Juno
Viene siendo la película más valorada de la cartelera en Zaragoza, aunque francamente no es para tanto. Es la historia de Juno, una chica de dieciséis años que se queda embarazada y en lugar de abortar según la costumbre, decide tener el niño y dárselo a una pareja en adopción. Y sobre algunos problemas que le salen por el camino... Aunque al final termina la chica feliz y tranquila y saliendo de novietes con el padre del chico, otro chaval del instituto tan inmaduro como ella.
Es una película que se nos presenta con la retórica de la película simpática, un poquito más tipo televisión que tipo cine—a veces los diálogos y situaciones recuerdan demasiado a las sitcoms en su busca de un ingenio un tanto forzado. Lo cual no deja para que sean divertidos… como Juno paseando su barriga bajo la mirada de sus compañeros de instituto, y comentando: "Estoy hecha un planeta... ¿Sabes cómo me llaman? ¡La ballena con moraleja!"
Juno es una chica decidida, original, inteligente y desinhibida y también con pocos miramientos. Y tiene que tratar, según dice ella misma con "cuestiones que superan mi nivel de madurez". Al novio, Blecker, que ni siquiera era novio, sino un chaval pasmadillo con el que echó un polvete, procura no acorralarlo ni echarle más responsabilidades de las que puede llevar—que bien pocas son. Pero en fin, resulta que se gustan, y termina la película con los dos tocando felizmente un dúo de guitarra. Tanto mejor—pero el hecho de que han tenido un hijo es algo de lo que están decididos a olvidarse, con la bendición del guionista y el director. El niño mejor con la madre adoptiva, que lo estaba deseando, y no compliquemos las cosas con responsabilidades que ni quiere la chica ni está por lo visto muy capacitada para asumir. La película sugiere así quitar hierro a estas situaciones, y mostrar que hay muchas salidas posibles, sin dramatizar... aparte del aborto. Ni siquiera es que sea explícitamente antiabortista la película; lo primero que se plantea Juno es abortar, y si no lo hace no es tanto por prejuicios morales como por vibraciones—le desagradaba el olor y el ambiente de sala de espera del centro de ayuda a las mujeres. Y lo mismo le iba a dar su hijo alegremente a "una pareja de simpáticas bolleras"; por ahí no hay mayores prejuicios; y de hecho acaba el niño en una familia monoparental. El niño o la niña, que no lo sabemos porque la niña no quiere saberlo, y la película nos coloca en su simpatía y nos identifica con su punto de vista.
Choca un tanto la indiferencia con que se quitan al bebé de encima—ni el menor asomo de interés ni voluntad de mostrar cariño ni nada por él (qué cosas digo). Eso queda para la madre adoptiva. En lo que se refiere a Juno, y a su padre y su madrastra—fuera, si el chaval desaparece de alguna manera, visto que la niña no quiere abortar, pues un problema menos. Y tampoco es que estén en circunstancias imposibles: tienen una niña pequeña, ¿podrían echarle una mano a Juno quizá? Pero es que ni se plantea—el nieto a tomar viento, y a perderlo de vista pero con la condición de que sea para siempre. Y mucho mejor comprarse un par de perros, que de eso sí había ganas. Al universo ético de la película esto le parece tan guay.
Y en eso trancurre la película: en que Juno decide que sí quiere salir "de novietes" con el padre de su hijo—podría haber empezado por allí, claro—aunque eso no le lleva a interesarse más por el hijo que tienen. Y que, entretanto, se rompe el matrimonio que iba a adoptar al bebé, y por fin es sólo la mujer quien lo adopta—cursi, temblorosa y ansiosa madre vocacional.
