Happy Endings
Una película un tanto cínica y amarga, ésta de Happy Endings. Empieza con un atropello, una secuencia muy bien filmada, como de hecho toda la película, que cinematográficamente es interesante—esta secuencia se repetirá al final de la película, cuando nos enteramos de quién es la mujer que sale corriendo disparatadamente y que es atropellada, y por qué corría. Nos asegura una narración autorial puesta en subtítulos laterales que la mujer no ha muerto, que en esta película no muere nadie. Eh, que se supone que es una comedia... aunque sea bastante ácida, cómica sí es con frecuencia para quien le vaya la observación sarcástica de actitudes y situaciones. Lo que no está tan claro es que no muera nadie... el comentario por escrito nos va atando todos los cabos sueltos, nos dice cómo acabarán los personajes en algún futuro más o menos lejano, y sí, acaban muertos, supongo. También algún feto acaba abortado, pero esos deja muy claro el director que no cuentan... es película progre.
Es una película por otra parte que incluye en el argumento bastantes cuestiones éstas de la ingeniería y sociología de la reproducción y la sexualidad: no sólo abortos, sino inseminaciones artificiales, adopciones, intercambios de parejas, probatinas con la orientación sexual, matrimonios gay, lesbianos y hasta intersexuales, vasectomías y semen congelado, relaciones sexuales profesionales y recreativas, incesto o pseudo-incesto, y películas sobre todo esto, editadas con software para mac. Es una película un tanto Almodóvar a la americana, con relaciones inopinadas o improbables entre las personas, una cierta dosis de vida extravagante, inmoralidad ambiental y personajes poco cuidadosos consigo y con los demás. Y mucho tema gay, claro.
Los fetos no cuentan, digo, y de esos hay dos: uno que por fin es abortado y otro no. Hay debates sobre lo correcto a hacer—la protagonista es una consejera sobre aborto, Mamie, que se comporta como si hubiese abortado en tiempos. Tiene unas actitudes confusas ante la cuestión abortista, y confunde a quienes aconseja... aunque Jude, una buscavidas decidida a tener su aborto, no se deja impresionar ni por ella ni por los pro-life que le golpean el coche a la entrada de la clínica abortista. Las actitudes contradictorias de Mamie se deben a que, si bien no abortó en el último momento, aunque iba a hacerlo—sí abandonó a su hijo, lo dio en adopción, y no ha sabido nada de él en muchos años. Cuando llegue el momento de vérselo frente a frente, que es de lo que va la película, sale corriendo desconcertada, y la atropella un coche, como veíamos al principio.
Mamie quedó embarazada de adolescente, por echar un polvo con su hermanastro al conocerse tras la boda de sus padres respectivos. A ella desde luego la ha marcado esa historia. No acaba de centrarse, y cuando sabe de la posibilidad de contactar con su hijo se agarra a eso con ansiedad. Acaba de entablar una relación con un masajista sexual para mujeres frustradas, Javier, y a Javier que lo embarcará en esta búsqueda de su hijo. Durante toda la película creemos conocer al célebre hijo—pues en otra línea argumental hay un ricacho que tiene un hijo adoptivo, ajá, semigay o gay del todo, con grupo de rock patrocinado (Sus colegas: "¿Para qué crees que es batería? Para vernos el culo todo el rato"). Y con ese chaval nos distraemos, creyendo que es el hijo perdido, hasta que vemos que la conexión entre esta historia y la "principal" de Mamie es puramente periférica, pues el batería gay está allí sólo para distraernos. Y sí nos distrae esta historia, con Jude (Maggie Gyllenhaal) como una petarda que busca situarse en la vida, primero ligándose al hijo batería y luego a su padre millonario, para acabar siendo echada a patadas cuando queda claro que sólo va a por la pasta. (De ahí va Jude a abortar a esa clínica, a librarse de un bebé/feto que no sabemos si es del padre millonario o del hijo rockero). Mientras, por lo menos, canta bien, la chica, en la banda del hijo ("Honesty" canta, que morro no le falta)... pero menuda buscona, un personaje de los más entretenidos e indeseables de esta peli.
