la televisión. O, al menos, se emiten más cosas de las que jamás podrías ver en varias vidas—por eso digo que se emite todo.
Y a la vez no se emite nada. No hay ninguna selección (aparte de esa patética primera página sin ningún interés, de la que jamás he pinchado ni pincharé ningún vídeo).
Por tanto, quien emite son los usuarios de YouTube: los que seleccionan efectivamente y utilizan su criterio para señalar lo que otros deberían molestarse en ver, entre todas las cosas posibles. Con lo cual YouTube (o la Red, por generalizar más) nos ha proporcionado a cada uno una cadena de televisión particular. Bueno, pues aquí está mi programa de hoy, el vídeo de la canción "In My Secret Life" de Leonard Cohen.
Y aparte de eso, in my secret life, poquito de nuevo. Hemos hecho, en plan agricultura urbana, recolección de higos en la higuera del jardín—que ya tiene mérito, a cincuenta metros del Paseo Constitución. Hasta el abuelo se animó a bajar a ayudar a coger, pasando por la zona de las catacumbas. Y estaban riquísimos.
Ahora nos vamos a la piscina. No hay mucho más que hacer en la canícula zaragozana. Mis amistades me mandan recuerdos desde Londres, desde Bulgaria. Yo desde aquí se los mando—desde Vulgaria.
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