Blogia
Vanity Fea

Babas de camello

No sabíamos si este año habría sorpresa, porque en estas cosas ya casi no creemos, pero al volver a casa en la madrugada de Reyes, después de arrastrar nuestros cuerpos por el trasnoche, nos asomamos a la galería y allí estaba todo listo como otros años: en efecto, iban a pasar los Reyes Magos:

reyes magos


(Había cartelitos en cada tentempié: "Melchor", "Gaspar", "Baltasar", "Camellos". A los pajes, ni agua).

Luego han estado Abo, Pibo y Otas haciendo nervios porque no podían abrir los regalos hasta después de desayunar.

Oscar- Mamá, ya no puedo comer más roscón. Es que me he terminado unas galletitas que no se habían comido los camellos, y ya no tengo hambre. Igual son las babas de camello, que quitan el hambre...

Los reyes les han traídos cosas que yo desde luego jamás les habría comprado: un peluche de Fluvi, una caja de Gormitis, unos robotillos saltarines a cuerda... Pero en fin, éxito total. Y con los misterios que acompañan a estas apariciones de lo numinoso:

Ivo:- Mira, ¡esto seguro que lo han traído los Reyes del VIPS, porque lo ví allí! ¡Igual es que no tienen tanta magia, y lo tienen que comprar con dinero en las tiendas! 

A mí me han regalado unas obras completas de Oscar Wilde, en un rincón de las cuales puede leerse la frase "high tower of thought". 

 

Los Reyes y la mente modular

0 comentarios