El padre de la otra criatura no abortada y perdida, Charley, el hermanastro de Mamie, ahora veinte años después, es gay y se replantea esta historia de tener hijos, porque cree que no lo tuvo... Se hizo una vasectomía tras el trauma del embarazo (trauma redondeado por la muerte de los padres/madrastros en accidente), y ahora vive en pareja feliz con otro gay que casi tiene un hijo... porque les donó semen a una pareja de lesbianas amigas. Otra línea argumental cómica/ácida viene de cómo rompen estas dos parejas entre sí, tras un malentendido sobre si el hijo que ellas tuvieron por inseminación artificial es por fin o no hijo de "ellos" también, o no. La teoría de Charley es que aunque ellas les han dicho que no usaron el esperma de "ellos", en realidad sí lo hicieron, sólo que lo niegan porque no quieren compartir el bebé. Y monta una intriga para hacerles creer a ellas que el bebé ha podido heredar una enfermedad cerebral... con tan mala fortuna que se monta todo el mundo un cabreo hasta con pleitos y órdenes de alejamiento por medio. Que gente más desagradable, por Dios. Y Charley rompe con su parejo y no saca más que sinsabores de este asunto. Aunque pasa página, y termina feliz ligando con su urólogo. También conocerá Charley a su hijo sorpresa, cuando creía que Mamie había abortado... al final lo vemos en la boda que vuelve a reunir las dos líneas argumentales al casar a Mamie por fin con el padre del rockero gay, una vez despachada la petarda. Hasta baila el ricacho con el urólogo, todos felices.
Por cierto que la reunión de la madre con su hijo perdido no es en absoluto espectacular, si quitamos lo del atropello. Menudo let-down. La relación subsiguiente, nos dicen, se reduce a una postal por navidad—la conclusión implícita es que quizá sería lo mismo haberlo abortado que abandonarlo y luego obsesionarse con recuperarlo. Claro que el interesado igual no opina lo mismo.
Lo que permite que todo se reúna en la película, que Mamie "recupere" o al menos conozca a su hijo, es una historia de chantaje. Hay una persona, Nicky, que conoce esa secreta relación de parentesco, y que quiere hacer una película sobre ella, reuniendo a madre e hijo—Happy Endings. Este Nicky es un cineasta incompetente que quiere dar así la campanada de su vida, con un documental auténtico... y obliga a Mamie a embarcarse en ayudarle, porque si no no le dirá nada de su hijo, que no sabemos por cierto de qué lo conoce. Bien, gran parte de la película también va de la relación entre cariñosa y antagónica que se monta mientras preparan no ya este documental, sino otro que se le ocurre a Nicky al conocer a Javier y Mamie: un documental sobre masajistas sexuales. Lo de happy ending, por cierto, se refiere a un masaje con orgasmo incluido. Este documental también acabará en nada, porque exponía públicamente la identidad de Javier como inmigrante ilegal... y en un acceso de furia Javier destroza la película y casi se carga a Mamie y Nicky. Gente de gatillo fácil tampoco falta aquí, que siempre adornan la vida. Francamente, inmigrantes con este carácter no hacen falta en ningún sitio.
Es cuando Mamie va a visitar a Nicky algún tiempo después cuando se encuentra de sopetón con su hijo, fotocopia de Charley, en casa de los padres de Nicky—que lo habían adoptado. De ahí sale corriendo, en un sofoco, y será atropellada—pero sobrevivirá para casarse, como nos aseguran los títulos de crédito. En fin, una película sobre el caos de los deseos y planes entrecruzados... no sé si el final es tan feliz como prometía, pues el orgasmo no es garantía de nada. Pero importa más el desarrollo y el choque entre personajes que el final y que las dudosas lecciones extraídas por los subtítulos del narrador... the message is the massage.
Happy Endings. Written and dir. Don Roos. Cast: Tom Arnold, Jesse Bradford, Bobby Cannavale, Steve Coogan, Laura Dern, Lisa Kudrow, Maggie Gyllenhaal. Music superv. Nicole Tocantins. Ed. David Codron. Prod. des. Richard Sherman. Photog. Clark Mathis. Coprod. Ali Forman, Bobby Cohen, Marc Platt. Line prod. Jon Kuyper. Exec. prod. Tom Ortenberg, Nick Meyer, Michael Burns, Mike Elliott. Prod. Holly Wiersma, Michael Paseornek. USA: Lions Gate Films, 2005. Spanish DVD: Un final feliz. Madrid: Sony Pictures, 2006.*
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