Esto da lugar a un episodio curioso: Juno conoce a la famila, los visita con su padre; un compositor de música para anuncios y una joven ama de casa perfeccionista-inaguantable y compulsiva del orden, histerizada por no poder tener niños. Luego los visita sola un par de veces, más de lo debido, porque al marido le mete marcha la niña (madre de "su hijo" después de todo) y eso le lleva a una crisis. Se entiende de maravilla con Juno, o eso cree él, coinciden en su sentido del humor, y al parecer ve en ella algún tipo de camino que él no tomó cuando era joven. Se siente acorralado por su esposa histérico-perfeccionista y desplazado en su propia casa, y por resumir, no quiere a su mujer; está más interesado en vivir una segunda juventud. Hasta le propone a Juno "fugarse" con ella... y ella horrorizada rechaza al viejo cuarentañero, claro, también ella prefiere volver atrás, estar en sus años y echarse a Blecker como noviete de colegio, y el futuro dirá. En fin, que el matrimonio se rompe y eso sirve para que su madrastra le eche a Juno una bronca—pues no tiene ni idea de cuál es la manera de tratar con las parejas casadas.
Y es que Juno está en una edad en la que se exploran las posibilidades, y el mundo parece exageradamente reglamentado por convenciones absurdas. Hay todo un género de películas americanas (como American Beauty, o Wonder Boys, o aquella otra de la Cristina Ricci) que exploran el elemento caótico presente en los chavales y chavalas de instituto, que ven su vida como un sendero de muchas posibilidades, y esa libertad o mareo parece amenazar con extenderse a quienes les rodean, y socavar los fundamentos del orden social, reinventar la realidad, o al menos minar algunos prejuicios o maneras de tratarse sólidamente fundamentados y enraizados...
En fin, una película filmada con buen humor, que quizá sea promocionada como "alternativa-antiabortista", pero que tampoco parece desde luego un canto a la responsabilidad familiar ni parental. Quien no esté maduro, parece decir, mejor que no madure, que vaya a lo suyo, que no hay prisas ni necesidad de agobiarse. Que se abstenga, y pase la vez. Y a los críos, que los cuide el que le dé por ahí y no pueda reprimirse—que la gente en general tiene otras prioridades a las que atender.
Juno. Dir. Jason Reitman. Cast: Ellen Page, Jason Bateman, Jennifer Garner, Michael Cera. Dist. 20th Century Fox, 2007.
Es una película que se nos presenta con la retórica de la película simpática, un poquito más tipo televisión que tipo cine—a veces los diálogos y situaciones recuerdan demasiado a las sitcoms en su busca de un ingenio un tanto forzado. Lo cual no deja para que sean divertidos… como Juno paseando su barriga bajo la mirada de sus compañeros de instituto, y comentando: "Estoy hecha un planeta... ¿Sabes cómo me llaman? ¡La ballena con moraleja!"
Juno es una chica decidida, original, inteligente y desinhibida y también con pocos miramientos. Y tiene que tratar, según dice ella misma con "cuestiones que superan mi nivel de madurez". Al novio, Blecker, que ni siquiera era novio, sino un chaval pasmadillo con el que echó un polvete, procura no acorralarlo ni echarle más responsabilidades de las que puede llevar—que bien pocas son. Pero en fin, resulta que se gustan, y termina la película con los dos tocando felizmente un dúo de guitarra. Tanto mejor—pero el hecho de que han tenido un hijo es algo de lo que están decididos a olvidarse, con la bendición del guionista y el director. El niño mejor con la madre adoptiva, que lo estaba deseando, y no compliquemos las cosas con responsabilidades que ni quiere la chica ni está por lo visto muy capacitada para asumir. La película sugiere así quitar hierro a estas situaciones, y mostrar que hay muchas salidas posibles, sin dramatizar... aparte del aborto. Ni siquiera es que sea explícitamente antiabortista la película; lo primero que se plantea Juno es abortar, y si no lo hace no es tanto por prejuicios morales como por vibraciones—le desagradaba el olor y el ambiente de sala de espera del centro de ayuda a las mujeres. Y lo mismo le iba a dar su hijo alegremente a "una pareja de simpáticas bolleras"; por ahí no hay mayores prejuicios; y de hecho acaba el niño en una familia monoparental. El niño o la niña, que no lo sabemos porque la niña no quiere saberlo, y la película nos coloca en su simpatía y nos identifica con su punto de vista.
