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Vanity Fea

Sin opinión

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Creo que, definitivamente, ha dejado de funcionar el Rincón de Opinión, supuesto foro de expresión de ideas de la Universidad de Zaragoza. La última opinión allí publicada data de mayo de 2008. Desde entonces yo he enviado varios artículos, pero no ha aparecido ninguno. Cosa que podría explicarse por una continuación de la censura que se venía ejerciendo, así sin más explicaciones, cuando no les gustaba la opinión de alguien. Pero ahora ya parece que o todo el mundo ha dejado de opinar (que también sería concebible) o que, más bien, la dejadez y la inercia han podido con el invento, y se ha dejado a ese foro sin administrador—o  que el administrador pasa de administrarlo, como si fuese su blog personal, vamos.  Preguntar si existe o no todavía este foro en la Universidad de Zaragoza supongo que será una pregunta metafísica—en todo caso allí en el rincón inferior derecho de la página principal puede verse su cibercadáver. Que continúa estando (contra la normativa que dictó el consejo de gobierno) inaccesible por Internet.

En cualquier caso, le he enviado a Ibercampus uno de los artículos que no han aparecido en el Rincón de Opinión, por censura o por dejadez, y acaba de aparecer allí: va sobre "Grupos de investigación o de apoyo mutuo".

Ah, pero censura, en todo caso la sigue habiendo, aunque no sea de tijera. Porque censura es que, estando las tecnologías de las comunicaciones como están, nuestra universidad no tenga un foro público de opinión. O que haga ver que lo tiene, y lo que ha instalado es en realidad un sumidero donde desaparecen las opiniones sin dejar rastro.

Ya decía Michel Foucault, en L’Ordre du discours, que el discurso académico se basa en el principio de la rarefacción. Que escaseen las oportunidades de otorgar la palabra, y que sea sólo mediante gran ceremonia. Quizá cerrándose en banda a esta proliferación del discurso que suponen las nuevas tecnologías de la comunicación, la Universidad no está sino manteniendo sus más arraigadas tradiciones y esencias. Medievales.

Continúa la censura en la Universidad de Zaragoza

 

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