Choca un tanto la indiferencia con que se quitan al bebé de encima—ni el menor asomo de interés ni voluntad de mostrar cariño ni nada por él (qué cosas digo). Eso queda para la madre adoptiva. En lo que se refiere a Juno, y a su padre y su madrastra—fuera, si el chaval desaparece de alguna manera, visto que la niña no quiere abortar, pues un problema menos. Y tampoco es que estén en circunstancias imposibles: tienen una niña pequeña, ¿podrían echarle una mano a Juno quizá? Pero es que ni se plantea—el nieto a tomar viento, y a perderlo de vista pero con la condición de que sea para siempre. Y mucho mejor comprarse un par de perros, que de eso sí había ganas. Al universo ético de la película esto le parece tan guay.
Y en eso trancurre la película: en que Juno decide que sí quiere salir "de novietes" con el padre de su hijo—podría haber empezado por allí, claro—aunque eso no le lleva a interesarse más por el hijo que tienen. Y que, entretanto, se rompe el matrimonio que iba a adoptar al bebé, y por fin es sólo la mujer quien lo adopta—cursi, temblorosa y ansiosa madre vocacional.
Esto da lugar a un episodio curioso: Juno conoce a la famila, los visita con su padre; un compositor de música para anuncios y una joven ama de casa perfeccionista-inaguantable y compulsiva del orden, histerizada por no poder tener niños. Luego los visita sola un par de veces, más de lo debido, porque al marido le mete marcha la niña (madre de "su hijo" después de todo) y eso le lleva a una crisis. Se entiende de maravilla con Juno, o eso cree él, coinciden en su sentido del humor, y al parecer ve en ella algún tipo de camino que él no tomó cuando era joven. Se siente acorralado por su esposa histérico-perfeccionista y desplazado en su propia casa, y por resumir, no quiere a su mujer; está más interesado en vivir una segunda juventud. Hasta le propone a Juno "fugarse" con ella... y ella horrorizada rechaza al viejo cuarentañero, claro, también ella prefiere volver atrás, estar en sus años y echarse a Blecker como noviete de colegio, y el futuro dirá. En fin, que el matrimonio se rompe y eso sirve para que su madrastra le eche a Juno una bronca—pues no tiene ni idea de cuál es la manera de tratar con las parejas casadas.
Y es que Juno está en una edad en la que se exploran las posibilidades, y el mundo parece exageradamente reglamentado por convenciones absurdas. Hay todo un género de películas americanas (como American Beauty, o Wonder Boys, o aquella otra de la Cristina Ricci) que exploran el elemento caótico presente en los chavales y chavalas de instituto, que ven su vida como un sendero de muchas posibilidades, y esa libertad o mareo parece amenazar con extenderse a quienes les rodean, y socavar los fundamentos del orden social, reinventar la realidad, o al menos minar algunos prejuicios o maneras de tratarse sólidamente fundamentados y enraizados...
En fin, una película filmada con buen humor, que quizá sea promocionada como "alternativa-antiabortista", pero que tampoco parece desde luego un canto a la responsabilidad familiar ni parental. Quien no esté maduro, parece decir, mejor que no madure, que vaya a lo suyo, que no hay prisas ni necesidad de agobiarse. Que se abstenga, y pase la vez. Y a los críos, que los cuide el que le dé por ahí y no pueda reprimirse—que la gente en general tiene otras prioridades a las que atender.
Juno. Dir. Jason Reitman. Cast: Ellen Page, Jason Bateman, Jennifer Garner, Michael Cera. Dist. 20th Century Fox, 2007.
14 comentarios
JoseAngel -
http://projectnarrative.osu.edu
Seguro que te pueden pasar el email del señor este. ¡Aunque seguro que tú sabes mucho más sobre Lost, no lo dudes!
Lacenaire -
JoseAngel -
"Shipwreck Narratives and the Reinvention of Self"
by James V. Morrison
This talk on the literary treatment of shipwrecks explores the opportunity for personal transformation and the reinvention of self with respect to romantic possibilities or a change in political or social status. I examine the classical models of Homer's Odyssey, Shakespeare's Tempest, and Defoe's Robinson Crusoe, with regard to the circumstances and consequences of the shipwreck itself; developments regarding identity and self-transformation; and the historical circumstances lying behind the fiction. Modern adaptations by Walcott, Cesaire, Coetzee-and "Cast Away" and "Lost"--demonstrate the vitality of this archetypal scene: a shipwrecked survivor confronting the elements. After a quick survey of the larger project, I will focus on the narrative techniques used to establish that someone has taken on a new role after surviving the wreck.
Lacenaire -
Gracias por la respuesta. Pues sí que le he dedicado algo de tiempo a lo de Lost, y debo mucho a tus escritos en inglés sobre narratología. Leeré tu artículo "Sobre la competencia del narrador en la ficción" con mucha atención porque seguro que hay muchas ideas que me pueden ayudar a comentar la serie.
Un saludo.
JoseAngel -
JoseAngel -
Sobre lo de Lost, ¡menudo trabajo le has dedicado! Y encima en inglés, así que chapeau. Como te digo no puedo opinar con conocimiento de causa porque desconozco la serie. Ahora bien, en muchas películas de intriga hay que tener en cuenta que la narración se presenta como "deliberadamente no fiable", es decir, que parte del objetivo es llevar al espectador a hacer deducciones falsas, y a la vez sin que se pueda decir que se le ha engañado abiertamente. Es un juego muy sutil con la fiabilidad, muy de matices y muy variable, y como bien dices es muy interesante de estudiar.
JoseAngel -
Magda -
Decía que es como saber el final de un novela :-)
Magda -
Lo bueno que el final de ésta es de imaginar, pero si dices el final de otra película que sea muy buena, grrrrrrrr ¡ojalá que no te lea si esto sucede con alguna otra peli buenísima
Lacenaire -
En mi opinión el personaje de Jennifer Garner, la futura mamá adoptiva, se comporta, habla y va vestida como el prototipo de mujer conservadora moderna. No sé si a ti te queda alguna duda de que muy pronto encontrará a un padre más apropiado para reconstituir su familia.
Por contra, los individuos que tienen actitudes "liberales" al hablar, en su conducta o en su vestimenta, son descartados por inmaduros para asumir la paternidad del bebé.
Por la productora de la película, no sé si te parecería bien asociar este mensaje moral con la nueva postura que últimamente algunos grupos religiosos estadounidenses han adoptado en relación con el aborto. El cambio consiste en desdramatizar los embarazos no deseados y promocionar, como mal menor, la adopción por personas "con valores", que suelen pertenecer a alguna iglesia y por tanto educarán a sus hijos inculcándoles ideas religiosas desde la infancia.
Gracias por tu respuesta.
PD. Lo de Lost lo escribo en inglés para practicar con frecuencia destrezas que es difícil practicar vivendo en España.
JoseAngel -
Lacenaire -
Bueno, vayamos sobre Juno. Para mí está claro que tiene mensajito conservador. Voy a intentar explicarlo a ver si estás de acuerdo. Juno y el marido, son los liberales, la gente que no debe tener hijos en los EE.UU., porque ellos crean todos los problemas de inseguridad y delicuencia (eso dicen los conservadores) y sólo los padres centrados, conservadores y con "valores" están verdaderamente capacitados para tener hijos y educar a las futuras generaciones. Sé que en ningún momento se hace explícita la ideología de ninguno de los personajes, pero la semiótica es casi ya una ciencia y sabemos cuánto se puede comunicar con conjuntos de símbolos; desde un punto de vista lingüístico me parece que también los clichés y el sociolecto de los personajes son indicadores de su ideología.
Un saludo.
JoseAngel -
Magda -
No te creas, me lo imaginaba. Pensaba irla a ver pero se me han quitado las ganas, creo que es un tanto la visión tradicional de todo este tema.
Un abrazo, José Ángel.